El constructor de sueños
Cuando le preguntaban a
Forrest Gump por qué corría, si lo hacía por la paz mundial, por los animales o
por los derechos de la mujer, él sólo respondía que tenía ganas de correr. Así
de simple. Lo que para los demás debía tener algún sentido, para él era algo de
lo más coloquial. Lo mismo le ocurre a Philippe Petit cuando le preguntan por
qué quiere completar su hazaña de caminar sobre un cable suspendido entre las
Torres Gemelas del World Trade Center, un desafío irresistible para cualquier
equilibrista.
Pero Petit sí que tenía
una poderosa razón para hacerlo, y “The Walk” es la respuesta idónea a la
pregunta. Es meritorio que, partiendo de un hecho histórico ya narrado por el
séptimo arte en forma del interesante documental “Man on Wire”, la película
acabe atrapando al espectador. En este sentido guarda relación
con cintas como “Titanic” o “Valkiria”, dos propuestas cuyo desenlace es de
sobra conocido pero que saben tocar las teclas justas para que el público obvie
el spoiler que supone en sí mismo su final.
Es mérito de un
excelente artesano como Robert Zemeckis lograr este cometido. Una vez más, el
director de “Regreso al futuro” imprime vitalidad y ritmo a la historia, contando
la preparación del “golpe maestro” como si de un robo se tratase, aderezado todo
con una generosa pizca de buenas intenciones y un halo de encanto que hace que
cada plano sea una delicia para el público. Desde la fotografía hasta la banda
sonora, pasando por unos formidables efectos digitales que el cineasta sabe cómo
utilizar en beneficio de la trama, y no al revés, y por un reparto en el que
destaca un dinámico Joseph Gordon-Levitt, provisto de un perfecto acento
francés.
Un absoluto deleite
audiovisual y cinematográfico que, sobre todo, nos devuelve al constructor de
sueños en celuloide, ése que se nos perdió tras “Náufrago” en la animación
tridimensional, y al que casi recuperamos con “El vuelo”. La obra de un soñador
narrando el baile a más 400 metros de altura de otro soñador, que sólo quería
verse a sí mismo mirando al vacío, en el día más hermoso de su vida.
A
favor: la vuelta de Zemeckis como constructor de sueños,
Joseph Gordon-Levitt
En
contra: el ninguneo al que ha sido sometida, que puede
hacer pensar que es un producto menor
Calificación ****
No se la pierda
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