Se acabaron las bromas
Definitivamente se acabaron las bromas. Nada libra a los adolescentes hiperhormonados, ni a los torturadores, del juicio final por sus excesos. La crisis en el paraíso del sexo eslovaco que intentaba vendernos la primera entrega como resumen de los miedos americanos y colectivos sigue presente, pero ya no es más que la excusa para contar lo mismo de una manera distinta.
Si algo queda claro tras ver las espléndidas “Cabin Fever” y “Hostel”, donde el concepto del miedo por incomprensión y desconocimiento de lo foráneo ya dejaba asomar su hemoglobínica dosis de terror visceral, es que Eli Roth no es un tipo tonto. Con papá Tarantino como cabeza propulsora del proyecto, Roth se deshace de cualquier atisbo de copiar a su predecesora y hace ascender a esta secuela un peldaño por encima.
Cuando la estructura narrativa parece seguir los mismos criterios que el primer “Hostel”, esta segunda entrega cambia totalmente de tercio llegado el conveniente instante y aporta dos nuevas y trascendentales ideas a la saga. La primera es esa sensación purificante de destrozar la belleza juvenil americana que da una nueva razón para la tortura más allá que la del turismo sexual, la misma que servía de base en forma de enfermedad venérea en “Cabin Fever”, la misma que se vuelve en contra de las protagonistas de esta nueva pesadilla.
La segunda, y quizás más influyente, es la de mostrar la otra cara, la de la organización interna, la de los torturadores y sus motivaciones, sin llegar jamás a justificar sus actos ni permitirles la redención que parecen merecer en determinados momentos de la trama. Como ya dije al principio, aquí se acabaron definitivamente las bromas. El terror de Roth se torna de nuevo aleccionador, pero ya las excusas sobran. Sabemos perfectamente qué va a ocurrir, quiénes van a perecer y de nada sirve dejarlo en suspense. Eso estaba bien la última vez, pero ya no sirve de nada. Lo importante ahora es el horror por el horror, y si hay que amputar miembros sensibles se hace, con la misma sangre fría con la que Jay Hernández daba caza a su torturador al final de la primera.
Da igual que a ratos se parezca a la anterior, que sea previsible en algunos aspectos o que no convenza a partes iguales durante todo su metraje (en especial por ese final de torturado convirtiéndose en torturador, algo repetitivo). Roth es inteligente, sabe jugar sus cartas y da lo mismo pero haciéndolo parecer distinto. Y sobre todo recupera ese humor tan macabro que se echaba de menos desde el final de su primera película, con esos niños jugando al fútbol con la cabeza de la modelo.
Fecha de Estreno en España: 15 de Junio
Título original: Hostel. Part II; Nacionalidad: EEUU; Año: 2007; Duración: 95 minutos; Dirección y guión: Eli Roth; Intérpretes: Lauren German, Bijou Philips, Roger Bart, Richard Burgi, Vera Jordanova, Heather Matarazzo
CÓDIGO DE ESTRELLAS***** Imprescindible
**** No se la pierda
*** A tener en cuenta
** Se deja ver
* Ni se moleste
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