miércoles, 31 de diciembre de 2008

Lo que 2008 nos dejó

Cuando realicé la encuesta de mejor película de 2007, la impresión general fue que ese año resultó poco satisfactorio según la mayoría. No lo vi así. Este 2008 que ahora acaba no ha acabado de llenarme, aunque eso no quiere decir que falten películas memorables. Especialmente la que es para muchos, y me incluyo, la mejor del año. Christopher Nolan reconcilió a crítica, público y cine comercial con “El caballero oscuro”. A nivel mundial, y a falta de su reestreno en salas estadounidenses en Enero, la cinta ha recaudado 997 millones de dólares, quedando en cuarto puesto. Y no se puede hablar de esta película sin mencionar a uno de sus grandes valores, Heath Ledger. El actor protagonizó la despedida más inesperada del año, aunque lo hizo regalándonos una interpretación de Oscar póstumo asegurado.

Hemos vivido la materialización de un sueño, o más bien una odisea, la de Vigalondo presentando por fin “Los cronocrímenes”, original y sensacional desde el comienzo hasta el final, sin contar a sus actores… Vivimos la campaña viral de "Monstruoso (Cloverfield)", aunque en nuestro país no despuntara demasiado; los Coen triunfaron en los Oscar con la difícil “No es país para viejos”, que sirvió a Bardem para su estrellato definitivo, Oscar incluido; Rambo volvió de una manera actualizada y consecuente, con un Stallone que desbordó inteligencia por cada fotograma; Daniel Day-Lewis volvió a demostrar que es un gran actor –ahí va otro Oscar- en la película más extraña de Paul Thomas Anderson, “Pozos de ambición”; Tim Burton sorprendió con un musical, siguiendo claro está su estilo, y Johnny Depp y Helena Bonham Carter hicieron lo propio cantando; Indiana Jones volvió más vivo que nunca dispuesto a reventar taquillas, aunque le ganara la partida, de manera sorprendente, Iron Man; el protagonista de ésta, Robert Downey Jr., resucitó de manera potente, y dio un secundario memorable en “Tropic Thunder”; Michael Haneke volvió a polemizar realizando un remake de una película suya, “Funny Games”; Mulder y Scully y las chicas de “Sexo en N.Y.” volvieron, aunque las últimas con mayor fortuna; Pixar volvió a regalar otra obra maestra, “Wall-E”; Woody Allen convenció a propios y extraños con su aventura española, “Vicky Cristina Barcelona”; Fesser se puso serio en “Camino”; “La Soledad” dio la campanada en los Goya, y el cine europeo se abrió hueco con “Gomorra” y “La Ola”.

2008 fue también el año en que al cine se le apagaron los ojos. Paul Newman daba muestras de galantería en su decisión de fallecer en la intimidad con los suyos. Y tratándos de él, la prensa lo respetó. Ningún otro clásico lo habría conseguido. Por ejemplo, Charlton Heston nos abandonó, pero no consiguió que dejara de hablarse de él como presidente de la Asociación Nacional del Rifle. El cine español perdió a un gran guionista, Rafael Azcona, nominado a los Goya de manera póstuma en la próxima edición, y a Hollywood se le marchó también otra gran fuente de ideas, Michael Chrichton.

El mismo año en que llegaba a su fin la huelga de guionistas en Hollywood daba comienzo una aún más amenazante, la de actores. Por fin el cine y la televisión americanas volvieron a su cauce habitual, pero con el miedo de que los actores y actrices se unan a la protesta. La SGAE, en su enésimo intento por paliar la piratería, intenta imponernos una y otra vez cánones abusivos, y la victoria de Obama en las elecciones americanas es como una ola que afecta a televisión, cine, radio, prensa y cualquier otro tipo de medio de comunicación.

2008 no fue tan mal, aunque a excepción de un par de filmes, no acabó de despuntar del todo. 2009 promete “Watchmen”, Almodóvar, Amenábar, Cruise y su “Valkyria”, más del incombustible Eastwood, “Star Trek” según J.J. Abrams, la secuela de “El código Da Vinci”, la guerra según Tarantino e incluso un hombre que rejuvenece conforme pasan los años. Viene cargadito, y brindemos porque 2009 tenga muchas menos pérdidas irreparables que 2008 y muchas más sorpresas. Feliz año nuevo, cinéfagos.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

"Pesadilla antes de Navidad", la Navidad según Tim Burton

La carrera de Tim Burton ha yuxtapuesto en reiteradas ocasiones su afinidad por el submundo gótico y el ambiente de las fiestas navideñas. Así, en “Eduardo Manostijeras” o “Batman Vuelve”, por ejemplo, vemos el contraste entre el universo sombrío del imaginativo director y las luces navideñas que adornaban el barrio residencial de la primera y la ciudad de Gotham en la segunda. No obstante, este anacronismo comenzó casi una década antes, mientras observaba cómo en un escaparate retiraban los detalles de Halloween y los sustituían por motivos navideños. Fue ese contraste el que activó su mente creadora y dio pie a un largo poema titulado “Pesadilla antes de Navidad”.

El director presentó su idea a los ejecutivos de la Disney, para los cuales trabajaba como animador, pero estos lo rechazaron debido a que no seguía el espíritu de la compañía. El proyecto quedó aplazado, y por entonces Burton comenzó a trabajar en su primer corto, “Vincent”, el cual le permitió perfeccionar la técnica del stop-motion. Conforme pasaron los años, la reputación del cineasta creció exponencialmente, para el público especialmente entre el gótico, y para los mandamases de las grandes productoras gracias al éxito cosechado con “Batman”. Consciente de su posición, Tim Burton volvió a presentar a Disney el proyecto que había aparcado, en esta ocasión planteándolo como película de animación basada en la famosa técnica stop-motion que el mismo había perfeccionado. Los de la Disney aceptaron el reto, no sin antes delegar las labores de producción a su filial Touchstone Picture, ya que la historia seguía sin encajar en el espíritu de la compañía.

La larga labor de producción y rodaje había comenzado. Henry Sellick, veterano animador de la Disney, fue el encargado de dirigir el film, siguiendo escrupulosamente la esencia, y sobre todo estética, del cine de Tim Burton. De hecho, Sellick pareció posteriormente haber sido poseído en la muy burtoniana “Monkeybone”. Conviene resaltar este punto, pues si bien la película parece dirigida por Burton, algo que mucha gente cree todavía, no fue así, y la coletilla de “de Tim Burton” del título definitivo hace referencia a que está basada en un relato y sus bocetos del director, quien no se encargó siquiera del guión, aunque sí de la producción. Entre las cifras de la película destaca el largo rodaje debido a la técnica utilizada. Se necesitaba alrededor de una semana para lograr un minuto de cinta, y sumando la pre y post-producción y teniendo en cuenta que la duración final fue de 73 minutos, fueron necesarios casi tres años de trabajo.

El resultado final fue artísticamente impecable. Se aumentó el número de personajes del poema, que sólo contaba con tres, y los decorados. El compositor habitual de Burton, Danny Elfman, compuso la fantástica banda sonora y las letras de las canciones, además de prestar la voz en las canciones al personaje protagonista, Jack Skellington, el Rey de las Calabazas en Halloweentown que en plena crisis existencial descubre que su universo no es más que otro de los muchos mundos que gozan de festividad propia. Así, en medio de árboles con puertas que lleva a esos mundos, se ve interesado en uno particular, la Ciudad de la Navidad, cuyas fiestas cree poder mejorar suplantando cual Grinch, con la salvedad de que éste pretendía estropearla, a Santa Claus. En el doblaje original, en el cual Elfman presta su voz a varios personajes secundarios más, aparecen actores habituales del director, como Catherine O’Hara, actriz casi olvidada por el cine actual que ya había trabajado en “Bitelchus”, y Paul Reubens, el inolvidable Pee-Wee Herman.

Cuando afirmaba que la película sigue la doctrina burtoniana escrupulosamente es porque lo hace incluso en los más pequeños detalles. Por ella pululan personajes de otras obras de Burton. El gato de “Vincent” aparece al principio, saltando a un cubo de basura; la serpiente vista en la película es la misma serpiente de arena de “Bitelchús”; en esta misma película, cuando el personaje interpretado por Michael Keaton emerge del suelo en forma de enorme carrusel, en lo alto de su sombrero tiovivo aparece la cabeza de Jack Skellington; cuando las luces persiguen a Jack puede oírse un extracto del tema central de “Batman”; entre los regalos repartidos por Skellington encontramos una versión en miniatura del pato amarillo en el que se montaba el Pingüino de “Batman Vuelve”, así como la cabeza de gato que servía de imagen de la Corporación Shreck en la misma película, la cual se encontraba en plena fase de rodaje mientras se realizaba “Pesadilla antes de Navidad”.

