Jugando a ser dioses
Ridley Scott no es un
dios, pero puede permitirse jugar a serlo con su criatura más famosa, aquella que
marcó un antes y un después en la historia del cine, de la que salieron otras
honorables monster movies de los 80
como “La cosa” o “Depredador”.
No es casualidad que
todo en “Prometheus” gire en torno al relato mitológico que da nombre a la nave
que emprende ese viaje a los confines del universo en busca de una respuesta
acerca del origen de la Humanidad. Scott parece hablar de sí mismo, de su
condición de amo y señor de la función, a través de sus personajes, a través de
esos humanos deseosos de conocer a sus creadores –entre ellos su protagonista,
una correcta Noomi Rapace- o a través de ese carismático robot llamado David –tremendo
Michael Fassbender, que una vez más demuestra que su talento no es humano-, al
que sus compañeros de expedición no paran de recordarle su condición
artificial.
Pero, como en el mito
de Prometeo, jugar a equipararse a los dioses tiene sus consecuencias, en forma
de castigo divino hacia los protagonistas de la cinta y hacia el propio
director. El hecho de que el realizador británico vuelva a los orígenes de su
mito constituye un inevitable hype en
sí mismo, alimentado por meses y meses de marketing viral que no han hecho más
que hinchar un globo que puede correr el riesgo de desinflarse. Por este
motivo, mantenerse al margen del fenómeno es tremendamente complicado, pero
recomendable si no quieren generarse demasiadas expectativas. Sin embargo,
incluso logrando este último objetivo, su “Prometheus” no es todo lo redondo
que podría haber sido, por culpa de un guión con tantos altibajos que impiden
que la película acabe de despegar. Su endeble libreto, pese al oficio del
cineasta –faltaría más, lleva el suficiente tiempo en la industria como para
saber lo que hace, y técnicamente es impecable, además de dejar algunas
secuencias para el recuerdo-, impide que te identifiques con su trama, que te
intereses por lo que te está contando. Y lo peor que puede pasarte al finalizar
una propuesta como la que nos ocupa es que no pare de rondarte por la cabeza la
pregunta “Vale, muy bien, ¿y?”.
Su discurso, aunque
desaprovechado, es interesante. Una vez encajan las piezas, y pese a plantear
preguntas que en absoluto son determinantes para entender la cinta, la historia
global no está a la altura de los enigmas. Aún así, el esfuerzo es loable, pues
si dos cosas son realmente reseñables de “Prometheus” son, por un lado, que se
atreva a expandir el universo “Alien” –en este sentido, los diseños de
H.R.Giger vuelven a tomar protagonismo en todo su esplendor-, con el que guarda
numerosos puntos en común, incluso en la casi copiada estructura narrativa. Y,
por otro lado, que rinde homenaje a la ciencia-ficción clásica, de serie A, B o
Z, desde “Planeta prohibido” hasta “Terror espacio”, pasando por “2001” –ese David
que remite directamente a HAL 9000 o la búsqueda del origen de la especie- o la
misma “Blade Runner”.
Es posible que esté
pecando de la misma falta de visión que hizo que en su momento la crítica
denostara “Blade Runner” y “Alien”. Si es así, el tiempo pondrá las cosas en su
sitio. Por ahora, el castigo que ha recibido Scott de su criatura es más que
merecido.
A
favor: su factura técnica, Michael Fassbender y sus ecos a
la ciencia-ficción clásica
En
contra: el guión, lamentablemente, no se sostiene
Calificación: **1/2
Discrepo totalmente con tu crítica. Ayer mismo fui a ver esta película y salí fascinado del filme: por su potencia visual, su efectivísimo guión, las actuaciones estelares y por lo terrorífica y sumamente intrigante que me pareció. Creo que Scott ha vuelto a la Ciencia Ficción pisando más fuerte que nunca y otorgando a este género una cinta de extrema calidad; una calidad que muchas otras películas del mismo género desearían alcanzar.
ResponderEliminarpara mi es una pelicula redonda
ResponderEliminarpero soy un simple taxista
qué sabré yo de cine!
Yo es que no he visto esa peli redonda que muchos dicen haber visto. El guión no es de Oscar precisamente, y tiene tantos altibajos que parece una montaña rusa. Sergio, Travis Bickle también era un simple taxista, y mira lo que hizo. No dudes de tus capacidades.
ResponderEliminarno dudo de ellas era simple ironía
ResponderEliminarPues no pongas simple! De simple tienes lo que yo de Nacho Vidal
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