El rey de la montaña ***
No debería avergonzarnos el hecho de que los realizadores patrios encuentren referentes en la cultura yanqui. Ya lo han hecho directores como Juan Carlos Fresnadillo en sus dos películas o Juan Antonio Bayona en la exitosa “El orfanato”. El truco está en tomar las corrientes estéticas del cine americano y hacerlas nuestras, pero sin españolizarlas, error que hemos cometido en cada incursión en el terror adolescente.
Las referencias argumentales de Gonzalo López-Gallego en esta su tercera película son bastante obvias. La cacería humana a la que se ven sometido Quim (convincente, como de costumbre, Leonardo Sbaraglia) y Bea (inexpresiva María Valverde) por estar en el sitio menos indicado en el momento menos oportuno podría recordarnos a “El diablo sobre ruedas” , cambiando el desierto por el desorientador paisaje del campo. En común con la película de Spielberg mantiene el concepto de una persecución sin sentido, que arranca cuando menos te lo esperas y que se desarrolla sin cuartel, y todo sin mostrar el rostro de los perseguidores. E incluso podrían verse referencias a ese cruel entretenimiento televisivo en “Perseguido”, película deudora del espíritu de los 80 y que muchos ven como un clásico, a pesar de su dudosa calidad cinematográfica.
Sin duda, lo que sí bebe de las aportaciones americanas es su atmósfera opresiva y el ágil uso de la cámara y la claustrofóbica fotografía. “El rey de la montaña” sabe mantener en ciertos momentos una tensión que invade al espectador, que unido a su magnífica puesta en escena y su corta duración consiguen que el film se pase volando, a pesar del hermetismo del propio guión con sus personajes y que evitan que el espectador llegue a confabular con ellos.
El aliciente de no conocer la identidad de los cazadores se difumina cuando tan solo restan veinte minutos para el autocomplaciente, aunque necesario, desenlace. Es cuando “El rey de la montaña” demuestra lo que es verdaderamente: un juego infantil fruto de la cultura de los videojuegos. En ese sentido, la película de López-Gallego guarda semejanza con su propia segunda obra, “Nómadas”, como manifiesto acerca de la desorientada juventud actual que disfruta con la violencia injustificada, lo que la hace guardar no pocas relaciones con “Elephant” de Gus Van Sant o “Funny Games” de Michael Haneke.
Ese giro final puede hacer restar verosimilitud a la propuesta, en especial por la filmación subjetiva de la secuencia en el poblado, claramente influenciada por los videojuegos en primera persona. Algunos pueden no estar de acuerdo con su discurso, tachándolo de grandilocuente y manipulador, pero nadie resultará indiferente. No estamos ante una película redonda, ya que posee altibajos y partes poco creíbles, pero sí ante una cinta y un director realmente interesantes, capaz de coger extractos de distintas fuentes sin que huela a copia.
Lo mejor: la puesta en escena
Lo peor: la poca credibilidad de algunos momentos y, por supuesto, lo mucho que ha tardado en estrenarse
El rey de la montaña
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Thriller, España, 2007, 84 minutos
Dirección: Gonzalo López-Gallego
Guión: Javier Gullón y Gonzalo López-Gallego
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, María Valverde
No tenía ni idea del tio este ni su cine. Pero tal como lo pones me parece interesante. Tendré en cuenta esta peli y Nómadas.
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