“Me
llamo John Coffey, como el café, pero se escribe diferente”. Esta frase dio la
vuelta al mundo y nos descubrió a un excelente actor, un intérprete todoterreno
que, pese a su corpulencia, nunca permitió que le encasillaran. Anoche, justo
cuando La 1 de TVE emitía “La milla verde”, nos enteramos de que Michael Clarke
Duncan fallecía a los 54 años de edad a consecuencia de un infarto que había
sufrido a mediados de julio, en el hospital donde recibía atención médica por
el mismo.
Su 1.96m de estatura y
sus más de 140 kg de peso le ayudaron en sus primeros trabajos como stripper,
excavador de zanjas en una compañía de gas y encargado de seguridad en
diferentes clubes de Chicago. Su carrera comenzó junto a las estrellas a
comienzos de los 90, como guardaespaldas de celebridades como Will Smith, Jamie
Foxx o Martin Lawrence, mientras hacía sus pinitos como actor en diversos
anuncios. Gracias a las amistades que fue creando consiguió hacer apariciones
en la pequeña pantalla en series como “Renegado”, “El príncipe de Bel-Air”, “Matrimonio
con hijos”, “The Jamie Foxx Show”, “Una chica explosiva” o “Los hermanos Wayans”,
hasta que le llegó su oportunidad en el cine en 1997 en la olvidable “Caught Up”.
No fue hasta el año
siguiente que llegaría Warren Beatty con “Bulworth” y Michael Bay con su “Armageddon”,
film en el que entablaría una duradera amistad con Bruce Willis, con el que
actuó un por segunda vez en 1999 en “El desayuno de los campeones”. Pero sin
duda fue “La milla verde”, de Frank Darabont”, la que más satisfacciones le
proporcionaría en su carrera. Quién no ha llorado con John Coffey, personaje
que le reportó innumerables reconocimientos, entre ellos la nominación al Oscar
y al Globo de Oro al mejor actor de reparto, demostrando su enorme
versatilidad.
Prosiguió desde
entonces una carrera de éxito en “Falsas apariencias” y su secuela, “Sin City” –las
tres junto a su amigo Bruce Willis-, “El planeta de los simios” –pese a estar
maquillado, su porte y su voz le delatan-, “El rey Escorpión”, “Daredevil”, “La
isla” –de nuevo a las órdenes de Michael Bay- o “Pasado de vueltas”, y tenía
pendientes dos filmes más para este año y uno en pre-producción para 2013.
Prestó además su
imponente voz en cintas y series de animación y videojuegos tales como “Como
perros y gatos”, “Hermano Oso”, “Padre de familia”, “Kung Fu Panda”, “Green
Lantern” o “God of War II”. Y esto sin abandonar la pequeña pantalla, donde
intervino en “CSI: Nueva York”, “Dos hombres y medio”, “Bones” o este año en “The
Finder”.
Una carrera meteórica
de casi un centenar de títulos en menos de 20 años que demuestra la
versatilidad de un intérprete imposible de encasillar por su físico, y para los
que le conocen, un ser humano dotado de un enorme corazón. Al menos, era
difícil verle en público sin mostrar una enorme sonrisa. En paz descanse.
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