jueves, 11 de septiembre de 2008

LA CRÍTICA


El tren de las 3:10 ***1/2

Hace unos meses, el debutante David Von Ancken presentaba su ópera prima, “Seraphim Falls (Enfrentados)”, western a caballo entre el spaghetti más sucio y polvoriento y el clasicismo americano. También con retraso llega ahora “El tren de las 3:10”, que junto a la cinta de Von Ancken podría emitirse en sesión doble como uno de los mejores acercamientos del cine actual al cine del oeste.
Al igual que en “Seraphim Falls, “El tren de las 3:10” plantea el careo entre dos figuras antagónicas. Pero lo que en aquella se trataba de un ajuste de cuentas sin cuartel, en esta ocasión se torna en la necesidad de un hombre de sacar adelante a su familia llevando a uno de los criminales más buscados al tren que le conducirá a la horca.
Ambas películas comparten características. En primer lugar, ofrecen todo un enfrentamiento actoral entre dos grandes intérpretes. Lo que en “Seraphim Falls” era un duelo entre dos figuras británicas consagradas, Pierce Brosnan y Liam Neeson, en la que nos ocupa es un forcejeo magistralmente llevado por dos estrellas de nuestro tiempo que con los años pisan más fuerte, el de moda Christian Bale y el siempre fenomenal Russell Crowe. Es de estos dos monstruos de los que depende buena parte del resultado final.
Como segundo punto en común está el acierto por mostrar los grandes cambios que durante el siglo XIX se produjeron en los Estados Unidos. La modernización de un país como telón de fondo, modernización que trajo consigo expropiación de tierras, construcción del ferrocarril, contratación de mano de obra extranjera o una de las más deplorables, la del diezmado de los indios nativos, cultura que tuvo que sucumbir a las costumbres del nuevo mundo, ya fuera como criados o usando las armas de fuego para defenderse.
Pero existe un nexo de unión básico entre ambos filmes, aquel por el cual son una realidad: la recuperación de un género poco arraigado en el cine moderno, tan poco artesanal que el western ya parece no tener cabida en él. Y es en ese sentido en el que ambas obras consiguen su objetivo, tomando modelos que son inevitables y obligatorios.
“El tren de las 3:10” es un western modélico, que rescata del olvido la esencia del western, y se diferencia de “Seraphim Falls”, al igual que de la película homónima que remakea, en la misma concepción del producto. James Mangold, director regular pero interesante donde los haya, realiza una peli con muchas balas y muchas armas, en la que impera más la acción y la espectacularidad que las escenas melodramáticas y filosóficas que insuflaban al original de Delmer Daves. Donde aquella flaqueaba, que era precisamente en esa carga de escenas dramáticas sentimentaloides, esta pasa muy a su favor de puntillas.
Mangold dirige con solvencia una de sus mejores películas, junto a “Cop Land”, en la que falla precisamente lo mismo que en “Seraphim Falls” y en la original “El tren de las 3:10”, el desenlace. El gran problema es que en una historia de estas características, en el cual la lucha entre el bien y el mal está tan acentuada, es fácil caer en la autocomplaciencia, en el final que mejor se ajuste a lo estrictamente correcto. Sin embargo, suficientes son los alicientes de esta película como para no permitir que ese detalle acabe con el conjunto de lo que es una vuelta al género con mayúsculas, con un pie en el cine de antaño y otro en el actual. Como último detalle, la recuperación del gran Peter Fonda y el revólver que pasa de mano en mano, que me sirve para aconsejar otro gran clásico, “Winchester 73”, de Anthony Mann.
A favor: Crowe y Bale, gigantescos
En contra: el desenlace, demasiado autocomplaciente, y que haya tardado un año en estrenarse
3.10 to Yuma
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Western, EEUU, 2007, 117 minutos
Dirección: James Mangold
Intérpretes: Russell Crowe, Christian Bale, Logan Lerman, Ben Foster, Peter Fonda Gretchen Mol, Vinessa Shaw

2 comentarios:

  1. Me gustan mucho las versiones antiguas, tanto 3:10 to Yuma, como El último tren a Gun Hill.
    No soy muy partidario de los remake (a pesar de que les hay excelentes y superiores al original), pero hay que verla jeje

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  2. A mí me gustan los remakes, cuando son buenos. Hacer por hacer...

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