Cuando la película se estrenó en cines en 1993, el éxito en taquilla fue moderado, pero la crítica la alabó como clásico inmediato. El tiempo le ha dado la razón, y las reediciones en vídeo y DVD no han hecho más que aumentar su legión de seguidores. El mismo Burton asegura que “la película resultó al final mejor de lo que yo mismo esperaba; es la película que siempre quise hacer”. Entre sus reconocimientos destacan los dos premios Annie, los Oscar de la animación, y la nominación a la banda sonora en los Globos de Oro y en los Oscar a los efectos visuales, galardones ambos que no recibió.

15 años después de su estreno ha llegado a nuestras carteleras, con dos años de retraso, la versión remasterizada en 3D de una de las mejores películas navideñas, y no exagero, de todos los tiempos. Burton volvió a usar la técnica stop-motion para rodar una película entera en “La novia cadáver”, la cual sí dirigió y con la que consiguió un mayor éxito de taquilla, aunque la crítica no paró de compararla con aquella película que a día de hoy sigue cautivando a grandes y pequeños por igual, sin necesidad de seguir las infantiles doctrinas disneyianas.

sábado, 20 de diciembre de 2008

GOYA 2009: NOMINADOS E IMPRESIONES

Hace unos días salían las nominaciones a los Goya, que se repartirán a los ganadores el próximo 1 de Febrero. Como ya hice con los candidatos a los Globos de Oro, comento algunas de las sorpresas y curiosidades que he encontrado en la lista.

  1. Contra todo pronóstico, "Los girasoles ciegos" parte como favorita. Incluso su director José Luis Cuerda, también nominado, se ha sorprendido al respecto. La sorpresa se entiende en la reacción de la crítica, que fue algo tibia en su acogida al film. Diferente acogida, por polémica, tuvo "Camino", a la que muchos vieron como favorita en esta edición. Sin embargo, la película de Javier Fesser tiene menos nominaciones que "Solo quiero caminar", aunque más importantes.
  2. No obstante, entre las nominaciones importantes para "Camino" se echa de menos la de Mariano Venancio como secundario, aunque sí figuran las deslumbrantes Carme Elías y la debutante Nerea Camacho, la más que segura ganadora.
  3. Una de mis películas favoritas de 2008, "Los crímenes de Oxford", se cuela entre las favoritas, aunque solo cuente con cuatro candidaturas de peso (película, director, guión adaptado y música), siendo el resto técnicas.
  4. La academia ha preferido nominar a Javier Cámara por su rol cómico en "Fuera de carta" antes que por su intensa interpretación dramática en "Los girasoles ciegos", y eso que está estupendo en ambas.
  5. Nacho Vigalondo y sus cronocrímenes se encuentran en la categoría más obvia, dirección novel. No es que tenga mucha competencia, y hay ganas de verle subir a recoger el premio enchaquetado. ¿Se cortará el pelo?
  6. Dos actores del otro lado del Atlántico se cruzan en la categoría de actor principal, Benicio del Toro por "Che. El argentino" y Diego Luna por "Solo quiero caminar". En el caso del primero la duda es si irá a la gala, y si también le nominarán por la segunda entrega del revolucionario, porque recordemos que el film de Soderbergh se estrena en dos partes.
  7. La gran Tina Sáinz deja por fin ver su rostro en el cine después de tanto tiempo, y lo hace consiguiendo nominación. Lo ha hecho por la película de Garci, al cual han vuelto a dejar de lado en esta ocasión. Contra ella compiten Penélope Cruz, que repite la misma nominación de los Globos de Oro, Rosana Pastor, a quien también se echaba de menos, y una de las mejores de nuestro cine, Elvira Mínguez, cuyo segundo trabajo a las órdenes del tándem Corbacho/Cruz le brinda de nuevo la nominación. Recordemos que entonces consiguió la estatuilla. ¿Repetirá suerte?
  8. Los cuatro nominados a mejor director están presentes a su vez en el apartado de guión, así que algunos tienen el doble de oportunidades. Ahora bien, sería justo otorgar el premio a título póstumo a Rafael Azcona, algo de lo que se beneficiaría Cuerda, co-escritor del guión. Esto en cuanto a guión adaptado. En cuanto al original, la lucha estará prácticamente entre Fesser y Díaz Yanes.
  9. La para muchos (me incluyo) mejor película de 2008, "El caballero oscuro" está en la categoría de ¡película europea! Creía que era puramente yanqui. Si no es así que alguien me lo aclare. Le han quitado las potenciales competidoras, películas como "Gomorra" o "La Ola", y solo queda como dura oponente "El niño con el pijama de rayas".
  10. No sé qué criterio se sigue para la candidatura de actor revelación, pero desde luego para mí Luis Bermejo tiene muy poco de revelación, o será que le he visto demasiado como secundario y en televisión en papeles que no levantaban demasiada polvareda.
  11. Una última consideración: han obviado a Victoria Abril por "Solo quiero caminar". Hace más de una década triunfó con la primera entrega de esta película en los Goya...

No lo incluyo en la lista, pero reitero mi alegría ante el Goya de Honor de este año, Jess Franco. Espero su discurso y su presencia incluso más que ver de qué guisa va Vigalondo. Ahí es nada. Pueden consultar la lista completa de nominados en la web de Fotogramas.

domingo, 14 de diciembre de 2008

GLOBOS DE ORO 2009: NOMINADOS E IMPRESIONES


Ya se han hecho públicas las nominaciones a los Globo de Oro 2009, y con ellas las primeras impresiones. Conozcamos primero a los candidatos principales y a continuación haré una serie de comentarios al respecto.

Mejor película (drama)
  • ‘The Curious Case of Benjamin Button’ (‘El curioso caso de Benjamin Button’)
  • ‘Frost/Nixon’
  • ‘The Reader’
  • ‘Revolutionary Road’
  • ‘Slumdog Millionaire’

Mejor película (comedia o musical)

  • ‘Burn After Reading’ (‘Quemar después de leer’)
  • ‘In Bruges (‘Escondidos en Brujas’)
  • ‘Happy-Go-Lucky’
  • ‘Mamma Mia!’
  • Vicky Cristina Barcelona’

Mejor director

  • Danny Boyle – ‘Slumdog Millionaire’
  • Stephen Daldry – ‘The Reader’
  • David Fincher – ‘The Curious Case of Benjamin Button’
  • Ron Howard – ‘Frost/Nixon’
  • Sam Mendes – ‘Revolutionary Road’

Mejor actor (drama)

  • Leonardo DiCaprio – ‘Revolutionary Road’
  • Frank Langella – ‘Frost/Nixon’
  • Sean Penn – ‘Milk’
  • Brad Pitt – ‘The Curious Case of Benjamin Button’
  • Mickey Rourke – The Wrestler’

Mejor actriz (drama)

  • Anne Hathaway – ‘Rachel Getting Married’ (‘La boda de Rachel’)
  • Angelina Jolie – ‘Changeling’ (‘El intercambio’)
  • Meryl Streep – ‘Doubt’ (‘Duda’)
  • Kristin Scott Thomas – ‘I´ve Loved You So Long’
  • Kate Winslet – ‘Revolutionary Road’

Mejor actor (comedia o musical)

  • Javier Bardem – ‘Vicky Cristina Barcelona’
  • Colin Farrell – ‘In Bruges’
  • James Franco – ‘Pineapple Express’ (‘Superfumados’)
  • Brendan Gleeson – ‘In Bruges’
  • Dustin Hoffman – ‘Last Chance Harvey’

Mejor actriz (comedia o musical)

  • Rebecca Hall – ‘Vicki Cristina Barcelona’
  • Sally Hawkins – ‘Happy-Go-Lucky’
  • Frances McDormand – ‘Burn After Reading’
  • Meryl Streep – ‘Mamma Mia!’
  • Emma Thompson – ‘Last Chance Harvey’

