Eli
Roth ha vuelto, y por partida doble. Por ello traemos doble crítica, una para
"The Green Inferno", una actualización bastante light y floja del
cine de los maestros italianos del mondo, y "Toc Toc", un entretenido
thriller de carácter sexual que supone todo un cambio de registro para el
cineasta.
LA CRÍTICA. THE GREEN
INFERNO
Alguien se aventuró,
hace ya diez años, a etiquetar a Eli Roth como uno de los enfant terrible del cine de terror moderno, justo cuando otro niño
malo apellidado Tarantino decidió apadrinarle y cobijarle en su regazo. Y lo
cierto es que, en vista de la sangre y vísceras a borbotones que bañan los
fotogramas de “Cabin Fever” o “Hostel”, tenía todo para serlo. Pero sobre todo,
porque Roth es un cachondo mental, un cineasta que con una buena dosis de mala
leche aprovecha para cargar contra temas tan espinosos como los prejuicios
raciales con la misma comicidad y naturalidad con la que cercena un miembro
viril o hace saltar un ojo.
En su postergada “The
Green Inferno”, ese director cachondo al que muchos echábamos de menos está
presente. Una niña corriendo con una pierna cortada en su mano, el divertido
ataque inicial de los nativos, el momento diarrea o el momento masturbación… Y
por supuesto, su crítica abierta hacia la hipocresía de los activismos sociales
y una madre Naturaleza de lo más puñetera que emprende una especie de venganza
poética contra aquellos que tratan de defenderla. Es decir, para bien o para
mal, para acierto o vergüenza ajena, pero esos momentos están ahí.
Sin embargo, lejos de que pueda
entretener durante su metraje, y de estos instantes de cachondeo marca de la
casa, “The Green Inferno” no supone la vuelta que Roth merece después de sus
prometedores trabajos previos. Malos actores –sólo destaca Lorenza Izzo, pero
dentro de la mediocridad interpretativa general-, y una realización, una banda
sonora, unos efectos digitales y una fotografía más propias de la calidad de un
producto televisivo que de uno cinematográfico. Tarda en arrancar, sí, pero eso
es lo de menos. Es su mala factura técnica lo que la hace una propuesta del
montón.
Por si fuera poco, este homenaje nada
disimulado al cine de Sergio Martino, Umberto Lenzi o Ruggero Deodato no está a
la altura siquiera de sus referentes. Una vez entra en situación y empieza lo
bueno, se queda bastante corta en gore y salvajismo con respecto a sus maestros
italianos, y tira de planos cerrados y cortos y de mover la cámara de manera
nerviosa para mostrar lo menos posible. Una versión de lo más light de un tipo
de cine más visceral, más directo a la yugular, obra de un señor al que sus
admiradores defenderán encadenándose a un árbol. Para los demás, es un enfant ya no tan terrible.
A
favor: Lorenza Izzo, elevándose por encima de la
mediocridad de sus compañeros, y sus momentos de cachondeo
En
contra: la mala factura técnica, las interpretaciones
generales, y que es demasiado suave
Calificación **
Se deja ver
LA
CRÍTICA. TOC TOC
¡Feliz Día del Padre!
Lo malo de llamarse Eli
Roth es que tus fans más acérrimos esperan de ti siempre lo mismo. Miembros
cortados, sangre a raudales, mala leche y un concepto muy propio de lo que es
el entretenimiento. “Toc Toc” no tiene nada de lo primero, pero sí que la lectura
de su mensaje entre líneas es de lo más perversa y entretenida.
El director se pone en
la piel de dos sexys jovencitas que trastocarán la idílica existencia
–demasiado idílica, tanto que empalaga- de un feliz padre de familia que debe
quedarse solo en casa para acabar un importante trabajo. Y a través de ellas
habla de la infidelidad y de las debilidades de la carne en una batalla de
sexos en la que las mujeres tienen las de ganar. Pero a su manera. Porque su
última película, aunque le pese a todos esos fans que cargarán contra ella, es
puro Eli Roth, aunque tenga un claro olorcillo a film de encargo.
El responsable de la
incomprensiblemente controvertida “The Green Inferno” mantiene esa mala uva tan
característica de su filmografía y se desenvuelve la mar de bien dentro del
terreno del thriller de suspense. Roth hace suyo el material, sin un estilo
personal a la hora de filmar las escenas –aunque nunca lo ha tenido-, pero
manejando con solvencia todos los resortes de un film de estas características,
y volviendo a dejar el sexo como detonante de toda esa pesadilla que vivirá un
Keanu Reeves no tan creíble y atractivo como sus compañeras Lorenza Izzo y Ana
de Armas, dos portentos que mezclan lo sensual y lo peligrosamente divertido.
Un agradecido cambio de
registro que demuestra que el cineasta es capaz de afrontar otro tipo de
géneros, si bien esperemos que vuelva pronto a ese terror tan visceral y
malsano que le ha dado la fama. Aquí al menos mantiene ese espíritu travieso
que se echaba de menos en su película anterior. Una especie de “Funny Games”
pasada por el filtro de la exploitation setentera, que no deja a los hombres en
muy buen lugar. Cuidado con el Día del Padre y los regalos caídos del cielo. Especialmente
si llaman a la puerta en forma de maquiavélicas y juguetonas lolitas.
A
favor: Lorenza Izzo y Ana de Armas, lo juguetona que es la
propuesta, y ver a Roth desenvolviéndose bien en otro tipo de producto
En
contra: la poca credibilidad de Keanu Reeves y que los fans
de Roth no encajarán bien este cambio de registro
Calificación ***
Merece la pena
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