Estreno: 25 de Diciembre
Cómo sobrevivir en un mundo de zombis
Viendo “Bienvenidos a Zombieland” no he podido quitarme de la cabeza aquel juego al que jugaban Ving Rhames y su vecino de azotea en “Amanecer de los muertos”, consistente en hacer tiro al blanco a los zombis postrados a sus pies y que se parecieran a alguna celebridad. Y es que no le hace ningún favor a la película de Ruben Fleischer, avispado debutante, el que la comparen con la ya de culto “Zombies Party (Shaun of the Dead)”, comparación que muchos se empeñan en establecer. La comedia de Simon Pegg y Edgar Wright funcionaba más como parodia de todas las constantes del cine de muertos vivientes, mientras que la gamberrada de Fleischer debería equipararse en espíritu a la repleta de esteroides pero genial aportación de Zack Snyder al género.
Lo que más irrita de “Bienvenidos a Zombieland” –por fin un título en español medianamente inteligente- es que se echa de menos al verla la gran película irreverente que podría haber sido. En ese sentido, hasta la de Snyder resultaba más pasada de rosca. Tras unos minutos prometedores en los que el protagonista –una muy buena elección, Jesse Eisenberg, mezcla de patetismo y ternura- expone las reglas para sobrevivir en un mundo de zombis a fuerza de letreros que se integran en las escenas, todo un acierto en el montaje, y unos portentosos títulos de crédito a ritmo de Metallica, la película se acomoda en exceso y se mueve hacia terrenos más convencionales. Incluso nos sirve una ñoña y previsible moraleja final acerca de la necesidad de permanecer unidos, de establecer lazos afectivos ante el Apocalipsis y formar una familia.
No es que le falten momentos brillantes, porque los tiene y en abundancia. Lo más destacable tras esos primeros minutos es lo rápido que se pasa todo, ese ambiente de fiesta continua que desprende cada escena y que alcanza al espectador, que se hace partícipe y se divierte con las múltiples formas que muestra, a cual más original, para matar a un muerto viviente. En este sentido se agradece el buen partido que le saca Fleischer a un parque de atracciones en la secuencia final como perfecta arma para aniquilar a los zombis.
Un reparto totalmente acertado, en el que destacan Eisenberg y Woody Harrelson, flashbacks muy bien aprovechados -en especial el de Harrelson-, menos casquería de la esperada pero suficiente como para no echarla de menos, música cañera y un espíritu juerguista son las mejores bazas de esta “comedia zombi” que no se propone otra cosa más que entretener. Y por supuesto, un profundo sentimiento americano de amor por las armas de fuego, cómo no. Incluso nos regala el cameo de un Bill Murray que recuerda con añoranza sus tiempos de cazafantasma y lamenta alguna que otra película de su carrera, como “Garfield”, aunque yo particularmente me habría lamentado más por “Los ángeles de Charlie”. Muchos son los puntos fuertes de “Bienvenidos a Zombieland”, pero tiene uno débil y muy importante: que tras tanto bombo, tras anunciarla como una revolución y la nueva “Zombies Party”, tras prometer unos niveles de irreverencia que la sitúen por encima de otras del género, al final se desinfle y no sea mucho más rabiosa de lo que podría haber sido. Y mira que podría haber haberse erigido como la más irreverente del año.
A favor: los minutos iniciales, sobre todo los créditos
En contra: al final no resulta todo lo irreverente que podría haber sido
Coincido COMPLETAMENTE con tu visión.
ResponderEliminarYo le dí un 5,50 en mi blog, como para hacerte una idea en "lo tierra de nadie" que la dejé, hablando en tus términos jeje...
Saludos!!!
Te espero comentando en mi crítica de "The Soloist" :D
PM
Jaja yo un 5.5 igualmente, y todo porque no confío en los decimales salvo en los intermedios, que si no sería un 5.2
ResponderEliminarPues yo la tengo muchas ganas causadas por eso mismo que comentas de el bombo que la han dao. Espero que no me decepcione, aunque seguramente lo haga, aunque leyendo tu crítica al estar advertido, lo equilibro jeje
ResponderEliminarTe aseguro Manu que divertirte te divertirás, pero no va más allá de eso. Y si no te diviertes yo mismo pongo el dinero de la entrada, jaja... procurair a uno barato.
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