Mejor actor de reparto

  • Tom Cruise – ‘Tropic Thunder’
  • Robert Downey Jr. – ‘Tropic Thunder’
  • Ralph Fiennes – ‘The Duchess’
  • Philip Seymour Hoffman – ‘Doubt’
  • Heath Ledger – ‘The Dark Knight’ (‘El caballero oscuro’)

Mejor actriz de reparto

  • Amy Adams – ‘Doubt’
  • Penélope Cruz – ‘Vicky Cristina Barcelona’
  • Viola Davis – ‘Doubt’
  • Marisa Tomei – ‘The Wrestler’
  • Kate Winslet – ‘The Reader’

Mejor guiónNegrita

  • Simon Beaufoy – ‘Slumdog Millionaire’
  • David Hare – ‘The Reader’
  • Peter Morgan – ‘Frost/Nixon’
  • Eric Roth – ‘The Curious Case of Benjamin Button
  • John Patrick Shanley – ‘Doubt’

Mejor banda sonora

  • ‘Defiance’ (‘Resistencia’)
  • ‘The Curious Case of Benjamin Button’
  • ‘Slumdog Millionaire’
  • ‘Frost/Nixon’
  • ‘Changeling’

En vista de estas nominaciones, encuentro conveniente señalar algunas curiosidades:

  1. La ausencia de la para muchos Película del Año, “El caballero oscuro”, en las principales categorías. Tan sólo opta a la más esperada, la de secundario para Heath Ledger, cuyo galardón tiene prácticamente asegurado a título póstumo. Por mi parte la habría nominado en las categorías de película, director, guión y banda sonora.

  2. En la misma categoría, compitiendo con Ledger, encontramos sorprendentemente a Tom Cruise por “Tropic Thunder”. Considero su trabajo en la película de Ben Stiller más de Razzie que de Globo de Oro, pero es cuestión de gustos. Puestos a nominar a un secundario en una comedia, haberlo hecho al Brad Pitt de “Quemar después de leer”. Quien sí merece figurar por “Tropic Thunder”, y posiblemente el rival más fuerte junto a Philip Seymour Hoffman, es Robert Downey, Jr.

  3. Si bien Pitt no ha conseguido doble nominación, aunque sí la de actor de drama, una de las mejores actrices del Hollywood actual sí lo ha hecho. Kate Winslet figura como actriz de drama por “Revolutionary Road” y como actriz de reparto por “The Reader”. Otra gran actriz, Meryl Streep, consigue doblete como actriz en comedia y drama, en el primer caso por “Mamma Mia!” y en el segundo por “Doubt”.

  4. Woody Allen y en especial Clint Eastwood, quien como siempre se había asegurado dos películas este año (una sin estrenar incluso), han sido obviados en esta edición. Para el primero es habitual, pero para el segundo es toda una sorpresa. Los que sí salen ganando son los intérpretes de sus respectivas películas, entre ellos los españoles Bardem y Cruz. Esta última puede incluso llegar a los Oscar como secundaria por “Vicky Cristina Barcelona”.

  5. La pareja de directores de moda de 2008, los Coen, no figuran en la categoría de dirección ni guión, aunque sí lo hace como película y Frances McDormand como actriz.

  6. La prensa estadounidense que organiza estos premios vuelve a hacer la cama a Ron Howard. Su película “Frost/Nixon figura como una de las favoritas, y él en la categoría de dirección. La gran alegría personal ha sido ver a un gran intérprete al que parecían tener olvidado como Frank Langella en la categoría de actor de drama.

  7. Por último, la previsible nominación a una de las interpretaciones del año, la del resurgido Mickey Rourke en “The Wrestler”. Paradójicamente, esta película, que incluso venció en el pasado Festival de Venecia, y su director Darren Aronofsky no están presentes entre los nominados.

Los galardones se repartirán el próximo 11 de Enero, y parece que David Fincher y “El curioso caso de Benjamín Button” serán los grandes triunfadores.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

LA CRÍTICA

Mongol ***

Una de las películas más desafortunadamente famosas que este crítico recuerda sobre la figura de Genghis Khan fue la que realizó Henry Levin en 1965 con Omar Sharif como protagonista. Aquella superproducción tuvo la mala suerte de caer en manos de un director que no supo afrontar un proyecto con demasiadas carencias narrativas, presupuestarias y de montaje. El más famoso guerrero de la cultura mongola, cuya sombra mitológica incluso alcanza Occidente, merecía una visión más fiel y de mayor envergadura.

El cineasta ruso Sergei Bodrov ha conseguido superar todas las deficiencias técnicas de las que adolecía el film de Levin. “Mongol” supone dos horas de cine épico que en forma pretende (y consigue) ser cine crepuscular y con mayúsculas. La película solamente recoge los primeros años de vida de Temudgin, desde su infancia junto a las lecciones de su padre, el Khan Esugei, hasta la victoria frente a su amigo de la infancia y posterior enemigo, Jamukha. Por el camino, Bodrov consigue plasmar ciertos aspectos de las tradiciones y leyes mongolas del siglo XII, como la elección de la futura esposa a la temprana edad de 9 años. Asimismo, acierta al insertar determinados componentes religiosos y espirituales en el relato, ya sea el miedo de la sociedad a los truenos o la relación entre Temudgin y los dioses.

Bodrov, a su vez, consigue secuencias de impacto visual, haciendo buen uso de los recursos cinematográficos. Música, fotografía, incluso el uso del ralentí están al servicio de una película que logra en sus minutos finales una de las batallas mejor planificadas y montadas del cine de los últimos años, sin abusar de las herramientas infográficas propias del cine made in USA y con la dosis necesaria de violencia y sangre que habría hecho las delicias del Mel Gibson de “Braveheart”.

Aun así, la cinta de Bodrov, que juega sus bazas en su ingente despliegue técnico, sigue siendo insatisfactoria para realizar el retrato que Genghis Khan se merece. Las escasas dos décadas que transcurren en ella no son suficientes para vislumbrar los logros y la importancia de tan histórico personaje. Durante dos horas vemos el esbozo de lo que fue el mito, pero no llega a convencernos de su importancia histórica. Se echa en falta algo más de profundidad en la figura del guerrero, en las costumbres de la época, en las conquistas posteriores a la unificación del Imperio Mongol y su expansión. En definitiva, “Mongol” logra una impecable puesta en escena, pero al finalizar queda la sensación de que podría haberse diseccionado más al personaje como merece, su imagen de sanguinario guerrero y su astucia en la guerra –esto sólo se muestra en parte en la batalla final, pero no se muestra la guerra psicológica fundamentada en el miedo de la que hacía gala-. No obstante, el film de Bodrov no deja de estar por encima de la media de muchas de las superproducciones épicas que llegan del otro lado del Atlántico.
A favor: el despliegue visual
En contra: no es la película definitiva sobre Genghis Khan

sábado, 6 de diciembre de 2008

Crystal Lake reabre sus puertas en 2009

5 años han pasado desde su última aparición en pantalla, y muchos más desde que el campamento Crystal Lake abriera sus puertas por última vez. En una época cinematográfica alimentada por la actualización de los clásicos que impone la moderna industria, hemos visto el resurgir redimensionado de James Bond, Michael Meyers y hasta Freddy Krueger, cuyo nuevo rostro está por venir. El Michael Bay productor disfruta rememorando y en algunos casos vilipendiando las películas de serie B que formaron su niñez. Así, en sus manos han caído los remakes de “Carretera al infierno”, “Terror en Amityville” y la más conseguida de todas, “La matanza de Texas”.

Marcus Nispel, quien acertara con su versión videoclipera de la historia de cara-cuero, ha sido el escogido por Bay para reabrir Cristal Lake y revivir, una vez más, a Jason Voorhees. En Internet se asegura que es un remake del original, aunque yo no veo a la madre por ningún lado. También se dice que se contará desde cero sus orígenes y que alternará con nuevas versiones de escenas de antaño. A juzgar por el tráiler yo no he visto ninguna de estas cosas. Lo que sí parece es la enésima secuela de una saga ya pasada de moda, aunque con un asesino más rápido que de costumbre. Y lo que sí queda claro es que al menos esta vez la calidad cinematográfica de la película superará a la de entregas anteriores. Al frente del reparto un rostro televisivo reconocible para todos aquellos que fagocitamos la caja tonta, Jared Padalecki, famoso por la serie “Sobrenatural”, y un nuevo Jason, el robusto Derek Mears. Las dudas quedarán despejadas el 13 de Febrero.



