Mi amigo Manny
No, esto no es una
historia que roce la necrofilia. La abraza sin tapujos. Y sí, puede incomodar y
repugnar a más de un espectador que no consiga entrar en su juego. Porque no es
nada fácil.
“Swiss Army Man” no es
un film fácil de clasificar. Consigue convertir lo putrefacto y soez en poesía.
Gracias a su fotografía, al excelente empleo de la música fusionada de una
manera peculiar con la trama –ojo al uso del “Cotton Eye Joe” o del tema
central de “Jurassic Park” como referentes generacionales-, al formidable
trabajo de su dúo protagonista –qué pareja hacen Paul Dano y Daniel Radcliffe-,
y a la exquisitez y melancolía que desprende otro dúo, en este caso el formado
por los debutantes Dan Kwart y Daniel Schinert –o los Daniel, como se hacen
llamar- tras la cámara.
Porque lo que subyace
tras esta fantasía cargada de nostalgia, lirismo y mucha ambigüedad, más allá
de unas flatulencias y líquidos gastrointestinales que traspasan la pantalla,
es una historia sobre el amor. Sobre el amor como bálsamo, como salvador de
almas perdidas. Da igual si es entre dos hombres, y si uno de ellos está más
muerto que vivo. Lo que importa en ella es cómo va forjando una amistad
imposible y cómo esa amistad salva a sus dos protagonistas del olvido, de la
soledad que impregna y cubre unas vidas que se están pudriendo con cada
monótono día que pasa.
Pero hay que insistir,
ésta no es una propuesta para todos los públicos. Habrá quien salga del cine
con ganas de vomitar. Habrá incluso quien no llegue a verla entera, y acabe
juzgándola por su superficie, como hacen algunos personajes durante el film.
Pero para los demás lo que quedará es un emotivo viaje hacia la amistad y el
amor sin barreras. Una versión indie
y deliciosamente distorsionada de “Náufrago” que cambia a Wilson por un
cadáver, bañada de humor, entrañas y emotividad sin caer en la sensiblería
barata. Un torrente de emociones que supone lo más fresco y original que ha
servido el séptimo arte en los últimos tiempos. Tan fresco como el cadáver
Manny, el amigo más fiel y leal que uno pueda imaginar.
A
favor: la exquisita dirección, el formidable uso de la
música, y el trabajo de su pareja protagonista
En
contra: que habrá quien la juzgue por su superficie
Calificación *****
Imprescindible
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