
Hemos vivido la materialización de un sueño, o más bien una odisea, la de Vigalondo presentando por fin “Los cronocrímenes”, original y sensacional desde el comienzo hasta el final
, sin contar a sus actores… Vivimos la campaña viral de "Monstruoso (Cloverfield)", aunque en nuestro país no despuntara demasiado; los Coen triunfaron en los Oscar con la difícil “No es país para viejos”, que sirvió a Bardem para su estrellato definitivo, Oscar incluido; Rambo volvió de una manera actualizada y consecuente, con un Stallone que desbordó inteligencia por cada fotograma; Daniel Day-Lewis volvió a demostrar que es un gran actor –ahí va otro Oscar- en la película más extraña de Paul Thomas Anderson, “Pozos de ambición”; Tim Burton sorprendió con un musical, siguiendo claro está su estilo, y Johnny Depp y Helena Bonham Carter hicieron lo propio cantando; Indiana Jones volvió más vivo que nunca dispuesto a reventar taquillas, aunque le ganara la partida, de manera sorprendente, Iron Man; el protagonista de ésta, Robert Downey Jr., resucitó de manera potente, y dio un secundario memorable en “T
ropic Thunder”; Michael Haneke volvió a polemizar realizando un remake de una película suya, “Funny Games”; Mulder y Scully y las chicas de “Sexo en N.Y.” volvieron, aunque las últimas con mayor fortuna; Pixar volvió a regalar otra obra maestra, “Wall-E”; Woody Allen convenció a propios y extraños con su aventura española, “Vicky Cristina Barcelona”; Fesser se puso serio en “Camino”; “La Soledad” dio la campanada en los Goya, y el cine europeo se abrió hueco con “Gomorra” y “La Ola”.2008 fue también
el año en que al cine se le apagaron los ojos. Paul Newman daba m
uestras de galantería en su decisión de fallecer en la intimidad con los suyos. Y tratándos de él, la prensa lo respetó. Ningún otro clásico lo habría conseguido. Por ejemplo, Charlton Heston nos abandonó, pero no consiguió que dejara de hablarse de él como presidente de la Asociación Nacional del Rifle. El cine español perdió a un gran guionista, Rafael Azcona, nominado a los Goya de manera póstuma en la próxima edición, y a Hollywood se le marchó también otra gran fuente de ideas, Michael Chrichton.El mismo año en que llegaba a su fin la huelga de guionistas en Hollywood daba comienzo una aún más amenazante, la de actores. Por fin el cine y la televisión americanas volvieron a su cauce habitual, pero con el miedo de que los actores y actrices se unan a la protesta. La SGAE, en su enésimo intento por paliar la piratería, intenta imponernos una y otra vez cánones abusivos, y la victoria de Obama en las elecciones americanas es como una ola que afecta a televisión, cine, radio, prensa y cualquier otro tipo de medio de comunicación.

2008 no fue tan mal, aunque a excepción de un par de filmes, no acabó de despuntar del todo. 2009 promete “Watchmen”, Almodóvar, Amenábar, Cruise y su “Valkyria”, más del incombustible Eastwood, “Star Trek” según J.J. Abrams, la secuela de “El código Da Vinci”, la guerra según Tarantino e incluso un hombre que rejuvenece conforme pasan los años. Viene cargadito, y brindemos porque 2009 tenga muchas menos pérdidas irreparables que 2008 y muchas más sorpresas. Feliz año nuevo, cinéfagos.
La carrera de Tim Burton ha yuxtapuesto en reiteradas ocasiones su afinidad por el submundo gótico y el ambiente de las fiestas navideñas. Así, en “Eduardo Manostijeras” o “Batman Vuelve”, por ejemplo, vemos el contraste entre el universo sombrío del imaginativo director y las luces navideñas que adornaban el barrio residencial de la primera y la ciudad de Gotham en la segunda. No obstante, este anacronismo comenzó casi una década antes, mientras observaba cómo en un escaparate retiraban los detalles de Halloween y los sustituían por motivos navideños. Fue ese contraste el que activó su mente creadora y dio pie a un largo poema titulado “Pesadilla antes de Navidad”.








5 años han pasado desde su última aparición en pantalla, y muchos más desde que el campamento Crystal Lake abriera sus puertas por última vez. En una época cinematográfica alimentada por la actualización de los clásicos que impone la moderna industria, hemos visto el resurgir redimensionado de James Bond, Michael Meyers y hasta Freddy Krueger, cuyo nuevo rostro está por venir. El Michael Bay productor disfruta rememorando y en algunos casos vilipendiando las películas de serie B que formaron su niñez. Así, en sus manos han caído los remakes de “Carretera al infierno”, “Terror en Amityville” y la más conseguida de todas, “La matanza de Texas”.
Posiblemente, y descontando las películas slapstick de la carrera de Stuart Gordon, Joe Dante sea de los directores que integran Masters of Horror el que mejor ha sabido unir mala leche y terror. Así lo demuestran las dos entregas de Gremlins o “No matarás… al vecino”, por ejemplo. Muchos dicen que si su nombre figura en esta serie es debido a una sola película, “Piraña”, del mismo modo que la carrera de John Landis incluye únicamente un gran título del género. Sin embargo, para mí su carrera, al contrario que la de Landis, nunca ha estado muy alejada del humor y del horror. En sus inicios trabajó para el mítico Roger Corman, y eso marca, hasta que Spielberg le atrajo al lado oscuro, como ya intentara anteriormente con Tobe Hopper con resultados nefastos, para dirigir el tercer segmento de “Twilight: The Movie”. Junto al Rey Midas o por separado, la afición de Dante por el fantástico se ha dejado ver hasta en obras más comerciales como “Pequeños Guerreros”. 












Es Halloween, noche de brujas, la noche perfecta para tirarse en el sofá con un grupo de amigos (o solo, que así nadie te ve saltar del susto) a ver un par de pelis de miedo. Lo propio sería ver terror visceral, llámese Carpenter, Raimi, Romero o Fulci para los estómagos más fuertes, incluso un Miike para los valientes. En una noche como esta, cada vez más afianzada en nuestro país (ya se ven a niños pidiendo caramelos por las casas), en lugar de comentar pelis de miedo voy a comentar una serie de miedo.
















