LA CRÍTICA: Mamá

Madre no hay más que una

El fantástico cortometraje “Mamá”, de los hermanos Muschietti era el perfecto ejemplo de cómo conseguir una atmósfera desasosegante, repleta de pura tensión y mucho oficio y pasión por el cine de género con los recursos mínimos. Su adaptación al largometraje, obra de sus mismos creadores y producida por Guillermo del Toro, reproduce casi milimétricamente en una de sus escenas aquellos tres turbadores minutos. El comienzo del film, junto a instantes puntuales realmente conseguidos, entre los que se encuentra la susodicha secuencia, se cuenta como lo mejor de esta película que aspira a dejar huella en el género, pero que se queda muy corta en sus propias aspiraciones.

Todo comienza de manera interesante, con un padre que asesina a su esposa y emprende una fuga a ninguna parte con sus dos hijas presa del pánico y la desesperación. Tras un accidente de coche,  acaban encontrando una aparentemente abandonada cabaña donde el padre, como huida final, pretende asesinar a sus hijas. Pero algo le detiene, una presencia que se hará cargo de las pequeñas durante cinco años hasta que son encontradas  en estado salvaje tras una incansable búsqueda por parte de su tío. Sin embargo, algo viaja con ellas, algo que promete defenderlas y quererlas como una madre. Para siempre.

El material de partida ideado por los Muschietti es prometedor, pero su desarrollo tras los excelentes créditos iniciales está lleno de tantas incongruencias y aspectos inverosímiles que es imposible ver en ella más que un film televisivo. Porque o yo soy tonto, o no entiendo cómo lo mejor para dos niñas aisladas durante cinco años es irse a vivir con un tío y la novia de éste, a los que apenas conocen; o por qué ese psicólogo infantil o detective privado, lo mismo da, acaba investigando el caso por su propia cuenta y acudiendo ¡solo! a la cabaña donde empezó todo; o cómo dejan a las niñas a solas con una completa desconocida una vez el tío está ausente, y la incapacidad del guión de desarrollar la relación maternal de las pequeñas con este señorita... Y así suma y sigue.

Sí, sus creadores son capaces de generar tensión, saben generar atmósferas inquietantes, pero se muestran torpes a la hora de alargar la trama de su corto. Lo importante es dar sustos de manual, todo de manera mecánica, siguiendo los patrones del género pero sin revolucionarlos en absoluto. Ni sus actores destacan, pues en Jessica Chastain, cuyo papel es realmente testimonial, no vemos ni un atisbo de avance. No quiere tener hijos, no es que los niños le gusten, y no llega al espectador su repentino paso de rockera libre de ataduras a figura maternal.

Pero la gran traca queda guardada para sus últimos minutos, cuando sus responsables tiran la casa por la ventana y abusan, algo que en su corto ya se intuía, de CGI, convirtiendo el clímax en una amalgama de efectos especiales bastante ridículo, poco creíble, que se une a la falta de credibilidad del conjunto. Su trama es tan previsible y tiene tan poco jugo, que el mismísimo Guillermo del Toro la destripa en las entrevistas. No hay más donde rascar en “Mamá”. Para quienes quieran ver cuentos de terror sobre madres entregadas, sufridoras y al borde de la paranoia, ya tenemos películas muchísimos mejores que esta. Desde el punto de vista cinematográfico, no siempre se puede decir eso de "madre no hay más que una".

A favor: el comienzo y algunos instantes puntuales

En contra: el clímax final, y prácticamente todo lo demás

Calificación: *