Puro recital interpretativo para un
film asfixiante
Agosto. Mes de calor
intenso, uno de los más calurosos del año. Al menos en España, el mes de agosto
de 2013 fue el más caluroso de los últimos 30 años. Particularmente, en el condado
de Osage, en Oklahoma, el calor alcanza niveles asfixiantes, poniendo
temperatura a la fatalidad de familia forzada a reunirse tras la misteriosa
desaparición del patriarca. La agobiante temperatura en la que se mueve la
familia Weston, la chispa necesaria para que afloren viejas rencillas,
decepciones, insatisfacciones y rencores. Una rabia contenida que pasa de una
generación a la siguiente, y que tarde o temprano acaba estallando.
“August: Osage County”
es, como la atmósfera en la que se desarrolla la trama, una película opresiva,
un reality show que encierra a sus protagonistas en un ambiente viciado para
que se despellejen los unos a los otros. Su autor, Tracy Letts, se reserva
también la silla de guionista y propone un film directo en sus diálogos, aunque
no así en sus intenciones. Le cuesta bastante arrancar, y el momento más
hilarante e interesante, esa cena familiar en la que las palabras vuelan como dardos
envenenados, no sólo llega tarde, sino que dura muy poco y el resto de la
película no está a su altura.
No es culpa suya
solamente, sino de un director, John Wells, que comete no pocos errores. Los
comete cuando abandona la vocación teatral de la propuesta y cambia de
localización constantemente, manejando diversas conversaciones a la vez y
rompiendo la agilidad del libreto, prefiriendo ofrecer momentos de gran calado
dramático –la música de Gustavo Santaolalla está muy bien, y ayuda a potenciar
el dramatismo, pero contraviene cualquier atisbo de teatralidad-. Los comete
asfixiando con su cámara a sus actores en lugar de dejarlos respirar, imagino
que para transmitir esa misma sensación de agobio que la que viven sus personajes,
sin reparar en que de por sí la acertada fotografía de Adriano Goldman ya lo
consigue con creces. Y los comete con su exagerado metraje, el cual ni su guión
ni sus actores consiguen amenizar, y repleto de transiciones y salidas de
personajes de la historia sin motivo aparente.
No hay nada en su
dirección reseñable, salvo la de los actores. Porque si por algo se salva “August:
Osage County” es por su reparto. Todos y cada uno de ellos tienen su momento de
gloria, aunque los hay algo desdibujados y desaprovechados como Ewan McGregor,
Dermot Mulroney o Abigail Breslin. Sin embargo, es el careo entre Meryl Streep
y Julia Roberts el que se lleva la palma. La primera no ha sido nunca santo de
mi devoción, su sola presencia en pantalla me resulta cargante, pero uno se
pregunta por qué ha ganado un Oscar por interpretar a Margaret Tatcher y no por
papeles como éste. En cuanto a la Roberts, demuestra su madurez interpretativa
en cada plano, acompañada de un plantel de actores que hacen de esta cinta algo
disfrutable, pero por desgracia nada memorable y sí muy asfixiante.
A
favor: su reparto, en especial Meryl Streep y Julia
Roberts, y la escena de la cena
En
contra: su abultado metraje, y el empeño por abandonar
cualquier atisbo de teatralidad para dar paso al dramatismo
Calificación:
***
Aunque en este caso no compartamos opiniones, siempre es un placer leerte. ¡Ojalá todos los críticos de cine escribiesen como tú! ¡Un saludo, cinéfago!
ResponderEliminarVaya, tu comentario me ha llegado. Sin palabras. Muchísimas gracias!
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