domingo, 23 de mayo de 2010

Lost, carta de amor a un viaje irrepetible



El objetivo de este post no es realizar un análisis en profundidad de una de las series culminantes de lo que llevamos de siglo. Primero porque no me atrevería, ya que estamos ante un producto tan complejo que necesitaría una serie de especiales para analizarlo. Y segundo porque ya lo hacen de una manera sublime innumerables blogs y webs en la red como lostzilla.net y lostph.blogspot.com. El objetivo del post es realizar una carta de amor a una serie que en seis años ha cosechado más fans en el mundo incluso que otras series de culto como “Expediente X”, y esto no es decir poco. Una serie que ahora llega a su fin. Intentaré no soltar demasiados spoilers acerca de por dónde va la trama en este momento, pero si en algún instante se me escapa algo de información pido disculpas de antemano.

Seis años han pasado desde que aquel ojo se abriera en medio de la selva y se encontrara con la peor escena posible del mundo concentrada en una sola playa. Sin comunicación, sin equipo de rescate, rodeados de extraños y, claro está, perdidos. Seis años en los que la serie ha jugado convincentemente con el terror, el misterio, la comedia, el drama y la ciencia-ficción, y algún que otro género que ahora no recuerdo pero que seguro que comprende. Hemos visto en estos seis años a unos personajes que se han vuelto ya imprescindibles, hasta los más villanos; una colección de misterios que van desde un cotilla humo negro que vaga por la isla a su antojo o un personaje del que se ha oído hablar en incontables ocasiones, como si de una leyenda se tratara, y al que finalmente pusieron rostro; hemos visto viajes en el tiempo, realidades paralelas, un eterno e interesante debate entre fe y razón, personajes que “resucitan”, otros que no envejecen y hasta una estatua cuyo pie de cuatro dedos nos trajo de cabeza durante años. Y por supuesto descubrimos que cada persona con la que nos cruzamos tiene más relación con nosotros de la que pensamos, y que cada uno esconde una historia.

Recuerdo sentarme una tarde de domingo en el salón de mi casa y ver a un hombre que no podía caminar levantarse como si nada y salir corriendo en medio del desastre para socorrer a los demás. Fue el primer episodio que vi y me bastó esa secuencia para engancharme definitivamente. Luego acabó esa primera temporada y busqué como loco la segunda, sin saber que aún no estaba disponible en español. Así que me lancé a verla en versión original, con las ventajas que ello conlleva, y como muchos preferimos verla. Y lo más preocupante: me creó un síndrome de abstinencia que me obligó a buscar otras muchas series para cubrir el tiempo entre temporadas. Fue en definitiva la serie que me enganchó a otras series. Pero a pesar de que las haya muy buenas, nunca fue lo mismo.

Hoy, desgraciada o afortunadamente, este largo viaje finaliza. Afortunadamente porque es preferible que alcance un final, el que sea, antes que alargarse innecesariamente y transitar terrenos de los que ni sus propios creadores sepan salir airosos. Y desgraciadamente porque va a ser una despedida triste, emotiva, de esas que te hacen llorar, algo que esta serie ha conseguido en mí en más de una ocasión.

Debo admitir que esta última temporada, en especial la trama isleña, me está dejando un tanto frío. No esperaba que fuera ese el rumbo que tomara la historia, ni veo adónde conduce, pero es lo que han decidido sus creadores y habrá que aceptarlo. En el momento de escribir esto no conozco el desenlace, y ando hasta nervioso y expectante por lo que puedan inventarse, por comprobar hasta qué punto conseguirán desencajarme la mandíbula esta vez. Por eso esta carta de amor a esta serie única, irrepetible. Mañana será otro día y conocido cómo acaba puede que mi impresión sea de decepción, de querer matar a los guionistas y los productores, hasta que asimile lo que vea.

Así que me lo tomaré con filosofía. A las 5 y media de la mañana estaré frente al televisor (sí, hasta ese punto llega mi nivel de adicción) para dejarme llevar por esta última parada de la que espero no llevarme la sensación de que todo ha sido en vano. Si consiguieron sorprenderme a mí y a muchos antaño no dudo que lo logren esta vez. Los habrá, eso sí, que critiquen por criticar, como siempre, pero yo prefiero simplemente dejarme llevar. Todo sea por terminar de disfrutar como merece de esta travesía por una de las mejores series de la historia. Ah, y llevo todo el rato hablando de “Lost”, por si no se habían dado cuenta.

1 comentario:

Covenant dijo...

Yo no h podido seguirla, simplemente ni he intentado verla aunque la considero una de esas series que al final acabaré viendo.. tanta repercusión no puede ser por nada, algo tiene cuando sois tantos seguidores..

Saludoss

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