Decía Orson Welles que algo que lamentaría siempre era no haber realizado nunca una cinta comercial. Así justifica Marc Forster, director de célebres dramas como “Monster’s Ball” o “Cometas en el cielo”, su participación en la 22ª entrega de la saga Bond. Lo cierto es que no todos pueden decir que su paso del pequeño al gran cine haya sido colosal, y si no que se lo pregunten a David Lynch y su particular “Dune”. Forster ha pretendido conseguir llevar el buen pulso que demostró Paul Greengrass con la saga Bourne, pero el tiro le ha salido por la culata.
“Quantum of Solace” comienza de una manera convincente, repitiendo los esquemas de la deslumbrante entrega anterior. Apenas una hora después de capturar al Sr. White, 007 huye en una espectacular secuencia de persecución por Italia hacia el interrogatorio de éste, donde M y él son traicionados por alguien de dentro para poner en libertad a White. El reciclado Bond del nuevo milenio, que puede gustar a unos y traicionar a otros por faltar a la esencia del personaje que conocemos desde hace décadas, da fe durante los primeros 15 minutos de una inquebrantable sed de venganza, no sabemos si contra los que mataron a Vesper, contra ella o contra sí mismo. Es el mayor avance moral que vemos del personaje en una secuela que no continúa de una manera lógica, salvo por ciertos detalles de la trama que conducirán a la próxima parte, o por lo menos como cabría esperar.
Si “Casino Royale” nos presentó una franquicia renovada para las nuevas generaciones y con el fin de enmendar el error Brosnan –fue un buen Bond, pero algunas de sus películas eran mediocres-, “Quantum of Solace” se encarga de acabar con los aires clásicos y sofisticados que Martin Campbell en la dirección y Paul Haggis, Neal Purvis y Robert Wade en el guión lograron. Lo que queda es una secuencia de acción tras otra, un guión no tan brillante –se nota ante todo en la réplica femenina, una Olga Kurylenko muy sensual pero que no llega a la suela de los talones a Eva Green, y mucho menos a su personaje- y la sensación constante de que esta película no es tan buena como la anterior.
Si Daniel Craig, ya completamente cómodo en la piel del agente del MI6, ha superado los obstáculos que tenía en la primera entrega, la duda ahora es si Forster ha sabido tomar el testigo de Campbell. El realizador suizo dirige una película entretenida, vibrante, a pesar de que se pierda en varias secuencias de acción. Pero no es ni mucho menos un director de acción, y eso le pasa factura en muchas ocasiones. El montaje está tan confuso como el mismo guión, lleno de cabos sueltos a los que supuestamente se dará respuesta en próximas películas.
El gran problema de “Quantum of Solace” no es su director, que realiza un trabajo en conjunto solvente, sino sus guionistas. No han sabido continuar una historia que ellos mismos hicieron arrancar de una manera impecable, algo de lo que Campbell se benefició sin duda. Falta una buena réplica femenina, o sobra la que ya está, un villano a la altura de Le Chiffre, y un poco más de sofisticación en una historia que está a merced de la acción y no al contrario. Si el objetivo ha sido desde el principio alejarse del Bond que conocemos han conseguido todo lo contrario. Poco hay distinto en este film, ni los créditos iniciales, a lo que se haya hecho antes con otros rostros, a excepción del comienzo y el final, perfectos nexos de unión entre una película de acción casi redonda y otra futura que esperemos culmine como debe con la sed de venganza de este agente secreto que, ahora más que nunca, tiene licencia para matar. Al menos, y esto se agradece, la película dura poco.
A Favor: que dura poco
En contra: falta Eva Green para dar las réplicas a Bond, un malo más carismático, un guión más estiloso... en definitiva, no es "Casino Royale"
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Acción, Reino Unido-USA, 2008, 108 minutos
Dirección: Marc Forster
Guión: Paul Haggis, Robert Wade y Neal Purvis, basándose en los personajes creados por Ian Fleming
Intérpretes: Daniel Craig, Olga Kurylenko, Mathieu Almaric, Jeffrey Wright, Judi Dench, Gemma Arterton, Jesper Christensen, Giancarlo Gannini, Fernando Guillén Cuervo
2 comentarios:
¿Puedes creer que con lo fisonomista que soy yo, la primera vez que vi la portada de esta peli por la calle, pensé: "Pero cómo ha mejorado Catherine Zeta Jones... la veo mucho más mona..."? :|
Pues yo, cuantas más veces veo el cartel más me cuesta distinguir al Craig del póster del Craig del videojuego. ¿Será que se está pixelando el hombre o que es más realista el videojuego -en cualquier sentido- que la película?
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