La risa del muñeco malvado
En un momento de “Pesadillas”,
el personaje de R.L. Stine se ríe de Stephen King, argumentando que ya quisiera
el autor de “It” o “El resplandor” escribir como él. Curiosamente, estas
palabras encierran más un intento de ridiculizar al propio Stine que de
encumbrarle o rendirle homenaje. Porque ambos autores comparten algo más que su
predilección por el fantástico, y es su condición de escritores mecánicos,
capaces de escribir libros como si de una cadena de montaje se tratase.
La adaptación
cinematográfica obedece a esta misma concepción de producto prefabricado, marca
Sony, destinado a satisfacer a familias enteras sin mayor ambición que esa. Un
concepto que también encerraba el material de partida, y que esta película ha
heredado. Porque a diferencia de King, las historias de Stine acabaron siendo
carne de niños y adolescentes, tal y como confirmaría la célebre serie de
televisión basada en las páginas de sus libros.
Así, “Pesadillas” rinde
homenaje a toda una serie de novelas de mayor o menor calidad. Sin ensalzarlas,
utilizándolas solamente como McGuffin de una historia en la que el propio
novelista, encarnado por un carismático Jack Black, se enfrenta a toda una
horda de sus criaturas. Zombies, mantis religiosas, gnomos asesinos, y por
supuesto el inolvidable Slappy, pueblan los fotogramas de esta aventura de
terror familiar dirigida por Rob Letterman, todo un especialista en el género,
que se homenajea a la vez a sí mismo en forma de dinamismo –el mismo que la
divertidísima “Monstruos contra alienígenas”- y de fantasías gulliverianas previas.
Lo que resulta es un
film entretenidísimo, muy propio tanto de las navidades como de Halloween, que
hará las delicias de los mayores, por pura nostalgia, y de los más pequeños.
Por el camino, eso sí, atesora no pocas incongruencias de guión, y deja un
regusto a “Jumanji” del que le es imposible desprenderse. Pero lo solventa con
una buena dosis de humor para todos los públicos, entretenimiento a raudales, y
la funcional banda sonora de Danny Elfman. Aquellos que busquen algo más
respetuoso hacia el original, bien deberían revisar aquellas pesadillas que les
quitaban el sueño de pequeños. Hoy en día no quedan más que carcajadas de
muñeco malvado.
A
favor: que entretiene, y ya eso es algo
En
contra: habrá quien no encaje la propuesta por su amor al
material original
Calificación ***
Merece la pena
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