jueves, 12 de julio de 2012

El Corto Cinéfago: Raks Sharky

Hace unos días me enteré de que una compañera de instituto –ya voy rozando la treintena, así que imaginen cuánto ha llovido-, Maraya Medina Roque, ha realizado un corto documental, un homenaje a la danza oriental y a Shokry Mohamed, primer profesor de danza oriental en España. Absolutamente multidisciplinar, Maraya ha trasladado su pasión por el baile –practicó ballet clásico y danza contemporánea- a esta pequeña pieza en la que recoge testimonios de profesionales, profesores y alumnos, en un trabajo que ha sido presentado en el programa Cámara Abierta 2.0 de TVE. Gracias a ella podemos disfrutar ahora de esta pequeña joya, y quienes estén interesados en saber más tienen su cuenta de Twitter y este enlace, en el que recoge en forma de pequeño artículo el proceso de creación del cortometraje. A continuación del corto, una mini-crítica.


CRÍTICA
La danza universal
Win Wenders conseguía con la reciente “Pina” transmitir mediante un tributo estético y hermoso el arte de la coreógrafa alemana, produciendo fascinación ante su obra y su legado. Pero, más importante aún, lograba convertir la danza en una forma de lenguaje universal, en una disciplina artística asequible a todos aquellos que, como un servidor, somos auténticos ignorantes en la materia.

Con “Raks Sharky”, Maraya Medina Roque parece seguir los pasos de Wenders, aunque sin sucumbir a la tridimensionalidad en el intento, con medios más artesanales a su alcance. En sus poco más de veinte minutos, el cortometraje se propone a contagiar el espíritu que encierra y la fascinación que despierta la danza oriental, centrando su estudio en la figura de Shokry Mohamed, el primer profesor de danza oriental en España, llenando el documental de los testimonios y enseñanzas de quienes se han visto influenciados por el maestro de origen egipcio. Coreógrafos, bailarines, alumnos,… todos aportan su grano de arena en un fresco que muestra acertadamente, y sin efectismos, la mezcla de expresión corporal que implica la danza con los simbolismos de la cultura oriental.

Pero más allá de cómo se han ramificado las doctrinas de Shokry Mohamed en las generaciones posteriores, “Raks Sharky” aprovecha el material de partida para tratar un tema tan universal como la igualdad entre sexos y las semejanzas y diferencias entre culturas, aboliendo prejuicios sobre la orientación sexual de los hombres que se dedican a esta disciplina y sobre la línea que separa lo masculino de lo femenino.

“Raks Sharky”, además, apuesta por realizar ya no sólo un homenaje a la disciplina en sí, sino que su mira está puesta también en romper barreras culturales y en retratarla como una herramienta de búsqueda de la identidad personal. Y es una lástima que no dure más, que se vea encorsetada por su propia condición de corto y por sus limitaciones técnicas. Porque en ella hay potencial, y su moraleja es tan universal que lo que sorprende de ella es que haya sido de ser tan elocuente con tan poco. Y con poco me refiero al metraje. 

A favor: que consiga despertar el interés por la danza oriental en tan poco tiempo
En contra: que no dure más

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