Aquella casa al lado de…
Parece que el cine de
terror contemporáneo necesita mirar hacia el pasado para encontrar esa vuelta
de tuerca que haga a un producto fresco y original, dentro de un género en el
que ya es muy difícil innovar. Propuestas recientes como “Babadook”, “It
Follows” y, por supuesto, “The conjuring” y cualquiera de las dos “Insidious”
de James Wan, no suponen más que un refrito de referentes de lo más acertado,
pero que apostillan que el terror como fuente de innovación prácticamente ha
fallecido.
“We Are Still Here”
viene a ser otro ejemplo más de que estamos condenados a mirar hacia supuestos
tiempos mejores si queremos disfrutar de algo mínimamente inédito en
apariencia, pero bien nutrido de décadas de vida del fantástico. En este caso,
los ingredientes son bien conocidos. Una casa apartada con una siniestra
historia a sus espaldas. Unos nuevos inquilinos ajenos a que son observados por
entes del más allá. Y un sótano que guarda macabros secretos. Es decir, la
premisa original de “Aquella casa al lado del cementerio”, del maestro Fulci, de
“Terror en Amityville”, del indomable Stuart Rosenberg, o de la reivindicable “Pesadilla
diabólica”, de Dan Curtis.
En su debut tras la
cámara, el actor y productor de segunda fila, Ted Geoghegan, consigue un
solvente dominio de la puesta en escena y la atmósfera, manejando prácticamente
en todo momento la cámara como si fuera los ojos de los que acechan a ese matrimonio
que huye de un pasado traumático, y desprendiendo en sus imágenes puro aroma retro.
Y aunque consigue momentos realmente escalofriantes, como todos aquellos que
transcurren en el sótano, la cinta tarda demasiado en arrancar, da demasiadas
vueltas al punto de partida sin avanzar. El guión, algo previsible, suscita alguna que otra duda,
aunque los créditos finales tratan de arrojar algo de luz sobre el pasado de la
casa y de resolver más de una incógnita. Además, las interpretaciones no son
una maravilla, y son sobre todo secundarios como Larry Fessenden los que,
aunque sobreactuados, consiguen insuflar algo de vida y carisma a sus
personajes, algo que no logra su protagonista, Barbara Crampton, todo un icono del fantástico ("Re-Animator", "You're Next").
Y sin embargo, “We Are
Still Here” no deja de ser recomendable para todos aquellos amantes del terror.
No sólo por sus referencias, que harán las delicias de los fans del género,
sino porque todo su arco inicial es una preparación para el festín gore que
acontece durante sus últimos veinte minutos, y que elevan el film a otro nivel.
Quizá no al nivel de las muchas películas que homenajea, y ni siquiera a ese
cine “transgresor” que toda una nueva hornada de realizadores logra a base de
resucitar viejas tendencias. Pero sí que es muy superior a otras muchas
propuestas que llegan a nuestras pantallas, y que consiguen una mejor difusión.
A
favor: las referencias, la dirección y los últimos veinte
minutos
En
contra: las interpretaciones no son una maravilla, y le
cuesta bastante arrancar
Calificación **
Se deja ver
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