Comienza
la cuenta atrás a los Oscar, que se estregan el domingo de madrugada, o ya
lunes, si prefieren. Y para amenizar la espera, aquí va el análisis de las
principales categorías. Quién tiene más posibilidades, quién falta, quién
sobra… Es mi valoración personal, y de aquí sale mi quiniela. Para quien no le
convenza, recuerden que aún se puede votar a sus favoritos en el siguiente
enlace. Que gane el mejor. El mejor para la Academia, claro está.
MEJOR PELÍCULA: Que el Señor pille
confesados a los académicos
Nueve películas, y como
siempre faltan y sobran algunas, porque no llueve nunca a gusto de todos. Por
el camino se han quedado el Millennium de David Fincher, “El topo” de Tomas
Alfredson o, especialmente, ese especialista de cine de Nicolas Winding que
atendía al nombre de “Drive”, un film que en unos meses se ha convertido en un
clásico de culto.
Pero seamos realistas,
solamente cuatro de las nominadas tienen opciones. El resto es puro relleno. Porque
sabemos de antemano que “Moneyball”, “War Horse”, “Criadas y señoras” y
“Midnight in Paris” tienen poca fuerza para hacerse con la dorada estatuilla.
De ellas, la que quizá podría aspirar a algo es la película de Tate Taylor,
mucho más por sus actrices, que sí están nominadas este año, que por la
dirección del cineasta o por la película en sí misma. Y lo de “Tan lejos tan
cerca” suena a chiste desde que se pronunció su título entre risas el día de
las nominaciones. La crítica la ha vapuleado y el público le ha dado la
espalda, y todo a pesar de contar en sus filas con Tom Hanks y Sandra Bullock,
entre otros, y de ser obra de un habitual de estos premios. Stephen Daldry.
Si atendemos a la
carrera de premios, “The Artist”, “El árbol de la vida” y “Los descendientes”
lucharán ferozmente entre sí por la estatuilla. La cinta de Malick ha quedado
relegada a un triste segundo plano después de su ausencia en los Globos de Oro,
y es sin duda la propuesta más polémica de todas las que finalmente han pasado
el corte. La abalan una cantidad de premios interminable, que incluyen la Palma
de Oro en Cannes y casi diez premios de la crítica estadounidense, pero buena
parte del público, que no de la crítica, la odia. Si ganara, muchos se
preguntarían por qué, aunque un servidor piensa que lo merecería y con creces. Y
la de Payne, pese a su éxito, no parece un film de Oscar, no nos engañemos. Su
estética de comedia dramática hawaiana seduce, convence, pero dudo que sea de
esas por las que la Academia se derrita. Además, no es ni de lejos la mejor de
Alexander Payne hasta la fecha.
Pero cuidado, porque
“La invención de Hugo” se ha colado como la más nominada, contra todo
pronóstico, y a pesar de que no ha recibido demasiados premios en esta carrera
a los Oscar, tiene serias opciones. Los académicos adoran a Scorsese, aunque se
resistieran a premiarle durante años. De paso harían justicia con él este año,
aunque sería paradójico que, tras varias obras maestras como “Taxi Driver” o
“Uno de los nuestros”, haya triunfado en los Oscar con un remake y con un film
infantil en 3D.
Este año, los premios
del Sindicato de Productores ha elegido “The Artist” como mejor película de
2011. No olvidemos que estos premios son la mejor antesala para el Oscar a
mejor película, y de hecho pocas veces han fallado en los últimos veinte años.
Pero mucho ojo, porque no siempre lo que dicen va a misa. Si hacemos un ejercicio
de memoria, concretamente hasta el año 2007, veremos que aquel año la favorita
era “Pequeña Miss Sunshine”, y de hecho triunfó entre los integrantes del
Gremio de Productores. Aún así, Scorsese se hizo con el Oscar por
“Infiltrados”. Dos años antes, curiosamente, la gran favorita era “El aviador”,
del mismo Scorsese, y la estatuilla fue a parar a esa chica del millón de
dólares de Clint Eastwood.
La historia podría
volver a repetirse, y más en un año en que la película muda de Michel
Hazanavicius ha arrasado con todo. Porque aunque sea muda no deja de ser
francesa, y hasta ahora ninguna cinta extranjera de habla no inglesa
–excluimos, claro está, al cine británico, que sabemos de sobra que ha arrasado
en anteriores ediciones- se ha alzado como vencedora de la velada. Y no ha sido
por falta de títulos extranjeros nominados. Siete filmes llegados del otro lado
del charco han logrado ser nominados a mejor película con anterioridad. Comenzó
en 1938 con “La gran ilusión”, de Jean Renoir, y la última vez fue en el año
2000, cuando Ang Lee presentaba la exitosa “Tigre y Dragón”. Y eso sin contar
“Cartas de Iwo Jima”, que aunque no era extranjera fue rodada en japonés. Otra
película bienintencionada y muy del gusto de la Academia, “La vida es bella”,
tampoco lograba la estatuilla dorada. Porque que el Señor pille confesados a
los académicos si permiten que un film extranjero se haga con su sobrevalorado
Oscar. Nunca ha ocurrido, y no veo por qué este año iba a ser distinto, por
mucho que “The Artist” haya conquistado a la crítica, y se haya vendido como
ganadora desde su presentación en Cannes el año pasado.
Pero todo es posible tras
la decena de premios de la crítica que ha cosechado, el BAFTA y el Globo de
Oro. Pero más aún estando tras el proyecto el apellido Weinstein. Ya en 1999,
“Shakespeare in love” se convertía en la imprevista vencedora frente a la
favorita, “Salvar al soldado Ryan”, y por entonces se hablaba de compra de
votos. El año pasado, sin irnos tan lejos, “El discurso del rey” se imponía al
rey de Facebook de David Fincher, en una de las decisiones más correctas que se
recuerdan. Correcta de corrección, la que destila la Academia, quiero decir.
Pero no, no aguantaría el hecho de que Harvey Weinstein, “el castigador”, triunfara
dos años seguidos.
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