viernes, 28 de abril de 2017

LA CRÍTICA. Guardianes de la Galaxia Vol. 2

Todos somos Groot
Aquel “Somos Groot” con el que daba por finalizada la space opera de James Gunn en el primer volumen de este Awesome Mix que amenaza con volver en un futuro más digital, con casi 300 canciones, definía aquello en lo que se convertiría con los años su entrada triunfal en el universo marvelita. El realizador lograba insuflar de vida a una casa en la que el ingenio y la autoría no son el ideal a seguir a través de unos personajes, de un simpaticón toque retro y de un sentido del humor a medio camino entre la comedia familiar y el chiste friqui y pasado de rosca. Elementos todos ya tan característicos e identificables que nos obligaban a todos a decir eso de “Todos somos Groot”.

Porque Starlord, Gamora, Drax –bravo por darle más cancha-, Rocket Fox –perdón, Racoon-, Yondu y ahora el pequeño Baby Groot, convertido en amo y señor de los momentos más divertidos y tiernos de esta secuela, a sabiendas del enorme tirón que tiene entre las masas, ya son viejos conocidos. Y es ésta la carta más difícil que debe jugar “Guardianes de la galaxia Vol. 2”, la de desmarcarse de su predecesora, la de evitar las comparaciones. No es que salga perdiendo, pero tampoco ganando.


Gunn sabe de sobra que superar lo hecho hace tres años es inútil, y se limita a dejarse llevar por el devenir de su historia y por sus carismáticos personajes. Es ligeramente más profunda y oscura, pero el espíritu festivo sigue ahí. El sentido del humor sigue siendo cristalino y a veces subido de tono, pero ya lo hemos visto. La escena de créditos iniciales, a ritmo de música y baile, y ahora plano secuencia y a la vez fuera de campo, divierte, pero ya la hemos visto. A sus protagonistas, aunque les conozcamos un poquito más con este film, ya les conocemos.


Y así y todo, no le hace falta desmarcarse para ser un ente propio. Sí, carece del elemento sorpresa, pero Gunn sabe imprimirle la suficiente alma al producto para asegurar dos horas de diversión a raudales, más una buena dosis de inventiva –atención a la escena de fuga de la nave de los Ravagers, o el psicodélico viaje entre universos-, que sigue alejándola de otros productos marvelitas. Incluso su incidencia en la trama principal de “Los vengadores” es menos significativa, por no decir que inexistente. Sabe cómo no copiarse a sí mismo, y ahí demuestra su libertad creativa dentro de una casa en la que esto es prácticamente una quimera.


Los Guardianes de la Galaxia, ahora más salvadores que guardianes, volverán en una nueva odisea pulp espacial. Y seguramente la capacidad de sorpresa será aún menor. Pero si el nivel de entretenimiento es tan alto y la fuerza de las ataduras comerciales son tan flojas como en la que nos ocupa, habrá que unirse de nuevo a la fiesta. Y decidir si somos de los que bailan, o de los que no mueven un pelo hasta parecer cadáveres.

A favor: su capacidad de inventiva y la sobredosis de entretenimiento que propone
En contra: ha perdido ligeramente la capacidad de sorpresa

Calificación ****
No se la pierda

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