Y cambiando de tercio, de cara a los Oscar, la Warner planea reestrenar en Enero en los cines USA “El caballero oscuro”, que sigue como firme candidata a hacerse con más de una nominación. A ver quién arrebata el galardón a Heath Ledger. El objetivo es además intentar que la película llegue a los 600 millones de dólares de “Titanic”, ya que ha recaudado en suelo yanqui 530 millones, convirtiéndose en la segunda más taquillera de la historia por detrás del film de James Cameron. A nivel mundial tan sólo le restan 4 millones para rebasar los 1000 millones, y 70 para alzarse con el tercer puesto, que ostenta “Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto”.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Maestros del Horror: Joe Dante

Posiblemente, y descontando las películas slapstick de la carrera de Stuart Gordon, Joe Dante sea de los directores que integran Masters of Horror el que mejor ha sabido unir mala leche y terror. Así lo demuestran las dos entregas de Gremlins o “No matarás… al vecino”, por ejemplo. Muchos dicen que si su nombre figura en esta serie es debido a una sola película, “Piraña”, del mismo modo que la carrera de John Landis incluye únicamente un gran título del género. Sin embargo, para mí su carrera, al contrario que la de Landis, nunca ha estado muy alejada del humor y del horror. En sus inicios trabajó para el mítico Roger Corman, y eso marca, hasta que Spielberg le atrajo al lado oscuro, como ya intentara anteriormente con Tobe Hopper con resultados nefastos, para dirigir el tercer segmento de “Twilight: The Movie”. Junto al Rey Midas o por separado, la afición de Dante por el fantástico se ha dejado ver hasta en obras más comerciales como “Pequeños Guerreros”.

Lo cierto es que Dante ha estado perdido estos últimos años, y ha sido gracias a la serie creada por Mick Garris que ha vuelto a ocupar el sitio que merece en la industria, aunque fuera solamente por un par de años. Su aportación a MOH ha sido muy positiva, para muchos deslumbrante, y con una de las constantes de su filmografía: el humor negro.

“Homecoming” (aquí, como el “Vértigo/De entre los muertos” de Hitchcock, titulada de manera doble y alternativa, “El regreso/El ejército de los muertos”) fue muy bien acogida en el Festival de Sitges de 2006, alzándose con la Mención Especial del Jurado y el premio al Mejor Guión. No ha sido el único episodio de la serie que ha conseguido una buena acogida por parte de la crítica y el festival, pero sí el único en hacerse con galardones. La historia, ridículamente ingeniosa, hace una crítica abierta a la guerra de Irak. Los soldados fallecidos vuelven a la vida para reclamar su derecho al voto y para hablar en contra de una guerra injusta a la que fueron enviados con argumentos fallidos.

Dante, quien trata el tema de una manera cómica, pero sin restarle credibilidad y seriedad al asunto, realiza un gran trabajo que se reserva su ataque más mordaz en el desenlace, mostrando cómo las esferas más altas del poder y que rigen el destino del mundo están formadas por zombies. En medio, se reserva algunos homenajes a Romero y Tourneur y una secuencia pro derechos raciales, aquella en la que un soldado “muerto” entra en una cafetería tras haber deambulado bajo la lluvia y el dueño le ofrece apoyo, cobijo y algo para tomar. Todo salpicado con algunas sobrantes frases que explican demasiado las ideas que la cinta intenta exponer, pero que son bastante obvias ya en la misma historia. Ese afán de grandilocuencia le resta puntos, además del hecho de ser un film de vida efímera, tanto que, pasados ya tres años de su estreno, su mensaje suena a caduco. Es lo que tiene una sociedad que, al contrario de lo que ocurre con los soldados-zombie, olvida tan fácilmente lo que ocurre en la actualidad.

Con mucha mayor seriedad trató su trabajo en la segunda temporada, “The Screwfly Solution”. Si en “Homecoming” puso sus zarpas sobre una guerra injusta, ahora su particular mirada se cierne sobre la violencia de género. ¿Qué ocurriría si de repente los hombres se volvieran locos y comenzaran a asesinar a las mujeres? Éste prometedor punto de partida es sabiamente aprovechado por el director, quien elude en esta ocasión las concesiones a la comedia y da un capítulo muy propio de un clásico de la televisión, “Más allá del límite”.

Ya sea por motivos biológicos o movidos por una fervorosa fe cristiana, el exterminio del sexo femenino de la película conduce inevitablemente al del masculino, debido a la incapacidad posterior de perpetuar la especie. Algo parecido a lo que ocurre en algunas plagas de insectos, a las cuales se les inhibe el deseo sexual para aniquilar a la especie. Y así acaba este particular Apocalipsis, con la población femenina prácticamente diezmada por capricho de una especie invasora alienígena de apariencia sospechosamente femenina, en un final que puede echar abajo lo conseguido durante una hora de metraje, pero que arroja una moraleja igualmente válida: las mujeres, y no los hombres, son potencialmente más importantes y por tanto más peligrosas para cualquier especie invasora. El machismo se torna en feminismo llevado al límite de una manera inteligente, a pesar de la opción de la componente de ciencia-ficción del final. El título español, “El eslabón más débil”, adquiere una inteligente importancia entonces, no quedando claro a cuál de los dos se refiere realmente.

Ambos episodios son muy poco televisivos, siendo de los más cinematográficos de toda la serie. Entre los rostros que lo componen tenemos al ex chico Sensación de Vivir, Jason Prestley, y al gran Elliot Gould en el episodio de la segunda temporada, y un cameo de la protagonista de “La noche de los muertos vivientes” en el de la primera como madre del protagonista. De hecho, la secuencia en la que aparece rememora la inicial del cementerio de la primera película de la saga de los muertos, cementerio en el que posteriormente, si nos fijamos, figuran las tumbas de G. A. Romero, J. Tourneur y otros nombres relevantes del género.

"Homecoming (El regreso/El ejército de los muertos)" ***1/2 -- Primera Temporada
"The Screwfly Solution (El eslabón más débil)" ***1/2 --Segunda Temporada

sábado, 22 de noviembre de 2008

LA CRÍTICA

Quantum of Solace ***


Decía Orson Welles que algo que lamentaría siempre era no haber realizado nunca una cinta comercial. Así justifica Marc Forster, director de célebres dramas como “Monster’s Ball” o “Cometas en el cielo”, su participación en la 22ª entrega de la saga Bond. Lo cierto es que no todos pueden decir que su paso del pequeño al gran cine haya sido colosal, y si no que se lo pregunten a David Lynch y su particular “Dune”. Forster ha pretendido conseguir llevar el buen pulso que demostró Paul Greengrass con la saga Bourne, pero el tiro le ha salido por la culata.

“Quantum of Solace” comienza de una manera convincente, repitiendo los esquemas de la deslumbrante entrega anterior. Apenas una hora después de capturar al Sr. White, 007 huye en una espectacular secuencia de persecución por Italia hacia el interrogatorio de éste, donde M y él son traicionados por alguien de dentro para poner en libertad a White. El reciclado Bond del nuevo milenio, que puede gustar a unos y traicionar a otros por faltar a la esencia del personaje que conocemos desde hace décadas, da fe durante los primeros 15 minutos de una inquebrantable sed de venganza, no sabemos si contra los que mataron a Vesper, contra ella o contra sí mismo. Es el mayor avance moral que vemos del personaje en una secuela que no continúa de una manera lógica, salvo por ciertos detalles de la trama que conducirán a la próxima parte, o por lo menos como cabría esperar.



Si “Casino Royale” nos presentó una franquicia renovada para las nuevas generaciones y con el fin de enmendar el error Brosnan –fue un buen Bond, pero algunas de sus películas eran mediocres-, “Quantum of Solace” se encarga de acabar con los aires clásicos y sofisticados que Martin Campbell en la dirección y Paul Haggis, Neal Purvis y Robert Wade en el guión lograron. Lo que queda es una secuencia de acción tras otra, un guión no tan brillante –se nota ante todo en la réplica femenina, una Olga Kurylenko muy sensual pero que no llega a la suela de los talones a Eva Green, y mucho menos a su personaje- y la sensación constante de que esta película no es tan buena como la anterior.

