Tras la estela de Spielberg
Viendo al pequeño Lucas
recorrer el hospital buscando recomponer las vidas de quienes le rodean, me ha
venido a la cabeza el joven Christian Bale de la imperecedera “El imperio del
Sol” recorriendo aquel campo de concentración que suponía, a sus ojos, su
pequeño reducto de inocencia. Dos niños cuya existencia idílica y de tonos
pastel chocaba con la realidad de una catástrofe de proporciones dantescas.
En su genial uso de la emotiva
banda sonora de Fernando Velázquez, presente en los momentos justos sin que
llegue a potenciar esa sensiblería de la que un producto como este es
susceptible, en la formidable fotografía de Óscar Faura o simplemente en la
manera de plasmar la tragedia desde cerca, pero con cierto toque de ingenuidad
infantil a través de unas imágenes tan efectistas como cautivadoras, J. A.
Bayona se erige con “Lo imposible” en el Spielberg español. Confirma así por un
lado que lo de “El orfanato”, uno de los mejores debuts de los últimos años con
el que comparte la temática de la pérdida y las relaciones familiares, no fue
casualidad. Y, por otro, lo enormemente influenciada que está, para bien, la Generación
Goonie por la magia spielbergiana.
Muchos dirán, y no les
falta parte de razón, que es sensiblera y manipuladora con respecto a los
sentimientos del espectador. Otros que, y tampoco les falta razón, el momento
tsunami dura muy poco y que lo mejor de ese tramo se encuentra en los trailers.
Poco importa, pues lo que le interesa a Bayona es contar las consecuencias del
incidente, la aparente calma tras la tempestad. Lo hace desde la óptica de una
familia feliz con la que no es difícil simpatizar, cuya historia es contada a
nivel del mar, con el agua al cuello.
Convierte “Lo imposible”
en un dramón de desenlace anunciado y estirado como un chicle, especialmente en
un clímax final innecesariamente alargado. Porque aquí no hay historia
suficiente para rellenar dos horas de metraje, sobre todo en unos personajes no
tan bien dibujados, a los que les falta un conflicto interno más allá de las
circunstancias que les ha tocado vivir. Y, pese a ello, consigue mantener el
pulso y el interés en una historia que, no nos engañemos, no es nada compleja
ni es tan sesuda como su primer trabajo, y que es carne potencial de telefilm y
convencionalismos varios.
Con todo, “Lo imposible”
se postula como un survival
tremebundo que sabe sacudir en la butaca al espectador como a esos cuerpos que
son revolcados bajo el agua entre escombros, alternando los pasajes más crudos
con los más hermosos y esperanzadores, para dignificar el espíritu de
sacrificio del ser humano ante la adversidad. Y, en buena parte de su metraje,
tiene el enorme acierto de hacer recaer el protagonismo no en unos
correctísimos Ewan McGregor y Naomi Watts, sino en un joven sobresaliente
llamado Tom Holland, que haría las delicias del Rey Midas de Hollywood.
A
favor: el toque Spielberg y que sea capaz de mantener la
emoción en una historia susceptible del telefilm y los convencionalismos
En
contra: un clímax final innecesariamente alargado
Calificación: ****
Estamos bastante contigo, sobretodo en lo referente a la actuación del pequeño Tom Holland (para nosotros el mejor del reparto).
ResponderEliminarLa verdad, cumple totalmente con lo esperado, tanto para el público como para Bayona... ya solo le faltaría el patrocinio de Kleenex, jajaja
Para verla, eso sí, una sola vez y en pantalla grande.
Jajajaja habrá que analizar en los créditos los patrocinadores. Igual Bayona tiene contrato con kleenex. Sí, dudo que resista un segundo visionado en la pequeña pantalla.
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