viernes, 26 de febrero de 2010

LA CRÍTICA

Al límite ***1/2
(Edge Of Darkness)

Ya en su comienzo, antecedido por un lago de cadáveres, “Al límite” –deshonrosa y carente de alma traducción del “Edge Of Darkness” original- se posiciona como atípica propuesta de acción de una estrella de antaño que vuelve al tipo de papel que le dio la fama. Vemos a un Mel Gibson, ocho años retirado de la interpretación, ajado por la edad que recibe a una hija con las horas contadas. Todo con un tempo cinematográfico pausado, cercano más a un thriller setentero de John Frankenheimer que a la película comercial deudora de la saga “Arma letal” que se esperaba de ella.

Y es que “Al límite” no sigue los cánones del cine en el que Gibson despuntara como Martin Riggs, sino que prefiere sorprender al público con una reposada historia de venganza y corrupción que toca las más altas esferas del poder.

Martin Campbell, virtuoso a la vez que elegante realizador de piruetas enérgicas como “Casino Royale”, “La máscara del Zorro” o “Límite vertical”, para más señas realizador de la miniserie británica en la que se basa la película, apuesta por la sobriedad frente al espectáculo con un personaje hecho a la medida de su protagonista y descaradamente concebido como vehículo de lucimiento que el actor, que demuestra haber adquirido una madurez interpretativa de la que solo una superestrella legendaria como él puede presumir, aprovecha de principio a fin en la que es, posiblemente, una de las mejores interpretaciones de su carrera.

“Al límite” posee un desarrollo con más diálogos que acción, aunque la trama de corrupción nuclear se torna un tanto floja. Pero lo que nos prepara el director, otro que parece haber madurado con los años, ayudado eso sí por un equipo técnico soberbio que va desde la banda sonora de Howard Shore hasta el montaje de Stuart Baird, es la antesala de un deseo de venganza reprimido que estalla por fin en una secuencia final de una violencia exquisita, que sigue los aires clásicos que desprende el resto del metraje. Secundan al protagonista los siempre magníficos Danny Huston y Ray Winstone, este último dando la perfecta réplica a Gibson en todo momento, estableciendo así una complicidad que traspasa la pantalla.

El plano final puede estropear el conjunto en cierta medida pero sin llegar a cargárselo del todo, ciertos puntos de la historia no están del todo bien explicados y puede que haya quien se aburra con este Gibson crepuscular que no obstante vuelve a interpretar el rol más ajustado a su perfil, el del muerto viviente de código ético intachable que busca una forma de morir, sin necesidad de razones. Pero este retorno es mucho más que una simple película de tiros y persecuciones: es un filme sin presentación de personajes ni de esquema narrativo, un thriller oscuro y seco sin ansias de espectáculo que nos regala un tipo de thriller hermano de un cine negro que hace tiempo que no nos llega a las carteleras.

A favor: un Mel Gibson crepuscular y la venganza final
En contra: el innecesario plano final y que muchos esperen otra cosa

2 comentarios:

Pablo Martinez dijo...

Visto y considerando que tenemos gustos parecidos, ni bien se me presente una oportunidad veré este regreso de Gibson a la actuación.

ATENCIÓN: Empezó la cuenta regresiva para la entrega de los PREMIOS PALITOH. Ya está disponible en mi blog la encuesta que definirá la terna de "EL PREMIO DE LA BLOGÓSFERA CINÉFILA", así como también las demás categorías cuyos candidatos daré a conocer el 1ro de Marzo.

Los espero a todos participando!

Un abrazooo!!!

PM

Scotty dijo...

No creo, amigo Cinéfago, quu tenga tiempo para esta película ya que se acumulan los estrenos y hay que seleccionar. El Mel Gibson actor nunca me interesoó demasiado. Si me gusta su película Apocalypto.

Un saludo cordial.

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