A Henry Gibson le descubrí por primera vez en la negrísima comedia de Joe Dante "No matarás... al vecino". Me costó mucho quitarme de la cabeza su caracterización del enigmático psicópata vecino de Tom Hanks, y a partir de entonces no paré de verle en papeles secundarios en tantas películas que he perdido la cuenta.
De nuevo con Dante en "Gremlins 2", a las órdenes de Paul Thomas Anderson en "Magnolia" y de John Landis en "Granujas a todo ritmo", junto a Jerry Lewis en "El profesor chiflado" o en la televisión en "Boston Legal", en la cual permaneció prácticamente durante sus cinco temporadas como el retrógrado juez Clark Brown. Hasta tres veces trabajó con Robert Altman, y fue nominado en una ocasión al Globo de Oro. Su último trabajo fue al lado de Rob Schneider en "Big Stan".
Profesional del cine, el teatro y la televisión, comenzó a la edad de siete años en teatro, pero fue junto a Lewis con quien despegó su carrera casi alcanzada la treintena. Gibson falleció el lunes de un cáncer una semana antes de cumplir los 74 años, pero me he enterado demasiado tarde de la triste noticia. Porque no todos gozan del mismo reconocimiento póstumo, lamentablemente.
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