LA CRÍTICA: Amor y letras

La banda sonora correcta

Es imposible hablar de Josh Radnor sin pensar en el irritante, cursi y ñoño Ted Mosby, su alter ego en la televisiva “Cómo conocí a vuestra madre”. Y aunque el personaje haya avanzado en sus últimas entregas y ya no sea tanto el ingenuo soñador de sus comienzos, para muchos es impracticable verle en pantalla sin que den ganas de echársele al cuello. Pero existe otra faceta de Radnor más ambiciosa, la que aúna la interpretación, la escritura y la dirección, fruto de la cual nació hace tres años esa especie de sitcom sin chispa titulada “HappyThankYouMorePlase”, un debut indie tremendamente almibarado y lento, extremadamente lento.

Afortunadamente, “Amor y letras” es un trabajo bastante más maduro que aquel, igualmente bien escrito y mejor narrado, sin la confusión evidente entre pretenciosidad y arritmia narrativa que lastrara su anterior propuesta. Eso sí, sus personajes siguen hablando sin parar de temas mundanos como la literatura, la música, los gustos, el amor, las relaciones y el inescrutable  paso del tiempo.

“Amor y letras” supone cierto avance creativo en su carrera, si bien se le echa en falta bastante más arrojo en la puesta en escena. Una disertación bastante acertada –obviando decisiones de guión, como el personaje sin rumbo de Zac Efron - sobre el complejo de Peter Pan, la frustración de las metas sin alcanzar y la errónea sensación de que vivimos en una generación y un contexto que no nos pertenecen. El director, cómo no, se reserva el papel más importante de la función, y aunque convence, los personajes secundarios acaban siendo más interesantes que el suyo, resultando eclipsado especialmente por esa delicia llamada Elizabeth Olsen, que una vez más demuestra su extraordinario magnetismo con la cámara.

Radnor, además, parece interesado en retratar la treintena, como ocurre en la serie que le ha dado la fama. Ahora que está a punto de entrar en la cuarentena habrá que ver cómo evoluciona su cine, si encuentra la banda sonora correcta en su filmografía y si acaba siendo un cronista relevante de su propia generación. O lo mismo nunca consigue despegar, como Edward Burns. El tiempo dirá.

A favor: Elizabeth Olsen

En contra: le falta más empuje en la realización

Calificación: **