El maleable Gus Van Sant
Agradezco que Gus Van
Sant haga cine experimental, ajeno a los convencionalismos de la industria
cinematográfica, ese que le ha permitido regalarnos trabajos más o menos
acertados según los gustos de cada uno. Irregulares, sí, pero atractivos y
estimulantes. “Mi Idaho privado”, “Drugstore Cowboy”, “Elephant” y, por qué no,
su particular visión de “Psicosis” son buena muestra de ese interés por
transgredir los encorsetados márgenes de Hollywood. Desgraciadamente, entre
medias se ve obligado a aceptar proyectos más alimenticios, convencionales y
comerciales, aunque pulcros y bien dirigidos, pero que se degustan tan rápido
como se excretan, siendo quizá hasta la fecha “El indomable Will Hunting” su
mayor acierto en este ámbito.
“Tierra prometida”
pertenece sin duda a este segundo grupo de películas. Un vehículo de lucimiento
personal para Matt Damon, que hace las veces de guionista y protagonista
absoluto, en esta historia con el fantasma de la crisis financiera y los actos
de las grandes corporaciones sobrevolando cada fotograma. El film pone como
protagonistas a los malos, a los enviados por una gran compañía que pretende
comprar las tierras de un pueblo tocado económicamente para extraer el gas
natural que subyace bajo la superficie, sin exponer claramente a los habitantes
los perjuicios que la práctica conlleva.
Ya desde sus primeros
minutos, se advierte el tono que Van Sant ha querido imprimirle a la cinta. “Tierra
prometida” tiene un tufillo a película feel
good, sus personajes son bondadosos, la banda sonora de Danny Elfman es
jovial, el guión escrito codo con codo por Damon y John Krasinski destila
buenas intenciones, y el semblante de gnomo de este último no ayuda a
desprenderse de esta sensación. Ya el simple hecho de poner como protagonista a
una malvada empresa debería ponernos sobre aviso. Sus intenciones son buenas, y
en su tramo final sucumbe por fin a ese buen rollo que llevaba bordeando
durante más de noventa minutos.
Aún así, no es una
película incómoda a la vista. “Tierra prometida” es directa y clara tanto en la
exposición de los hechos que presenta como en sus intenciones, y no lo oculta. Un
producto ligero, amable, bien orquestado e interpretado, de esos que el
maleable Van Sant hace para pagarse su próximo capricho. Porque sabemos que
volverá a ofrecernos propuestas mucho más desafiantes en el futuro. Al menos
siempre es gratificante ver de nuevo en pantalla a ese gran secundario que es
Hal Holbrook. Consuelo de tontos.
A
favor: que se degusta con suma facilidad
En
contra: no pasa de ser un producto cargado de buenas
intenciones
Calificación: **1/2
Me decepcionó Matt Damon en esta pelicula... Yo tambien estoy haciendo un blog de cine, sobre mis aventuras como cineasta underground, echale un ojillo si quieres :)
ResponderEliminarhttp://persiguiendomydream.blogspot.com.es/
Pues fíjate tú que es Matt Damon uno de sus aspectos positivos. Está ahí, sin más, no desentona. Curioso blog, curiosas reflexiones y vivencias. Te he seguido en el blog y en Google+. Muchas gracias por pasarte.
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