Es Halloween, noche de brujas, la noche perfecta para tirarse en el sofá con un grupo de amigos (o solo, que así nadie te ve saltar del susto) a ver un par de pelis de miedo. Lo propio sería ver terror visceral, llámese Carpenter, Raimi, Romero o Fulci para los estómagos más fuertes, incluso un Miike para los valientes. En una noche como esta, cada vez más afianzada en nuestro país (ya se ven a niños pidiendo caramelos por las casas), en lugar de comentar pelis de miedo voy a comentar una serie de miedo.
Pocas veces tiene uno la oportunidad de ver en una misma serie ilustres nombres como John Carpenter, Brad Anderson, Tobe Hooper o Joe Dante tras las cámaras. Eso fue lo que consiguió el escritor y director Mick Garris en “Masters of Horror”. Creada en 2005, el realizador de películas como “Sonámbulos” tuvo la ocurrente y genial idea de reunir a los grandes maestros del género en una serie que constara de capítulos independientes los unos de los otros, de una hora de duración y que constituyeran por separado una especie de mediometraje de terror. A pesar de que el resultado fuera un tanto desequilibrado, pues por ella pasaron tanto mitos del horror como directores que solo se habían zambullido en el género una vez, debo decir que el balance final de esta serie resultó satisfactorio. Es cierto que hay episodios irrisorios y aburridos, carentes de tensión e incapaces de infundir el miedo en el espectador, pero es igual de cierto que la propuesta no deja de ser llamativa, y los episodios que están mínimamente bien orquestados resultan cuanto menos escalofriantes.
La cadena de televisión por cable Showtime acogió el proyecto durante sus dos únicas temporadas de emisión, dando un total de 26 capítulos, de los cuales poco menos de la mitad son olvidables, y los restantes cuanto menos son interesantes, habiendo algunos realmente espectaculares. ¿Qué implica que sea una serie para el cable? Pues que el contenido de violencia y sexo que puede requerir una producción de este calibre está asegurado. Prueba de ello son otros productos recientes del mismo canal televisivo, como las alabadas “Dexter” o “Californication”. Desgraciadamente Garris, quien escribe y dirige algunos capítulos, no consiguió que nadie respaldara una tercera temporada, lo que dejó fuera del proyecto a grandes clásicos como Romero o Roger Corman.
Quizás de las dos temporadas, la primera sea la más irregular y la más apegada al formato televisivo al que va destinada. En ella encontramos trabajos entretenidos e interesantes, alternados con auténticas joyas y verdaderos bodrios. Del primer grupo destacan “Deer Woman (Salvaje instinto animal)” (John Landis, ***), “Incident On and Off Mountain High (Esculturas humanas)” (Don Coscarelli, ***) o “Homecoming (El regreso-El ejército de los muertos)” (Joe Dante, ***), el cual por su temática antibelicista tuvo una buena acogida en varios festivales. En el último grupo, y aunque me duela decirlo, se sitúa la primera aportación de un clásico del terror a la serie, Tobe Hooper, “Dance of the Dead (El baile de los muertos)” (T. Hooper, *1/2), además de la también primera aportación de Garris a la serie, “Chocolate (Sensaciones extremas)” (M. Garris, *1/2). En el segundo grupo destacarían las dos mejores piezas de este primer tramo, “Jenifer” (Dario Argento, ****) e “Imprint (Huella)” (Takashi Miike, ****). En el primer caso, el maestro italiano da buena cuenta de su status como referente del género dando una joya previsible en su desarrollo pero a la vez original en el mismo, siendo a su vez su previsibilidad obligatoria y su mensaje tan punzante como certero, el de la importancia de la apariencia física y el uso de la sexualidad como armas de dominación del sexo débil, el hombre. El caso de Miike es totalmente distinto. Su trabajo es pura provocación, pero una provocación totalmente justificada. “Imprint” posee violaciones, mutilaciones y demás aberraciones en el episodio más gore de esta primera temporada, lo que obligó a la cadena a censurarlo y destinarlo exclusivamente al mercado del DVD. Advierto que su visionado es sumamente complicado.
En cuanto a la segunda temporada, todo se podría resumir en una sola palabra: GORE. Mucho más sangrienta que su predecesora, cada episodio guarda bajo la manga un as de pura hemoglobina, sesos y vísceras que sirve como excusa al gran Greg Nicotero para dejar aflorar toda su sabiduría en la materia. Tobe Hooper mejora su desastrosa aportación a la primera entrega abriendo esta segunda con un episodio mejor que aquel, pero no con mucha diferencia. “The Damned Thing (La cosa maldita)” (T. Hooper, **1/2) huele a producto desaprovechado, en el que Hooper hace uso y abuso de un montaje de telefilm que como en “Dance of the Dead” resta interés a una historia de la que podría haberse sacado más pero que finalmente sabe a poco. Le siguen una divertidísima comedia negra de John Landis, “Family (Familia)” (J. Landis, ***1/2) y otro interesante trabajo de Dante, esta vez hablando del machismo, “The Screwfly Solution (El eslabón más débil)” (J. Dante, ***1/2). Esta temporada incorpora nombres como Ernest Dickerson, de cuya filmografía solo destaco “Caballero del diablo”, el recuperado Peter Medak, director de “Al final de la escalera”, y la acertada elección de Brad Anderson, cuyo episodio “Sounds Like (El estrépito del silencio)” (B. Anderson, ****) es de lo mejorcito de esta temporada. Carpenter no sorprende en esta ocasión pero sí lo hace Garris, que se aleja de su tedioso “Chocolate” para ofrecer otra historia de obsesión enfocada de una manera más acertada. Sin embargo, si un nombre merece especial mención es el de Dario Argento, quien tras “Jenifer” sirve en “Pelts (Pieles)” (D. Argento, ****) una obra de arte con todas las letras, violenta pero bella a la vez.
“Masters of Horror”, que llegó a emitirse parcialmente en la televisión pública de la mano de Cuatro, es una buena razón para pasar una noche de miedo acompañado por los grandes maestros del terror de todos los tiempos. Con el tiempo iré comentando detalladamente los episodios más representativos de un proyecto que podría haber derivado en más temporadas, pero cuyos 26 episodios totales ya otorgan una satisfacción más que absoluta a los verdaderos amantes del género.
1 comentario:
Espero ansioso los comentarios sueltos de los capitulos. yo solo he visto la primera temporada, a ver si consigo la segunda. A mi la propuesta de la serie me parece cojonuda y al tiempo de flojos resultaos en algunos casos que ya comentas... pero encantao de que la hagan
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