Que viene el lobo
Los niños nunca
mienten. Cuántas veces habrán utilizado los renacuajos la excusa de que les
duele la cabeza o la barriga para librarse de ir al colegio. Cuántas veces
habrán imaginado historias en las que cabalgan a lomos de ponis rosas
sobrevolando el arcoíris. Cuántas veces habrán negado haber realizado una mala
acción para no acarrear con las consecuencias. Ante estos casos, los mayores
hacemos oídos sordos, ya que, al fin y al cabo, son cosas de niños. Ahora bien,
si las palabras que salen de la inocente boca de un niño sirven para formular
graves acusaciones hacia un adulto, las tomamos como irrefutables y verdaderas,
y la consecuencia es la estigmatización automática y sistemática del acusado.
Porque en una sociedad afortunadamente concienciada del drama que supone la
pederastia pero a su vez tan proclive al linchamiento público y a la búsqueda
de cabecillas de turco, los niños siempre dicen la verdad, como si el Pedro del
cuento nunca hubiese mentido al avisar de que venía el lobo.
“Jagten (The Hunt)” es,
a todas luces, un retrato de la sociedad actual, de lo fácilmente que tendemos
a etiquetar a los demás de por vida aunque sea a través de falsas acusaciones.
Es el descenso a los infiernos de un hombre corriente, de vida apacible y sobre
ruedas, convertido en un lobo al que hay que cazar y ajusticiar. Y es, también,
la mejor película de Thomas Vinterberg desde la grandiosa “Festen (Celebración)”,
con la que comparte no pocas vertientes argumentales.
Vinterberg, como otros
colegas daneses preocupados por escarbar en las miserias de una raza humana que
se cree civilizada y adelantada a su tiempo, propone un drama crudo, directo,
frío e incómodo según la postura de cada uno. “Jagten” es rotunda, va directa a
la yugular, aunque para ello su director tenga que sucumbir a momentos
previsibles y tópicos pero necesarios - [SPOILER] la muerte del perro, por
ejemplo [FIN DEL SPOILER] – y aunque muchos vean en ella cierta manipulación
presentando a un individuo cuya vida aparentemente idílica –los niños le adoran
en la guardería, podrá ver a su hijo dentro de poco, sus amigos le apoyan,
comienza una relación con una compañera de trabajo,...- acaba desmoronando el
cineasta hasta despojarlo de todo cuanto posee.
Brillantemente
interpretada por un reparto en el que sobresale con fuerza Mads Mikkelsen, en
un papel más vulnerable que aquellos a los que nos suele tener acostumbrados
por estos lares, “Jagten” es la obra de un realizador que, a diferencia de
compañeros como Von Trier, requiere solamente de temáticas difíciles para
incomodar al espectador. Con esta película te sientes tocado y hundido por su
realismo, una sobredosis de veracidad que nos hace en su falso final feliz
caminar sobre alambre de espino: por mucho que vuelvas a recuperar tu vida, la
bala del prejuicio seguirá sobrevolando tu cabeza. El cazador convertido en
presa, seguirá siendo presa durante el resto de su existencia.
A
favor: Mads Mikkelsen, soberbio
En
contra: ciertos pasajes previsibles
Calificación: ****
Gran, gran película, realmente te toca a fondo cuando las estás viendo.
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