Si Daniel Craig, ya completamente cómodo en la piel del agente del MI6, ha superado los obstáculos que tenía en la primera entrega, la duda ahora es si Forster ha sabido tomar el testigo de Campbell. El realizador suizo dirige una película entretenida, vibrante, a pesar de que se pierda en varias secuencias de acción. Pero no es ni mucho menos un director de acción, y eso le pasa factura en muchas ocasiones. El montaje está tan confuso como el mismo guión, lleno de cabos sueltos a los que supuestamente se dará respuesta en próximas películas.

El gran problema de “Quantum of Solace” no es su director, que realiza un trabajo en conjunto solvente, sino sus guionistas. No han sabido continuar una historia que ellos mismos hicieron arrancar de una manera impecable, algo de lo que Campbell se benefició sin duda. Falta una buena réplica femenina, o sobra la que ya está, un villano a la altura de Le Chiffre, y un poco más de sofisticación en una historia que está a merced de la acción y no al contrario. Si el objetivo ha sido desde el principio alejarse del Bond que conocemos han conseguido todo lo contrario. Poco hay distinto en este film, ni los créditos iniciales, a lo que se haya hecho antes con otros rostros, a excepción del comienzo y el final, perfectos nexos de unión entre una película de acción casi redonda y otra futura que esperemos culmine como debe con la sed de venganza de este agente secreto que, ahora más que nunca, tiene licencia para matar. Al menos, y esto se agradece, la película dura poco.

A Favor: que dura poco
En contra: falta Eva Green para dar las réplicas a Bond, un malo más carismático, un guión más estiloso... en definitiva, no es "Casino Royale"


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Acción, Reino Unido-USA, 2008, 108 minutos
Dirección: Marc Forster
Guión: Paul Haggis, Robert Wade y Neal Purvis, basándose en los personajes creados por Ian Fleming
Intérpretes: Daniel Craig, Olga Kurylenko, Mathieu Almaric, Jeffrey Wright, Judi Dench, Gemma Arterton, Jesper Christensen, Giancarlo Gannini, Fernando Guillén Cuervo

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Goya de Honor a un "outsider"

¿Les suenan Clifford Brown y James P. Johnson? ¿Y si les digo que ambos son la misma persona, y que ésta ha realizado cerca de 180 películas y ha trabajado a las órdenes de mitos como Orson Welles, Juan Antonio Bardem o Berlanga, entre otros? ¿Y si les digo que su otro seudónimo es Jess Franco? Pues sí, Jesús Franco ha hecho todo eso. Ha sido director, guionista, productor, actor, montador y músico, y siempre en las afueras, que no en la frontera de nuestro cine. Nunca ha contado con una subvención, siempre ha ido en contra de lo establecido y se ha terminado ganando el calificativo de “outsider”, de gozar del poder de hacer el cine que ha querido durante períodos tan convulsos como el franquismo.

Pues ahora la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España ha decidido que sea el próximo Goya de Honor, una noticia que ha cogido a todos por sorpresa, incluso a él mismo. No sabe qué dirá, pero tiene claro que en la decisión ha influido su reciente homenaje en París. "Vengo de ser músico de jazz. Me muevo por inspiración. Improvisaré", asegura.


La Academia premia a Franco por su "larga, rica y variada filmografía, así como por su absoluta entrega a la profesión", la cual incluye títulos como Necronomicón, Gritos en la noche, Killer Barbys, El castillo de Fu-Manchú o Fu-Manchú y el beso de la muerte, entre otras. El 1 de Febrero oiremos qué se le ocurre decir a este, para muchos, niño maldito del cine español. Por mi parte, me alegro de que la academia lo haya tenido en cuenta.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Maestros del Horror: John landis

Cuando uno analiza la filmografía de John Landis se pregunta por qué se vio inmerso en la serie Masters of Horror. La respuesta parece obvia: por una sola película. “Un hombre lobo americano en Londres” ha conseguido convertirse en un clásico, pero la carrera de Landis no deja de estar salpicada por la comedia más que por el terror. De hecho, ya antes había realizado una comedia de culto, “The Blues Brothers”, y la misma "Un hombre lobo..." ya poseía potentes dosis de humor, sin olvidar el inolvidable vídeo musical "Thriller", de Michael Jackson. Teniendo en cuenta esto, ¿cuál es su papel en MOH? Pues ha realizado precisamente aquello a lo que ha dedicado la mayor parte de su carrera, el humor, pero en esta ocasión el humor negro.

De las dos películas que ha realizado para la serie, desde mi punto de vista la más reseñable es “Family”, comedia muy negra en la que recupera a un sensacional George Wendt, el personaje más orondo de la mítica telecomedia “Cheers”. El buen resultado de “Family” reside en la interpretación del propio Wendt y en el ingenioso guión, un cruce entre “Familia” de León de Aranoa y “No matarás... al vecino”, de Joe Dante. El protagonista, Harold Thompson, es el típico vecino amable, bonachón y simpático vecino tras el que se esconde un asesino solitario que disfruta matando personas para hacer pasar sus cadáveres por su propia familia. Sus miras están puestas en los nuevos residentes de la casa de al lado, un matrimonio bien en cuya esposa se interesa al instante Harold con la esperanza de convertirla en la suya propia.

En “Family”, Landis demuestra que, a pesar de que el calificativo de Maestro del Horror le viene quizás un poco grande, en lo que sí no le ganan los otros directores unidos al proyecto es en la capacidad de hacer comedia, con la salvedad del mencionado Dante. El final, que puede pillar por sorpresa a más de uno, confirma el mensaje del episodio: teme a tu vecino, y a las personas en general, pues nunca sabes qué se puede esconder tras cada uno. Especialmente memorables son la secuencia de apertura, cuando la cámara avanza a ritmo de travelling y música hacia el sótano de Harold, y las múltiples conversaciones ficticias que mantiene con su familia cadáver, alternando cómo imagina a sus parientes cuando habla con ellos y lo que en realidad tiene delante. El resultado está muy cercano a un capítulo de otra hilarante y reivindicable serie, "Hostorias de la Cripta".

El otro episodio de Landis, bastante menos original que el anterior pero no por ello deplorable, es “Deer Woman”, la historia de una mujer-ciervo asesina de hombres. Lo más destacable de este episodio es la graciosa secuencia en la que el protagonista imagina las múltiples versiones de un mismo asesinato, a cual más descabellada y a la vez más cercana a la realidad, y la recuperación de otra figura televisiva mítica, Brian Benben. Benben fue el protagonista de una de las series que mejor recuerdo de mi niñez, “Sigue soñando”, en la que el personaje de Martin alternaba su vida personal con el recuerdo de viejas teleseries de los años 50 y 60. Como anécdota, señalar que el productor de “Sigue soñando” no era otro que el mismo Landis, y que en la versión doblada al castellano han respetado la voz que Weber tenía por entonces, lo cual es un alivio. Benben realiza un trabajo fabuloso, y viéndole los que seguimos en su momento aquella serie de culto reivindicamos su vuelta al ruedo lo antes posible.

La gran diferencia entre “Family” y “Deer Woman” son las mismas historias, además de la temporada en las que se encuentran inmersas. En el primer caso, se trata de uno de los episodios menos sangrientos de la ya de por sí gore segunda temporada, y en el caso de la segunda la lastra ese formato televisivo que tenía la primera temporada. Ahora bien, si en algo supera ésta a la primera es en su simplicidad, lo que hace que el hecho de conseguir que el resultado final funcione es más loable. “Deer Woman” parte de una trama con mucho menos potencial que “Family", por lo que haber logrado una cinta entretenida a partir de semejante material es absolutamente encomiable. Pero no es de extrañar en un realizador que ha dedicado buena parte de su carrera al humor, en la mayoría de las ocasiones corrosivo. En eso el señor Landis sí que es un maestro, y por eso se ha ganado un hueco en esta serie, como director de comedias en muchos intantes macabras.

Family (Familia) ***1/2 -- Segunda Temporada
Deer Woman (Salvaje Instinto Animal) *** -- Primera temporada

sábado, 8 de noviembre de 2008

Michael Crichton (1942-2008)

Multifacético, controvertido, visionario,... Muchos son los calificativos que podrían haberse impuesto a Michael Crichton, ya sea por parte de defensores o detractores, pero sin duda nadie puede negar que Hollywood ha perdido a una de sus mentes más creativas. Se hizo mundialmente famoso cuando Steven Spielberg llevó a sus dinosaurios a la pantalla en dos ocasiones. Desde ese momento, el caché de Crichton subió como la espuma. “Congo”, “Esfera” o “Acoso”, entre otras, fueron rifadas entre las productoras para hacerse con los derechos, y en algunos casos el resultado se convirtió en éxito de crítica y público y en otros en fiasco absoluto, aunque finalmente el más beneficiado era el propio Crichton.

