domingo, 6 de septiembre de 2009

LA CRÍTICA

District 9 ***1/2

No-humanos no permitidos
Para el séptimo arte o se es un extraterrestre de Spielberg, o su sucedáneo Mac, o todos vendrán con siniestras intenciones. Una raza maltratada que ahora encuentra una nueva dimensión bajo la mirada del debutante Neil Blomkamp, vigilado desde la producción por Peter Jackson.
Un año ha pasado desde que el equipo de marketing colgara una enorme pancarta en la Comic Con de San Diego con la silueta de un alien tachada como si de un cartel de “no fumar” se tratase, un número de teléfono, una dirección web que invita a luchar por la supremacía del hombre y un rotundo mensaje: “Sólo para humanos. No-humanos no permitidos”. Tras esto y varios anuncios más en vallas publicitarias, un aluvión de llamadas asegurando haber avistado ovnis y alienígenas. El objetivo estaba cumplido: hacer cundir el pánico y de paso el interés por la película.

Distrito 9 es el nombre del lugar de Johannesburgo donde vive confinada una raza extraterrestre que un día apareció en su nave nodriza, la cual permaneció en pleno cielo sudafricano sin realizar un solo movimiento. La curiosidad humana llevó a un grupo de hombres a adentrarse en el ovni. Lo que allí descubrieron fue a una raza alienígena más cercana a los sin techo que a una forma de vida inteligente. Durante más de dos décadas, el campo de concentración retuvo a los visitantes en unas condiciones de vida deplorables, tratados como seres inferiores y llegando al punto de experimentar con ellos para conseguir dominar su ansiado armamento, que parece responder solo ante manos extraterrestres.


Es imprescindible relatarlo como si de un hecho real se tratase porque es eso precisamente lo que su director nos vende durante la primera media hora. Siguiendo los pasos de su celebrado cortometraje “Alive in Joberg”, Blomkamp relata la historia como un falso documental en el que se dan cita la intolerancia, el racismo, la manipulación de los medios y los salvajes actos que nos convierten irremediablemente en monstruos más que en humanos. Lo que llega a continuación es una mezcolanza de referentes que la convierten en un filme más convencional de lo que uno pudiera esperar a raíz de su excelente campaña de marketing viral: una metamorfosis al más puro estilo “La mosca” de Cronenberg; secuencias bélicas que recuerdan a “Black Hawk Derribado”; un anti-héroe que cual Oskar Schindler llevará a la libertad a los que no son como nosotros; algo de la vertiginosa “Transformers” y abundantes dosis de gore, como si Jackson hubiese extendido su alargada mano sobre el producto.

Es este giro al convencionalismo tras el magnífico arranque es lo que me obliga a decir que quizás “District 9” no es la joya que se esperaba, en especial si uno ha seguido con interés durante un año su trabajada promoción, que prometía una propuesta innovadora que finalmente se disemina hacia la ciencia-ficción de siempre. Esto no hace que sea una película olvidable, pues aunque abandona el acertado terreno del documental por uno mucho más alimenticio, lo que viene después no deja de resultar entretenido y notable frente a lo que desde tierras yanquis nos tienen acostumbrados, a expensas de un guión con demasiados cabos sueltos que no esperemos no fuercen a una secuela -es mejor dejar las cosas estar-.

“District 9” tiene durante todo su metraje un aire a cine políticamente incorrecto, un hídrido en el que conviven la crítica social y la mala leche –la prostitución entre humanos y alienígenas es un buen ejemplo de hasta dónde llega a rizar el rizo-. Pero no abandona, y esto es muy importante, a pesar de dejar de lado el docudrama que algunos esperábamos, ese grandilocuente mensaje no exento de cierto toque misógino: el ser humano es, desde la barbarie de unos actos que le llevan a discriminar y apartar -incluso a sacrificar- a aquellos que no reconoce a sus semejantes, cada vez menos humano. En ese sentido, esta opera prima da en el clavo del discurso cinematográfico y lo hace, sorprendentemente, dentro de una película pequeña pero destinada, como así ha sido, a convertirse en todo un blockbuster veraniego. Pequeña en apariencia, porque posee los efectos especiales mejor integrados con la imagen real que un servidor haya visto jamás en un producto de tan bajo presupuesto.

A favor: lo novedoso de la propuesta
En contra: acaba siendo una de ciencia-ficción convencional
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