Se acerca la tormenta
Hay en este desenlace
de la trilogía del caballero oscuro una atmósfera incómoda, enrarecida por dos
factores que, en malas manos, podrían haberla lastrado como película. En primer
lugar, por su propia condición de final épico que le pesa como una losa, que la
hace más susceptible a la decepción que provoca el hecho de que la resolución
de la saga no esté a la altura de las expectativas de algunos. Por otro lado,
está su misma autoconsciencia como blockbuster
de masas, como hype tan hinchado que
puede explotar y que hace que Nolan tome decisiones de lo más convencionales.
Porque estamos ante la
entrega más convencional de la franquicia, la que deja una mayor sensación de
encargo por parte de su responsable, como si de un producto alimenticio se tratase.
Hasta ahora, el espectador, al acabar de ver uno de sus filmes, se sentía
inteligente, no por entender las tramas, sino porque su creador sabe no ser
condescendiente con el espectador. Aquí, sin embargo, Nolan opta por ser
complaciente con el público, y regala algunos de los momentos menos sutiles de
su filmografía. La forma de morir de algunos personajes –el de uno, que no desvelaré,
es especialmente preocupante, ya que merecía un destino mucho mejor que un
simple fogonazo-, algunos flashbacks
insertados para refrescar innecesariamente la memoria de los espectadores, la
explicación de las motivaciones de los villanos, o unos minutos finales que prefieren
mostrar más que sugerir –habría bastado con la mirada cómplice de un soberbio Michael
Caine en un plano decisivo para transmitir lo que quería decir- y que dejan la
puerta abierta a una aparentemente posible, aunque descabellada y muy
improbable, secuela, son solo algunos ejemplos.
Pero los aciertos son
tantos que sus defectos no ensombrecen la épica del film. Incluso ese final que
puede decepcionar a más de uno tiene una sublectura interesante acerca del
carácter eterno del mal y de la necesidad de un justiciero en Gotham,
independientemente de quién se encuentra tras la máscara.
“The Dark Knight Rises”,
más que acabar con la historia –si lo pensamos un poco, ni con la muerte de
todos los personajes del film, habría paz en la ciudad-, finaliza el ciclo emprendido
con “Batman Begins”. Si en esta Batman era un símbolo que infundía miedo en los
que daban miedo, esta nueva entrega reincide en la necesidad del superhéroe,
devolviéndole el protagonismo a Bruce Wayne –el mejor Bale de toda la trilogía-,
tras una segunda parte en la que el Joker fagocitaba al hombre murciélago y con
la que no es conveniente establecer comparaciones. Y he aquí uno de sus mayores
aciertos, pues Nolan vuelve a sus orígenes, a ese ser humano enfundado en su
oscuro atuendo, que deberá vencer su propio miedo para vencer al miedo.
Un miedo encarnado por un
magistral y amenazante Tom Hardy que invita a la anarquía, al caos total que
intentara instaurar el Joker a golpe de inteligencia, pero esta vez de una
manera más física. A su lado desfilan algunas decisiones que se corresponden
con esa faceta del Nolan más complaciente que apuntaba anteriormente. Una
sensación materializada en la presencia de amores para Wayne/Batman, en la
inclusión de la ambigua Catwoman –Anne Hathaway está estupenda, pero su rol no
acaba de encajarme en esta nueva franquicia- o el papel final de Joseph Gordon-Levitt.
Pero, con todo, estamos
ante el broche de oro que merecía la trilogía, sellado por la siempre sublime
composición musical de Hans Zimmer. El que decepcione más o menos depende de
cómo encaje cada uno sus decisiones. Y, aunque le pese a su director, que se
toma como siempre su tiempo para poner las cartas sobre la mesa, lo cual puede
exasperar a más de uno, sí que hay una importante lectura socio-política en el
film. Por TDKR flota el clima post 15-M, con esa mentira que mantiene a raya al
pueblo, con esa ciudad dominada por una bolsa financiera que acaba estallando,
y por ese Bane que, a golpe de dictadura, invita al pueblo a sublevarse contra
los políticos, los ricos y en general contra los que tienen el poder. La
tormenta se acerca, y esperemos que cuando estalle no se parezca en nada a la
de la película. Porque, desgraciadamente, no habrá más Batman de Nolan para
salvarnos.
A
favor: Es tan grande que sus defectos pueden ser pasados
por alto, según la paciencia de cada uno
En
contra: su condición de blockbuster autoconsciente y de
hype hinchadísimo, y que haya quien se empeñe en compararla con su predecesora
Calificación: ****
Interesante entrada. ¡A ver cuándo puedo verla!
ResponderEliminarAmo a batman tanto como a Nolan
ResponderEliminarpero tardaré...y mucho, en amar tdkr, pues es un despropósito total llena de errores narrativos, de cabos sueltos y de personajes desdibujados.
Tanto como yo tardaré en amar ese despropósito llamado Spider-Man 3. Ah no, que jamás la amaré, eso solo se te ocurre a ti.
ResponderEliminarsí...sé que estoy solo...
ResponderEliminar...pero se está taaan bieeen
siendo único y especial!!!
que unirme a la masa borreguil me da
VÉRTIGO.
(padezco de sustos).
Ya te uniste a la masa borreguil anteriormente defendiendo la nueva entrega de Spider-Man, y te saliste de ella mucho antes defendiendo Green Lantern. Lo tuyo es una montaña rusa más mareante que la de Polar Express.
ResponderEliminargerardo acabas de demostrar que no leiste mi critica de the amazing...
ResponderEliminarexijo públicas disculpas y una compensación económica
Me disculparé cuando tú te disculpes con lo que soltaste sobre Catwoman el otro día...
ResponderEliminarpasa de la disculpa...y el dinero?
ResponderEliminarHacemos una cosa: tú me pagas a mí primero, yo luego te pago y te cobro un 20% de intereses. Rajoy lo haría.
ResponderEliminarrajoy si, yo...
ResponderEliminarpor cierto
¿cual es la merienda preferida de rajoy?
las oreo chips rajoy!