Su obra estuvo muy apegada a la ciencia-ficción, y como él mismo advertía en cada una, se trataba solo de eso, de novelas de ficción ligadas a algún hecho científico contrastado que le permitía desarrollar su fantasía. Lo más cercano a la realidad fue la serie “Urgencias”, la serie de médicos por excelencia que sigue hoy en día en antena y cuenta sus experiencias propias como médico. Médico y antropólogo, además de ocasional cineasta (fue pionero en el uso de imágenes bidimensionales tridimensionales en sus trabajos “Westworld” y “Futureworld”), Crichton ganó detractores los últimos años a raíz de su novela “Estado de miedo”, en la que expone su particular visión acerca del calentamiento global.


Tras una valiente batalla contra el cáncer, Crichton ha fallecido a los 66 años con un legado que ha dejado algunas joyas de la literatura y el cine, además de una gran serie de televisión.

martes, 4 de noviembre de 2008

"The Mourning After": Una jornada para el terror político

Jornada electoral en Estados Unidos. McCain vs. Obama, y tan sólo cuatro días después de Halloween. El corto que les presento a continuación combina la política con el terror, pero revestido de un sentido del humor sutil. Lo terrorífico está en su mensaje interno, en algo que podría ocurrir hoy mismo. Recuerden, VOTAR ES IMPORTANTE.

viernes, 31 de octubre de 2008

Especial Halloween: Maestros del Horror

Es Halloween, noche de brujas, la noche perfecta para tirarse en el sofá con un grupo de amigos (o solo, que así nadie te ve saltar del susto) a ver un par de pelis de miedo. Lo propio sería ver terror visceral, llámese Carpenter, Raimi, Romero o Fulci para los estómagos más fuertes, incluso un Miike para los valientes. En una noche como esta, cada vez más afianzada en nuestro país (ya se ven a niños pidiendo caramelos por las casas), en lugar de comentar pelis de miedo voy a comentar una serie de miedo.

Pocas veces tiene uno la oportunidad de ver en una misma serie ilustres nombres como John Carpenter, Brad Anderson, Tobe Hooper o Joe Dante tras las cámaras. Eso fue lo que consiguió el escritor y director Mick Garris en “Masters of Horror”. Creada en 2005, el realizador de películas como “Sonámbulos” tuvo la ocurrente y genial idea de reunir a los grandes maestros del género en una serie que constara de capítulos independientes los unos de los otros, de una hora de duración y que constituyeran por separado una especie de mediometraje de terror. A pesar de que el resultado fuera un tanto desequilibrado, pues por ella pasaron tanto mitos del horror como directores que solo se habían zambullido en el género una vez, debo decir que el balance final de esta serie resultó satisfactorio. Es cierto que hay episodios irrisorios y aburridos, carentes de tensión e incapaces de infundir el miedo en el espectador, pero es igual de cierto que la propuesta no deja de ser llamativa, y los episodios que están mínimamente bien orquestados resultan cuanto menos escalofriantes.

La cadena de televisión por cable Showtime acogió el proyecto durante sus dos únicas temporadas de emisión, dando un total de 26 capítulos, de los cuales poco menos de la mitad son olvidables, y los restantes cuanto menos son interesantes, habiendo algunos realmente espectaculares. ¿Qué implica que sea una serie para el cable? Pues que el contenido de violencia y sexo que puede requerir una producción de este calibre está asegurado. Prueba de ello son otros productos recientes del mismo canal televisivo, como las alabadas “Dexter” o “Californication”. Desgraciadamente Garris, quien escribe y dirige algunos capítulos, no consiguió que nadie respaldara una tercera temporada, lo que dejó fuera del proyecto a grandes clásicos como Romero o Roger Corman.

Quizás de las dos temporadas, la primera sea la más irregular y la más apegada al formato televisivo al que va destinada. En ella encontramos trabajos entretenidos e interesantes, alternados con auténticas joyas y verdaderos bodrios. Del primer grupo destacan “Deer Woman (Salvaje instinto animal)” (John Landis, ***), “Incident On and Off Mountain High (Esculturas humanas)” (Don Coscarelli, ***) o “Homecoming (El regreso-El ejército de los muertos)” (Joe Dante, ***), el cual por su temática antibelicista tuvo una buena acogida en varios festivales. En el último grupo, y aunque me duela decirlo, se sitúa la primera aportación de un clásico del terror a la serie, Tobe Hooper, “Dance of the Dead (El baile de los muertos)” (T. Hooper, *1/2), además de la también primera aportación de Garris a la serie, “Chocolate (Sensaciones extremas)” (M. Garris, *1/2). En el segundo grupo destacarían las dos mejores piezas de este primer tramo, “Jenifer” (Dario Argento, ****) e “Imprint (Huella)” (Takashi Miike, ****). En el primer caso, el maestro italiano da buena cuenta de su status como referente del género dando una joya previsible en su desarrollo pero a la vez original en el mismo, siendo a su vez su previsibilidad obligatoria y su mensaje tan punzante como certero, el de la importancia de la apariencia física y el uso de la sexualidad como armas de dominación del sexo débil, el hombre. El caso de Miike es totalmente distinto. Su trabajo es pura provocación, pero una provocación totalmente justificada. “Imprint” posee violaciones, mutilaciones y demás aberraciones en el episodio más gore de esta primera temporada, lo que obligó a la cadena a censurarlo y destinarlo exclusivamente al mercado del DVD. Advierto que su visionado es sumamente complicado.

En cuanto a la segunda temporada, todo se podría resumir en una sola palabra: GORE. Mucho más sangrienta que su predecesora, cada episodio guarda bajo la manga un as de pura hemoglobina, sesos y vísceras que sirve como excusa al gran Greg Nicotero para dejar aflorar toda su sabiduría en la materia. Tobe Hooper mejora su desastrosa aportación a la primera entrega abriendo esta segunda con un episodio mejor que aquel, pero no con mucha diferencia. “The Damned Thing (La cosa maldita)” (T. Hooper, **1/2) huele a producto desaprovechado, en el que Hooper hace uso y abuso de un montaje de telefilm que como en “Dance of the Dead” resta interés a una historia de la que podría haberse sacado más pero que finalmente sabe a poco. Le siguen una divertidísima comedia negra de John Landis, “Family (Familia)” (J. Landis, ***1/2) y otro interesante trabajo de Dante, esta vez hablando del machismo, “The Screwfly Solution (El eslabón más débil)” (J. Dante, ***1/2). Esta temporada incorpora nombres como Ernest Dickerson, de cuya filmografía solo destaco “Caballero del diablo”, el recuperado Peter Medak, director de “Al final de la escalera”, y la acertada elección de Brad Anderson, cuyo episodio “Sounds Like (El estrépito del silencio)” (B. Anderson, ****) es de lo mejorcito de esta temporada. Carpenter no sorprende en esta ocasión pero sí lo hace Garris, que se aleja de su tedioso “Chocolate” para ofrecer otra historia de obsesión enfocada de una manera más acertada. Sin embargo, si un nombre merece especial mención es el de Dario Argento, quien tras “Jenifer” sirve en “Pelts (Pieles)” (D. Argento, ****) una obra de arte con todas las letras, violenta pero bella a la vez.

“Masters of Horror”, que llegó a emitirse parcialmente en la televisión pública de la mano de Cuatro, es una buena razón para pasar una noche de miedo acompañado por los grandes maestros del terror de todos los tiempos. Con el tiempo iré comentando detalladamente los episodios más representativos de un proyecto que podría haber derivado en más temporadas, pero cuyos 26 episodios totales ya otorgan una satisfacción más que absoluta a los verdaderos amantes del género.

martes, 28 de octubre de 2008

Gerard Damiano (1928-2008)

Cuando Gerard Damiano realizó en apenas 6 días “Garganta Profunda” no imaginó que su legado llegaría tan lejos. Eran otros tiempos, y acceder al porno no era tan fácil como hoy en día. En una época marcada por la lucha entre el puritanismo de la sociedad americana, puritanismo del que siguen haciendo gala actualmente en reiteradas ocasiones, y el movimiento de liberación sexual, que una película pornográfica se estrenase en salas comerciales suponía un cambio, una excusa perfecta para la provocación justificada y asestar un duro golpe a la cerrada moral yanqui. Nunca una cinta había llegado a los tribunales como entonces, y ningún film de su género es recordado de igual manera.

