Una pizca de magia
El séptimo arte
necesita de la magia para sobrevivir. Ambos conceptos siempre han estado
estrechamente relacionados. De hecho, el cine es pura magia. Y como dijera
Coppola, las primeras personas que hicieron el cine fueron auténticos magos. Otra
cosa muy distinta es que toda obra cinematográfica te haga sentir la magia en
una sala.
Estamos en una época a la que sin duda le falta esta sensación. La de entrar en una
sala de cine y que te embauquen, te maravillen y te extasíen. Una época de hypes supra vitaminados por campañas
promocionales más colosales que el producto que tratan de vender. De trucos de
manos perpetrados por trileros a los que se les ve el cartón demasiado rápido.
“Animales fantásticos y
dónde encontrarlos” es una ilusión más, pero una muy bien orquestada. No es que
vaya a conseguir recuperar la fe en el celuloide como fábrica de sueños, pero
bien que se acerca. Una más que encomiable manera de dar la bienvenida a la
cartelera navideña, a la que ayuda un envoltorio de ensueño. La correcta
dirección y los juegos de cámara de un ya habitual prestidigitador de la
franquicia del mago de la cicatriz, David Yates, la fotografía, la elfmaniana composición de James Newton
Howard, y un reparto de lo más acertado en el que Dan Fogler se convierte en el
alma de un dúo de lo más clásico, compensando esa sempiterna cara de ser
retraído a la que Eddie Redmayne nos tiene acostumbrados. Y por supuesto su
ambientación, que une con soltura el universo Potter con los locos años 20. Con
el charlestón y la mafia. Con el contrabando y los cabarets.
Una presentación de lo
más atractiva que, no obstante, no acaba por ocultar del todo bien su condición
de producto forzado hecho para rellenar las arcas de Warner. Y es en el guión
donde más se nota. A este cruce entre “Jumanji” y la fiebre Pokemon le cuesta
arrancar durante prácticamente todo su metraje. Uno tiene la sensación de que
la trama no termina por definirse del todo, y que va dando tumbos entre el bestiario
que suponía el libro original y su intento por comenzar una aventura que dé
lugar a una nueva serie de filmes. No tiene ningún as bajo la manga, salvo uno
en forma de cameo que más que sorpresa acaba generando risas. Un sentimiento que
no se abandona ni con un delicioso desenlace que se preocupa por el devenir de
unos personajes a los que acabas cogiendo cariño por el halo de clasicismo que
desprenden, como salidos de una comedia de Laurel y Hardy.
Pero no deja de ser lo
que es, esa pizca de magia que la cartelera necesitaba urgentemente, dadas las
fechas que se aproximan. Sus fans acérrimos la adorarán. A aquellos a los que
les importe un comino, puede que incluso les aburra. Y por ello es importante
lanzar un aviso antes de su visionado: abstenerse muggles, por favor.
A
favor: Dan Fogler y un envoltorio que la hace de lo más
deliciosa
En
contra: un guión que no termina por definirse y arrancar
del todo
Calificación ***
Merece la pena
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