Al diablo con el diablo
Un psicópata sexual,
asesino de chicas jóvenes, un auténtico monstruo sin sentimientos aparentes que
ve su afición como un trabajo cotidiano. El novio de una de las víctimas,
dispuesto a todo por encontrar al asesino de su pareja. Dos personajes antagónicos
enfrentados en una sangrienta persecución sin cuartel con algo en común: ambos
han encontrado al diablo, a ese animal que habita en cada hombre y que no
precisa necesariamente de coartadas para justificar sus actos.
Los roles de víctima y
verdugo se intercambian constantemente en la última película de Kim Jee-Kwon,
un descenso a los infiernos en el que abundan el gore, la acción, el thriller,
el terror, el cine de artes marciales e incluso el western, con una atmósfera
que recuerda bastante al cine de David Fincher. Un cóctel que nos demuestra,
una vez más, que el cine más dinámico, aquel capaz de combinar lo inverosímil
con la calidad, proviene del continente asiático.
“I saw the devil”
explora en sus casi dos horas y media de metraje la esencia del mal, tanto el
que habita en el interior de un conductor de autobús escolar, como el que va
surgiendo poco a poco dentro de un pacífico agente de seguridad. Un muestrario
de los más horribles monstruos se suceden en los distintos pasajes de una cinta
que oscila entre la extravagancia de algunas de sus escenas –ese taxi recorrido
en sentido giratorio por una cámara en continua caída mortal, esa finca morada
por dos sangrientos okupas- y la elegancia de otras, en un contraste del que
sólo la cinematografía surcoreana sale airosa sin caer en la trampa en la que
caerían otras propuestas hollywoodienses, tan encorsetadas en los avances
previsibles y los finales condescendientes.
Todo servido con una
violencia gráfica que casi se convierte en necesaria y poética en manos de su
realizador, que gesta aquí uno de sus mejores trabajos, que no el mejor. Su
violencia, eso sí, es molesta, especialmente cuando disfrutamos con esas
palizas que el novio inflige al otrora brutal psicópata, y aguantarla dependerá
del estómago de cada uno. Jee-Kwon juega tanto con sus dos personajes
principales –inmensos Lee Byung-hun y, especialmente, Choi Min-sik, protagonista
de esa obra maestra titulada “Old Boy”- como con la platea, que si entra en su juego
de venganza –algo que, adelanto, no es tarea fácil, y menos porque tarda mucho
en entrar en materia- se sorprenderá a sí mismo inmunizado ante esa misma
violencia que sirve como germen de un verdadero monstruo, el que no encuentra
consuelo ni acabando con el demonio.
A favor: sus frenéticas y adictivas dos horas y media, que conjugan violencia y arte
En contra: le cuesta mucho entrar en materia en su primer tramo
Valoración: ****
El problema de I saw the devil, es que recuerda mucho a otra pelicula sur-coreana. Y es inevitable no compararlas, y como es lógico sale ganando esa que tu titulas como Obramaestra(de acuerdo).
ResponderEliminarPero buena película y también la critica.
Muchas gracias por tu comentario. Yo, mientras la veía, no pensé en Old Boy en ningún momento. Son muy distintas entre sí, especialmente en la manera de contarlas. Pero I saw the devil es algo lenta durante sus primeros 40 minutos, los más convencionales del conjunto.
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