martes, 16 de octubre de 2012

El Corto Cinéfago: Frankenweenie

Fue el corto que rompió su relación durante diez años con Disney –una década más tarde volverían a entenderse, y distanciarse nuevamente más de 15 años-, compañía que no entendía su toque siniestro enormemente influenciado por el terror de la Universal, el expresionismo alemán y las obras de Gorey, entre otros. Tras el éxito de una obra convertida de manera casi instantánea en clásico de culto como “Vincent”, Tim Burton volvió en 1984 con “Frankenweenie”, esta vez en imagen real en blanco y negro. Un homenaje confeso hacia James Whale que asustó a la Disney, y base del magnífico largometraje en stop motion que la misma factoría ha producido este año. Es lo que tiene ser Tim Burton hoy en día y haberles dado un reciente éxito como “Alicia en el País de las Maravillas”.


En mi opinión  es excesivamente largo y bastante más flojo, más allá de sus influencias, que su anterior trabajo, pero en él se recogen las constantes de su filmografía: amor por lo freak, tenebrismo, el tema de la aceptación de la pérdida como telón de fondo y, por supuesto, la historia de Frankenstein pululando por cada fotograma, esa que le serviría de base para dar unos años más tarde una joya como “Eduardo Manostijeras”. Porque “Vincent”, con mucha menor duración, era más completo y consistente que este “Frankenweenie”. Juzguen ustedes mismos.

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