Han pasado 26 años y “Garganta Profunda” es un clásico del cine X, una película que simboliza la importancia de este género para la época, género que ha decaído en la actualidad en la comercialidad más barata. Todos recordamos a la tristemente fallecida Linda Lovelace, la mujer que poseía el clítoris en lo más profundo de su garganta, y la cual renegó de su trabajo años después hasta caer en el olvido. Y los que somos seguidores del buen cine para adultos recordamos esta semana a su director, el cual nos ha dejado a los 80 años de edad después de más de medio centenar de títulos a sus espaldas, todos marcando un estilo personal difícil de encontrar en el cine X, y que le llevaría a realizar otras obras tan relevantes como “The Devil in Miss Jones” o “The Story of Joanna”, además de la secuela de su film más reconocido.

Para finalizar este recordatorio a un nombre imprescindible del cine en general recomiendo el fabuloso documental “Inside Deep Throat (Dentro de Garganta Profunda)”, esencial para entender lo que significó tanto para los responsables del proyecto como para la sociedad en sí misma “Garganta Profunda”.

martes, 21 de octubre de 2008

LA CRÍTICA

Transsiberian **1/2

Hasta ahora la filmografía de Brad Anderson trataba acerca de los mecanismos que cotidianamente pueden activar la locura. Tanto el Trevor de “El maquinista”, el Gordon de “Session 9” como el Larry de su genial episodio en la segunda temporada de la serie “Masters of Horror”, titulado “Sounds Like”, son personajes metódicos con su trabajo, obsesivos hasta la médula y cuyos entornos familiares y laborales, unidos a anomalías sobrenaturales físicas o mentales que más que dones constituyen potenciales detonantes de actos irracionales, activan la psicosis que posteriormente derivará en el horror.

Anderson presenta sus historias desde la más absoluta cotidianidad de unas secuencias en las que parece no ocurrir nada, pero que conforman un desarrollo que en conjunto produce escalofríos. Lo importante no es el desenlace, el cual en algunos casos no está a la altura, sino el devenir de los acontecimientos que explican la locura.

En “Transsiberian” vuelve a hacer gala de una atmósfera opresiva, ayudada por los gélidos parajes del recorrido del Transiberiano, y de una trama que juega al despiste con el espectador y en la que parece no ocurrir gran cosa. Y así es. Lo que hasta ahora era un aliciente en sus películas, en esta ocasión se ha convertido en una fuente de hastío cuando compruebas adónde quiere ir a parar el film. Durante la primera mitad no ocurre nada más allá que una serie de hechos puntuales que desvían la atención del espectador a crear falsas teorías y suposiciones.

Pasado el primer tramo, “Transsiberian” se descubre ante el público y muestra su verdadera cara. El gran problema es que tras un comienzo en ocasiones aburrido y que parece no llevar a nada, es precisamente a lo que lleva lo que carece de interés. No hay personajes que acaben afectados por la psicosis de un ambiente adverso, tan sólo un puñado de personas que no paran de mentirse unos a otros, sin darse cuenta de que la mentira es un buen refugio para salir adelante pero del que es imposible salir una vez te descubren. No hay siquiera una trama que invite a la reflexión ni que sorprenda, a pesar del cambio de roles con respecto a las presentaciones iniciales, lo cual puede llegar a desconcertar debido a que la construcción de personajes es tópica y por ello no está siempre del todo justificada la transformación.

El tren que transporta a la última película de Anderson es absolutamente correcto en lo formal, incluidas las interpretaciones de unos actores entregados a la causa, pero también correcto y habitual, sin sorpresas, en el desarrollo de su historia. El final, excesivamente alargado, vuelve a no estar a la altura del resto, y eso que lo demás no es mucho más destacable. El paso del terror y el thriller psicológicos al simple thriller no parecen sentar bien a un director que se maneja con más soltura por otras vías, como aquellas las que transitaban sus películas anteriores. Esperemos que vuelva pronto sobre sus pasos.
A favor: la atmósfera que Anderson imprime a todas sus películas
En contra: el desarrollo, que no conduce a nada
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España/Alemania/Reino Unido/Lituania, Thriller, 2008, 111 minutos
Dirección y guión: Brad Anderson
Intérpretes: Emily Mortimer, Woody Harrelson, Ben Kingsley, Eduardo Noriega, Kate Mara, Thomas Kretschmann

jueves, 16 de octubre de 2008

La pornostar Sasha Grey protagoniza lo nuevo de Soderbergh

Desde Abril sabemos que uno de los próximos proyectos del prolífico Steven Sodergergh -aún tiene pendiente el estreno de “Guerrilla”, la segunda parte de su disección del Che-, titulado “The Girlfriend Experience”, está ambientado en los ambientes de la prostitución de lujo. E igualmente sabemos que estaba buscando a una pornostar para encarnar a la prostituta de lujo protagonista. Pues ya se ha decidido. Se trata de una de las figuras más en alza del Cine X actual, Sasha Grey.


Grey, autoproclamada actriz porno existencialista, es habitual de las extremas producciones gonzo, aunque también ha trabajado en producciones X de mayor calidad argumental y cinematográfica, como “Pirates II”. Los que conocemos un poco más de ella aparte de su trabajo, destacamos aparte de su obvia belleza su extraordinaria inteligencia y su claridad de ideas acerca de su trabajo y de la vida a pesar de su corta edad, 20 años. Sinceramente, Sodergergh ha elegido, dentro de todo el abanico posible de candidatas, a la protagonista idónea, y más aún si analizamos las interpretaciones de Grey en sus películas, las cuales se encuentran por encima de muchas compañeras, lo que augura un a priori buen resultado en su salto al cine convencional.

Para acabar, conviene recordar a otros actores y actrices porno que han hecho sus pinitos en el cine convencional, aunque en la mayoría de los casos en roles más secundarios que el que le ha llovido del cielo, y muy merecidamente, a Sasha Grey. Gracias a los chicos de Orgasmatrix por su maravilloso trabajo de recopilación.

sábado, 11 de octubre de 2008

LA CRÍTICA

Quemar después de leer ***1/2
(Burn After Reading)


Un mundo de idiotas

¿Qué ocurriría si el maletín repleto de dinero que Llewelyn encontraba en “No es país para viejos” fuera hallado por el fracasado trío protagonista de “El Gran Lebowski”? Pues que seguramente el personaje de Anton Chigurh les habría encontrado y dado caza en menos tiempo del que tardó en encontrar al escurridizo personaje interpretado por Josh Brolin. O, posiblemente, su estupidez les habría ayudado a librarse una y otra vez del implacable y hermético asesino a sueldo, convirtiendo todo a su paso en un gigantesco efecto mariposa capaz de arrastrar a todos, incluido al sheriff Bell.

La estupidez es la que gobierna en nuestra sociedad, o eso parecen querer decir los Coen en este nuevo divertimento a medio camino entre la avaricia que arrastraba al desastre al William H. Macy de “Fargo” y a los ilusos amiguetes de El Nota. Para los que somos ya asiduos clientes del cine de los dos hermanos, “Quemar después de leer” resulta más de lo mismo: infidelidades, engaños, personajes condenados al fracaso y que pese a su seriedad ocultan una cara ridícula, muertes y mucho cine negro, con o sin humor. Los Coen, conscientes del género que abordan, vuelven a contarnos la misma historia pero logrando que parezca totalmente distinta. En eso salta a relucir su maestría en este tipo de películas.

