El descanso del cowboy
Se suele usar en esto
de la crítica cinematográfica una frase muy recurrente, destinada a aquellas
obras cuya duración excede la paciencia humana, pero que no llegan a aburrir
del todo. Se dice de ellas que no cansan, sino que descansan, y esto suele aplicarse
a su vez a una serie de directores cuya filmografía está repleta de títulos de
una duración desmedida, pero que saben mantener el tempo prácticamente hasta
que llegan los créditos finales.
Tan manida expresión
podría usarse para quien esto escribe cuando se habla de Clint Eastwood. El
responsable de joyas como “Los puentes de Madison” o “Mystic River” suele
servirnos filmes de una duración excesiva, pero con unos ecos de gran cine que
acaban por provocar que, pese a que a algunas les sobre metraje, sigan dando la
sensación de que su narrativa se encuentra reposada y sincopada.
Con “Sully”, Eastwood
se enfrenta a una rara avis dentro de su dilatada trayectoria. Más allá del
IMAX, el primer cambio de tercio que notamos en ella es que apenas alcanza la
media hora de duración. Es, de hecho, la más corta de toda su carrera,
solamente superada por su debut, la enorme “Escalofrío en la noche”. Y de ella
podríamos esperar una película condensada e intensa que sepa comprimir en tan
económico metraje toda la fuerza que mostrase antaño.
Desgraciadamente, esto
no ocurre. “Sully” es la prueba viviente de que quizá Eastwood debería madurar
cada proyecto que coge en sus otroras sabias manos. Le ocurre lo mismo que otra
fallida propuesta previa, “American Sniper”. Ambas huelen a panfleto sobre la
gloria norteamericana, sin hilar mucho más en la personalidad de un personaje
cuya vida, si se excluye el acontecimiento que le hizo famoso, importa más bien
un comino. Ya sea desde el guión o la dirección, no hay profundidad en este héroe
patrio encarnado con la solvencia habitual de un Tom Hanks que no consigue
dejar con el corazón en un puño. A pesar de que trata de dar cierta dimensión a
sus personajes siguiendo a determinados pasajeros puntuales y mostrando escasos
retazos de la vida del protagonista, la sensación general es que todo ello
sobra, que no hay empatía alguna hacia ellos y que las escenas se suceden
porque sí. Hasta la inserción de la banda sonora se encuentra fuera de lugar en
más de una escena, y los efectos especiales son más bien discutibles, en una
película que remite inevitablemente a la reciente, y muy superior, “Flight”, de
Robert Zemeckis.
Porque la historia que
cuenta “Sully” no da siquiera para hora y media. Y lo peor, en tan poco tiempo
consigue llegar a aburrir, y la pregunta que circula por el ambiente al
terminar de ver este nuevo trabajo de encargo es si Eastwood no debería meditar
sus nuevos proyectos en lugar de dirigir lo primero que le ofrecen, en lugar de
poner el piloto automático y ofrecer un desenlace que invita a la burla y la
vergüenza ajena. Por ser uno de los grandes de la historia del cine. Por favor,
Clint, mereces tomarte el descanso del cowboy.
A
favor: Tom Hanks, pero sin destacar
En
contra: Clint Eastwood con el piloto automático puesto
Calificación **
Se deja ver
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