Orgullo patrio
Hay dos vertientes
aparentemente contradictorias a la hora de valorar Tadeo Jones. Por un lado,
los que se ciegan ante un producto made
in Spain, convencidos de que por ser local debería tener mayor valor y reconocimiento.
Y por otro, los que piensan justamente lo contrario, que lo deleznable es que
sea una propuesta patria, cuando se tragan ingentes cantidades de bazofia
venidas del otro lado del Atlántico. Ambas formas de pensamiento, aunque
contrapuestas, podrían ir de la mano en un país en el que algunos glorifican en
exceso el producto nacional llevados por la pasión, y otros en cambio lo
critican porque, al fin y al cabo, nadie es profeta en su tierra.
“Las aventuras de Tadeo
Jones” viene a demostrar, como ocurriera con “Planet 51”, que ambas corrientes
son, efectivamente, complementarias. Porque es un hito en nuestro cine, eso es
indudable, y su factura técnica es incuestionable, aunque haya quien diga que
en determinados momentos su calidad artística chirría, sin recordar que Pixar
comenzó de igual manera a nivel técnico. Y también porque, aunque sea española,
no se le deben dejar pasar sus defectos.
Enrique Gato hace vivir
a su personaje su mayor aventura, la del salto a la gran pantalla, y lo hace
con toda la emoción y sentido del ritmo y el entretenimiento que en sus
trabajos en el corto y en las viñetas de Jan. “Las aventuras de Tadeo Jones” es
puro divertimento para toda la familia, y no hay que buscarle los tres pies al
gato, nunca mejor dicho. No tiene la profundidad de Pixar, ni pretende
alcanzarla. No potencia la comedia simpaticona de Dreamworks, ni falta que le
hace.
Lo importante aquí es
su faceta de producto mainstream,
algo que escasea en nuestro cine. Un blockbuster
con todas las de la ley que alcanza su mayor nivel en su último tramo y en los
fabulosos momentos en los que rinde pleitesía al de cartoon de toda la vida. Un producto palomitero que nace de mezclar
sabiamente la obra de Jan y Verne, El Tintín del cine y el cómic e incluso la
acción de 007, tremendamente consciente de la realidad de nuestros días –los comentarios
sobre la crisis financiera abundan-, y ayudado por la aventurera banda sonora
de Zacarías M. de la Riva.
Y ojo, que tiene sus
limitaciones. En algunos tramos se hace pesada, la comicidad de algunas
situaciones no está del todo lograda, algún punto del guión en cuanto a
personajes podría haberse mejorado y tiene ciertas opciones musicales
discutibles. Pero es igual. Tadeo Jones nos demuestra que el cine de
entretenimiento, ya sea de animación u otro género, son más que posibles en
nuestro país. Yo me siento orgulloso. Y pido disculpas si me ha podido el
sentimiento patrio.
A
favor: su amor por la aventura y su ejemplo de buen cine
entretenimiento; los momentos en los que rinde homenaje a la animación en dos
dimensiones de toda la vida
En
contra: el guión, especialmente en algunos pasajes cómicos
y ciertos personajes, podría haberse pulido mucho más
Calificación:
***1/2
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