La trama que ahora nos sirven puede parecer liosa, pero finalmente las piezas del puzzle encajan de manera prodigiosa, algo en lo que los realizadores son unos genios. En esta ocasión seguimos tres historias paralelas que acaban cruzándose por puro azar: Harry (sensacional George Clooney, como era de esperar) es un agente del tesoro paranoico que engaña a todo el mundo, incluida a su esposa y a su amante; Osborne Cox (recuperado y magistral John Malkovich), un analista de la CIA recientemente despedido y al que las cosas comienzan a irle de mal en peor por culpa de su despido y su esposa, amante de Harry; y Linda (Frances McDormand volviendo al cine de los Coen después de tantos años), empleada en un gimnasio y con sueños que pasan por realizarse cuatro operaciones de cirugía estética y encontrar el amor por Internet. Y en medio de todos ellos un adicto al iPod, los chicles y la vida sana, Chad (pasado de rosca aunque magnífico Brad Pitt), que será el que comience todo el lío cuando decida chantajear al ex-analista de la CIA con hacer público un disco con información confidencial que ha encontrado fortuitamente. Nada de lo que ocurre en “Quemar después de leer” es previsible, y junto a las desbordantes interpretaciones de sus actores, a los que complementan Richard Jenkins y Tilda Swinton, su ingenioso guión y su puesta en escena, constituyen los pilares básicos que sostienen toda la película.

Habrá quienes terminen de ver el film y se pregunten “Vale, ¿y qué?, se trata de una película divertida con una historia asequible y bien entretejida”. Sin embargo, y tan deprimente como la visión de un mundo cruel, seco y violento sin razones que se nos mostraba en su anterior y galardonada película, es la que ahora nos ofrecen, la de un planeta que bien pueden gobernar idiotas. La pregunta ahora se torna de un “¿Es tan descorazonador y sin sentido el mundo?” a un “¿Es tan ridículo el mundo?”. Pues en parte, y siguiente la lógica de sus directores, sí que lo es. Tan capaces de crear un aura de cinismo alrededor de secuencias como un asesinato o un chantaje, la visión de los Coen se vuelve de nuevo ácida no sólo hacia los pobres Linda y Chad, sino hacia las mismas fuerzas que gobiernan el planeta. Al final, ¿quiénes han sido más estúpidos, los supuestamente inteligentes personajes vinculados a la central de inteligencia americana o los dos pobres desdichados que no sabían dónde se metían? Pues ambos bandos, evidentemente, y los directores lo han plasmado de la mejor manera que saben, con una comedia en apariencia idiota.











Lejos de ser una de sus obras más representativas y logradas, lo cierto es que se agradece que en su siguiente trabajo hayan optado por lo de siempre y contado de una manera mucho más amena y accesible que esa película tan difícil y cerrada que les valió sendos Oscar. Sin embargo, y no es la primera vez que lo hacen, ambas guardan una visión equivalente de lo que es el mundo hoy en día, aunque con un envoltorio completamente diferente.




Lo mejor: que se hayan alejado de la desolación de su anterior película; Brad Pitt
Lo peor: pese a todo no es una de sus películas más redondas





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Comedia, 2008, EEUU, 96 minutos
Dirección y guión: Joel y Ethan Coen
Intérpretes: George Clooney, Frances McDormand, John Malkovich, Tilda Swinton, Brad Pitt, Richard Jenkins, J.K. Simmons

lunes, 6 de octubre de 2008

Clásicos en digital (I)

Asesinato en el Orient Express ****
(Murder on the Orient Express)


Si algo tiene la inmensa variedad de canales ofertados por las plataformas digitales es que puedes encontrar cualquier cosa, llámese película, serie o vídeo musical, de cualquier época y nacionalidad. Es la mejor alternativa a los canales en abierto, cuya programación cada vez es menos atractiva (ni la 2 de TVE se salva). En una noche de calor de un verano que parece no acabar nunca un servidor se encontraba incapaz de pegar ojo y comenzó a hacer zapping por la televisión digital. Llegado a Calle13 paré mi vista en un clásico que estaba comenzando y que no veía desde hace años, y al que no recordaba tan estimulante. Se trataba de “Asesinato en el Orient Express”, enésima adaptación de una novela de Agatha Christie acerca de su personaje más reconocido, el investigador belga (no francés, como creen muchos, incluso en la misma película) Hércules Poirot.

Para los que somos seguidores en parte de este tipo de narrativa, en la que incluyo los intrigantes y recomendables relatos del maestro Poe, puede parecer que “Asesinato en el Orient Express” es una de Poirot más, y especialmente por la trama. El título lo dice todo, y se lo debe al Expreso de Oriente, ese tren que tantas veces cambió de nombre y rutas a lo largo de la historia, y que incluso hoy en día sigue en activo, aunque ya no con tanto auge como en su misma concepción. A bordo de este lujoso tren ocurre un asesinato, y Hércules Poirot, quien está en él casi de pasada, pone todo su ingenio a trabajar mientras el expreso queda atrapado en medio de la nieve. Poco a poco irá descubriendo una compleja trama en la que todos los pasajeros pueden estar implicados y que guarda relación con un asesinato ocurrido años antes y el cual sirve de efectivo prólogo a la historia.

¿Por qué es tan especial esta película? Para empezar por su director, Sidney Lumet, bastante alejado de sus trabajos policíacos y políticos más característicos y metido de lleno en un film que bebe bastante del teatro y de los diálogos y el suspense para mantener el interés del espectador. Han pasado 17 años desde su afortunado debut, “12 hombres sin piedad”, y el director se encuentra en una etapa muy prolífica, durante la cual es capaz de estrena hasta dos películas por año y prácticamente tener una cita anual con el cine hasta su llegada a la década de los 90 y la posterior, durante las cuales su ritmo de trabajo fue marcadamente menor. El trabajo de Lumet es más artesanal que sinónimo de maestría en esta cinta, pero no hablamos tampoco de una historia que requiera mayores efectismos para resultar grandiosa en pantalla.

La segunda razón, y de peso, por la que “Asesinato en el Orient Express” quedará en el recuerdo es por su protagonista, Albert Finney, el cual realiza una magistral y casi mimética y metódica, casi obsesiva diría, caracterización del famoso investigador, que se encuentra recién salido de la resolución de otro caso al comienzo del film. La interpretación del actor, con el cual Lumet volvió a contar en su última y soberbia película, “Antes que el diablo sepa que has muerto” es tan redonda que resulta practicamente irreconocible y hace sombra parcial al otro gran Poirot cinematográfico, Peter Ustinov. Tal fue el resultado que resultó nominado al Oscar y al BAFTA al mejor actor, premios que nunca ha recibido a pesar de su solvencia como intérprete.

Y la tercera, y la que más puede llamar la atención de los espectadores asiduos al cine de todas las etapas, es su plantel de secundarios. En él encontramos desde actores y actrices del Hollywood clásico reciclados para la ocasión hasta otros surgidos durante los 60 y 70, de nacionalidades tan diversas como británicos, americanos y franceses, entre otras. Al citado Finney se suman John Gielgud, Vanessa Redgrave, Sean Connery, Anthony Perkins, Richard Widmark -fallecido este mismo año-, Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Michael York, Jacqueline Bisset, Wendy Hiller, Jean-Pierre Cassel y Martin Balsam, suponiendo que no me haya dejado a ninguno. La más destacable, aunque es difícil destacar a uno en concreto, es Ingrid Bergman, en un papel que le valió el Oscar a la mejor actriz secundaria y distintos reconocimientos en multitud de nominaciones, como la de los BAFTA en la misma categoría.

El número 12 se repite en esta genial adaptación -no del todo fiel a la original, pero con cambios que no liquidan el espíritu de la novela- en la que, como bien apunta Connery en un momento del interrogatorio al que Finney somete a los pasajeros, “Un jurado de 12 hombres justos es un sistema justo”, algo que recuerda a la ópera prima de Lumet. No faltan los fallos de raccord y el desajuste entre distintas secuencias fruto de intentar mostrar la trama desde distintos ángulos y puntos de vista, además de un esquema narrativo un tanto esquemático y repetitivo. No obstante, la película consiguió 6 nominaciones a los Oscar, sin incluir mejor película y director, y 9 a los BAFTA, incluyendo esta vez director y película, y logrando John Gielgud el premio al mejor secundario, y es una muestra más de lo que puede dar de sí el género detectivesco para el cine. Para el espectador resulta una experiencia gratificante, mientras que para Poirot no sino otro caso más, el cual resuelve en una magnífica secuencia final en grupo de esas que asombran y sobrecogen por la capacidad de análisis del personaje, el cual acaba el caso como mismo comenzaba la película, desde la más absoluta rutina del profesional que conoce al dedillo los entresijos de su trabajo y de la conducta humana.