Fue
considerado por muchos medios nacionales uno de los actores cómicos más
importantes del siglo XX y un auténtico genio de la interpretación. José
Sazatornil, alias “Saza”, era uno de los nombres fundamentales para entender el
cine español. Su característica nariz y su inseparable bigote nos acompañaron
durante décadas, desde que debutase con tan sólo trece años en los escenarios y
llegase a participar en casi 300 obras teatrales en menos de diez años, antes
de debutar en el Teatro Victoria en la compañía teatral de Paco Martínez Soria
y fundar la suya propia.
Debutó en la gran
pantalla en “Fantasía española”, y no tardaría en encarnar a ese español
malhumorado del franquismo ya harto de lo que le rodea, pero nunca sin dejar de
estar sujeto a las fuerzas del poder y el orden público. Se convirtió entonces
en un secundario de lujo enormemente reconocido por el gran público, al que
hacía reír desde la miseria más absoluta, y llegando a encadenar casi una decena
de títulos pos año. Así, hasta el fin de la dictadura, se puso a las órdenes de
cineastas como Berlanga (“El verdugo”), Pedro Lazaga (“La ciudad no es para mí”,
“¿Qué hacemos con los hijos?”), José María Forqué (“Las que tienen que servir”,
“Un millón en la basura”), Jaime de Armiñán (“Carola de día, Carola de noche”),
Javier Aguirre (“El astronauta”), Fernando Fernán Gómez (“Cómo casarse en siete
días”), Mariano Ozores (“A mí las mujeres ni fu ni fa”, “La llamaban La Madrina”),
e incluso llegó a tener serie propia, “Los maniáticos”, en 1974 dada su
popularidad.
Acabada la dictadura
franquista, se prodigó menos en pantalla, pero cada vez en papeles de mayor
trasfondo dramático y relevancia. Continuó con escarceos espontáneos y
puntuales en la comedia de Ozores y Aguirre, pero también volvió a colaborar
con Berlanga en las imprescindibles “La escopeta nacional”, donde se convertía
en Jaume Canivell, un vendedor catalán que subvencionaba una cacería a los
peces gordos del franquismo, o “¡Todos a la cárcel!”, en la que trataba de
sacar tajada de un evento carcelario al que asistirían las más ilustres
personalidad del mundo de la farándula y el espectáculo. Pero también con Mario
Camus en “La colmena”, con Fernando Trueba en “El año de las luces”, con José
Luis Cuerda en “Amanece, que no es poco”, encarnando al Marqués de Cabra en “La
venganza de Don Mendo”, al que también dio vida sobre las tablas, en comedias
tan solventes como “Mátame mucho”, y sobre todo a las órdenes de Antonio
Mercero en esa joya titulada “Espérame en el cielo”, donde se reía en la cara
del Generalísimo, y que le valió un Goya al mejor actor de reparto.
Durante toda su carrera
acumuló premios como el de mejor actor y de honor del Círculo de Escritores
Cinematográficos, y galardones honoríficos como el Fotogramas de Plata o el de
la Unión de Actores. Un magnífico intérprete y una pieza fundamental del
engranaje del cine español, que no aparecía en las pantallas desde 2006, desde
aquella “Vete de mí” de Víctor García León, y que anunciaría en 2013 que
padecía Alzheimer. José Sazatornil “Saza” nos ha dejado a los 89 años de edad,
con una trayectoria que comprende más de 400 trabajos entre cine, teatro y
televisión. Descanse en paz, señor Sinsoles.
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