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El mundo a través de los ojos de una tortuga
Ya desde su nacimiento, Sammy demostró ser una tortuga especial. Mientras que sus hermanos rompían el cascarón y se hacían a la mar en el que supone el primer gran viaje para cualquier tortuga, él lo hacía el último, como si no tuviera prisa por nacer. Y no se zambulló en el agua hasta pasado un tiempo, tras navegar a la deriva en un improvisado bote. La gran aventura de Sammy llegaría mucho después, cuando da muestras de un interés insólito en su especie para el descubrimiento y decide poner rumbo a aguas heladas y de paso buscar al amor de su vida, al que conoció en su primer día de vida y al que, por cosas del destino, no volvió a ver nunca más. Ésta es la premisa de “Las aventuras de Sammy”, que desde Bélgica pretende desmarcarse de las grandes superproducciones norteamericanas de los gigantes Pixar o Dreamworks. Y lo ha conseguido visto su resultado en taquilla y su nominación a los Premios del Cine Europeo.
Para un adulto es muy difícil ponerse en la piel de un niño y hacer una crítica de una película puramente infantil. Porque esta película, más preocupada por encantar a pequeños que a grandes y por lucir un notable despliegue visual que aprovecha el 3D de manera más coherente que la mayoría de filmes que llegan en dicho formato, es puro entretenimiento para los más pequeños de la casa. Por ese motivo no me atreveré a calificarla según mi gusto, porque hace tiempo que perdí la inocencia propia de un niño, y la juzgaré según lo que aporte a los más pequeños de la casa y a sus virtudes técnicas.
En ese sentido, nos encontramos ante un producto infantil perfecto, aleccionador y didáctico a la vez que simpático y entretenido. El gran acierto de “Las aventuras de Sammy” es mostrar el mundo a través de los inocentes e imparciales ojos de una tortuga. El recorrido por la vida de Sammy parece que dura unos pocos días, pero su crecimiento conlleva 50 años de la vida humana, durante los cuales Sammy será testigo de lo mejor y lo peor que es capaz de dar el hombre. Desde el movimiento hippie hasta la explotación de la selva, pasando por el accidente de un petrolero, la caza de ballenas, el vertido de residuos al mar o el amerizaje de un módulo lunar, seguramente de alguna de las misiones Apolo. Al final, el mismo Sammy admite no entender a los humanos, pero sí reconoce necesitar su ayuda más que nunca para preservar la naturaleza.
Desde el punto de vista técnico, la peor parte se la lleva el diseño de los seres humanos, no tan cuidado como el de los animales y los pasajes bajo el mar, capaces estos de dar imágenes de una gran belleza. En definitiva, “Las aventuras de Sammy” es cine para toda la familia, pero hace hincapié en hacer disfrutar a los más pequeños, con una clara crítica nada excesiva en su tratamiento acerca de hacia dónde va el mundo por culpa de nosotros mismos, pero consciente de que también tenemos nuestro lado bueno. Muy recomendable para ver en familia.
A favor: mostrar la actitud del hombre ante la naturaleza a través de los ojos de una tortuga
En contra: lo difícil que es juzgarla cuando no se es un niño
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