Junto a Juan Antonio Bardem se encargó de renovar el cine español de la posguerra, de servirnos comedias costumbristas que realizaban retratos mordaces y ácidos sobre nuestra sociedad y política. Incluso conseguía eludir la censura franquista con diálogos nada explícitos pero con doble lectura. Hablamos, por supuesto, de uno de los últimos representantes del cine español de una época que nos quedaban, Luis García Berlanga.
Irrepetible y genial guionista y director, Berlanga comenzó colaborando con Bardem en 1951 con “Esa pareja feliz” tras tres años dedicados al cortometraje, a las que seguirían obras maestras de nuestro cine como “Bienvenido, Mister Marshall”, “Los jueves, milagro”, “Plácido”, “El verdugo”, “Tamaño natural”, “La escopeta nacional”, “Patrimonio nacional”, “La vaquilla”, “Moros y cristianos”, “Todos a la cárcel” –que le otorgó su primer Goya- y “París-Tombuctú”, su última película. Muchas de ellas fueron escritas junto a otro maestro, el guionista Rafael Azcona.
Obtuvo un incontable número de reconocimientos a nivel nacional e internacional. Estuvo en los Oscar con “Plácido”, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias, el Goya, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, la orden italiana de Commendatore, premios en Cannes, Venecia, Berlín y considerado uno de los diez cineastas más relevantes del mundo en el Festival de Karlovy Vary.
Todo un icono del cine español que nos ha dejado a los 89 años de edad hoy 13 de noviembre y que nos deja un legado de más de una veintena de trabajos. Descanse en paz, maestro.
Luis Buñuel, Carlos Saura y Berlanga
El más grande.
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