¿Necesita el mundo a los
superhéroes?
En una ocasión, el
guionista de cómics Grant Morrison dijo que los superhéroes constituyen una
poderosa idea viviente que se niega a darse por vencida, una idea que regresa
una y otra vez para recordarnos pacientemente quiénes somos y qué deseamos
poder ser. Aunque nos burlemos de ellos, les matemos o los vetemos. Morrison,
como otros tantos compañeros de profesión, cree en la figura del héroe como
necesaria para el ser humano, para definirlo y complementarlo.
“Batman v Superman: El
amanecer de la justicia” es la respuesta cinematográfica a una pregunta crucial.
¿Necesita el mundo a los superhéroes? Zack Snyder, un cineasta arriesgado e
infravalorado por los críticos más sesudos, ya exploraba esta necesidad en la
hoy en día de culto “Watchmen”, y planteaba las mismas cuestiones en torno a la
figura de Superman en su particular visión del último hijo de Krypton. Su nueva
epopeya fílmica no es más que una continuación directa y lógica de su trabajo.
Porque si algo puede molestar a más de uno de este gran enfrentamiento es que
trata de combinar la capacidad reflexiva y la oscuridad de su versión de la
obra de Alan Moore y Dave Gibbons con el sentido del espectáculo cargado de
esteroides de su “300”. Es decir, exactamente el mismo contraste de ritmos de
los que adolecía “El Hombre de Acero”, con un extenso prólogo que sitúa una
pantagruélica acción que cuando explota salpica al espectador con un carrusel
de frenetismo y caos. Esto unido a algun a licencia perdonable -ese Doomsday- al hecho de que, como proceso de iniciación
hacia La Liga de la Justicia, se haya visto forzado a meter demasiado material
en dos horas y media de metraje, y esa primera mitad peca de exceso
de información.
Sin embargo, hay otro
prisma desde el que mirar estos posibles defectos. Snyder esgrime con esta
épica aventura un nuevo tipo de adaptación de cómics a la gran pantalla. Una
oda al héroe a través del enfrentamiento de dos fuerzas superlativas que
encarnan simultáneamente, el bien y el mal. Dos puños enfrentados entre sí que
se convierten en un bien y a la vez en un mal necesario en un mundo incapaz de
valerse por sí mismo. Esto es cine de superhéroes con mayúsculas, alejado del sentido
del entretenimiento ligero para grandes masas de su gran rival editorial. Un
film no apto para todos los públicos, realizado por un auténtico fan para los
fans, que puede dejar fuera a todos los demás.
Todo en ella es grande.
Desde sus actores hasta su fotografía, su banda sonora y la dirección. Estos
son los Batman y Superman más fieles vistos hasta ahora en pantalla, y
especialmente Ben Affleck está inmenso. Los demás, desde Gal Gadot hasta Jesse
Eisenberg, resultan convincentes, pasando por un Jeremy Irons cuyo Alfred
constituye el más apegado a las páginas del cómic de la historia. Son los
héroes que merecemos y necesitamos. Es la película que esperábamos ver. Un
nuevo tipo de cine. Esto es puro DC. Y respondiendo a la pregunta, claro que el
mundo necesita a los superhéroes. Y el cine a alguien como Zack Snyder.
A
favor: Snyder conformando un nuevo tipo de cine de
superhéroes, y todo lo que le rodea, especialmente Ben Affleck
En
contra: no es un film para todos los públicos
Calificación *****
Imprescindible
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