Amor por la comedia española
Existe en este nuevo
asalto del ex poli más casposo y políticamente incorrecto del cine español un
chiste ya antológico de la franquicia que supone el inesperado punto de
inflexión entre las viejas constantes de la misma y una puerta abierta hacia una
comedia algo más sutil en la que esperemos reincida en el futuro. Nunca imaginó
un servidor que el gag de las pajillas pudiera dar más de sí, aunque sea con
una técnica sado masturbatoria con bolsa de por medio, pero Santiago Segura ha logrado
darle una vuelta de tuerca necesaria para que sepa a nuevo, sin por ello
renunciar a lo de siempre.
“Torrente 5: Operación
Eurovegas” es, sorprendentemente, la entrega más sesuda de toda la saga desde
aquella Misión en Marbella, con la que guarda no pocas similitudes en lo que a
concepción de humor se refiere. Si la cuarta recuperaba la esencia del primer y
aún imbatible Torrente, esta quinta se asienta como un puente entre ésta, la
segunda y lo que puede estar por venir.
Aunque le cueste algo
despegar y su primera mitad recoja todos esos puntos débiles que son ya marca
de la casa, encabezados principalmente por una sucesión de gags soeces
inconexos que gustarán en mayor o menor medida en función de lo que cada cual
entienda por humor, es cuando comienza la preparación del atraco, y el atraco
en sí mismo, cuando el conjunto remonta el vuelo y Segura tira hacia la comedia
española coral de situación más en la línea de “Atraco a las tres” que de “La
cuadrilla de los once” –u “Ocean’s Eleven, como prefieran las nuevas
generaciones-.
Se vale para ello del
humor de siempre, pero bien dirigido hacia un bien común, el de contar la
historia de unos desechos sociales que luchan por la supervivencia en la España
del futuro, ésa que, con su vuelta a la peseta e independizada de Cataluña, no
deja de ser menos estrafalaria y rocambolesca que la que vivimos hoy en día. Unos
desechos que suponen otro de los puntos fuertes de la cinta, compuesto tanto
por cómicos profesionales –ahí están Flo, Areces, Barragán o Esteso para sentar
cátedra-, como por los recién llegados –bienvenidos sean Jesulín y Angy,
perfectamente amoldados a sus roles-, pasando por caras habituales de la
franquicia –Neus Asensi, Chus Lampreave, Cañita Brava- a los que Segura ha
tenido el acierto de volver a reunir, por los viejos tiempos. Y con un invitado
de lujo, Alec Baldwin, que se une a la fiesta sin prejuicios ni miedo al qué
dirán.
Sin embargo, si algo
desprende este nuevo Torrente, más allá de esa mirada ácida y despreocupada por
ese gran chiste que es España, es amor y respeto por la comedia española de
toda la vida, la de Ozores, Forqué y compañía, y por esos grandes cómicos que
nos han acompañado a lo largo de nuestras vidas. Porque no hay mejor homenaje
que reunir en una misma secuencia a Pajares y Esteso, o a Chiquito y Leo
Harlem, y recuperar así un trocito de nuestra historia. De historia de nuestro
cine, de nuestra comedia, y de nuestra historia cultural en general.
A
favor: la segunda mitad, pura comedia española
En
contra: la primera mitad, con el manido humor de siempre
Calificación ***
que bueno que te haya gustado, me resultó muy buenas o simpáticas las otras... me gusta este tipo de humor... salu2...
ResponderEliminarYa me dirás qué te parece. Para mí es la mejor desde la segunda parte.
ResponderEliminar