martes, 14 de enero de 2014

LA CRÍTICA: Agosto (August: Osage County)

Puro recital interpretativo para un film asfixiante
Agosto. Mes de calor intenso, uno de los más calurosos del año. Al menos en España, el mes de agosto de 2013 fue el más caluroso de los últimos 30 años. Particularmente, en el condado de Osage, en Oklahoma, el calor alcanza niveles asfixiantes, poniendo temperatura a la fatalidad de familia forzada a reunirse tras la misteriosa desaparición del patriarca. La agobiante temperatura en la que se mueve la familia Weston, la chispa necesaria para que afloren viejas rencillas, decepciones, insatisfacciones y rencores. Una rabia contenida que pasa de una generación a la siguiente, y que tarde o temprano acaba estallando.

“August: Osage County” es, como la atmósfera en la que se desarrolla la trama, una película opresiva, un reality show que encierra a sus protagonistas en un ambiente viciado para que se despellejen los unos a los otros. Su autor, Tracy Letts, se reserva también la silla de guionista y propone un film directo en sus diálogos, aunque no así en sus intenciones. Le cuesta bastante arrancar, y el momento más hilarante e interesante, esa cena familiar en la que las palabras vuelan como dardos envenenados, no sólo llega tarde, sino que dura muy poco y el resto de la película no está a su altura.


No es culpa suya solamente, sino de un director, John Wells, que comete no pocos errores. Los comete cuando abandona la vocación teatral de la propuesta y cambia de localización constantemente, manejando diversas conversaciones a la vez y rompiendo la agilidad del libreto, prefiriendo ofrecer momentos de gran calado dramático –la música de Gustavo Santaolalla está muy bien, y ayuda a potenciar el dramatismo, pero contraviene cualquier atisbo de teatralidad-. Los comete asfixiando con su cámara a sus actores en lugar de dejarlos respirar, imagino que para transmitir esa misma sensación de agobio que la que viven sus personajes, sin reparar en que de por sí la acertada fotografía de Adriano Goldman ya lo consigue con creces. Y los comete con su exagerado metraje, el cual ni su guión ni sus actores consiguen amenizar, y repleto de transiciones y salidas de personajes de la historia sin motivo aparente.


No hay nada en su dirección reseñable, salvo la de los actores. Porque si por algo se salva “August: Osage County” es por su reparto. Todos y cada uno de ellos tienen su momento de gloria, aunque los hay algo desdibujados y desaprovechados como Ewan McGregor, Dermot Mulroney o Abigail Breslin. Sin embargo, es el careo entre Meryl Streep y Julia Roberts el que se lleva la palma. La primera no ha sido nunca santo de mi devoción, su sola presencia en pantalla me resulta cargante, pero uno se pregunta por qué ha ganado un Oscar por interpretar a Margaret Tatcher y no por papeles como éste. En cuanto a la Roberts, demuestra su madurez interpretativa en cada plano, acompañada de un plantel de actores que hacen de esta cinta algo disfrutable, pero por desgracia nada memorable y sí muy asfixiante.

A favor: su reparto, en especial Meryl Streep y Julia Roberts, y la escena de la cena

En contra: su abultado metraje, y el empeño por abandonar cualquier atisbo de teatralidad para dar paso al dramatismo

Calificación: ***

2 comentarios:

  1. Aunque en este caso no compartamos opiniones, siempre es un placer leerte. ¡Ojalá todos los críticos de cine escribiesen como tú! ¡Un saludo, cinéfago!

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  2. Vaya, tu comentario me ha llegado. Sin palabras. Muchísimas gracias!

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