LA CRÍTICA: Sucker Punch

Luchando por la libertad

Para los que crean que Zack Snyder tocó el techo de su propia genialidad creativa con “Watchmen”, haciendo un film extremadamente adulto que sacrificaba en parte cualquier posibilidad de simpatizar con el público y de ser un éxito de taquilla, es que no han visto “Sucker Punch”. En ella tenemos al verdadero Snyder sin la presión de un estudio, disfrutando de la misma libertad por la que luchan sus protagonistas. Y no, no hablo del aspecto formal solamente, que ya eso se dejaba ver en trabajos anteriores, sino en su variedad de temas y referencias.

Con “Sucker Punch” se atreve a mostrar tres capas del mundo que rodea a su desgraciada protagonista, que, como la Elizabeth Taylor de “De repente el último verano” está a punto de ser lobotomizada para ser silenciada para siempre. Tres espacios donde realidad y ficcón se unen hasta límites imposibles. La primera es el cruel mundo real en el que se ve inmersa, afectado por la muerte de su madre, el asesinato de su hermana y la autoritaria figura de su avaricioso padrastro. La segunda es la creada para escapar de esa realidad, un segundo universo en el que el hospital psiquiátrico en el que se encuentra es un burdel regido por un tiránico proxeneta. Y la tercera es un mundo en el que todo es posible, donde Snyder da rienda suelta a sus ansias megalómanas mezclando referencias en un espectáculo visual apabullante.

Es en este último universo, en el que lo inverosímil se hace posible, donde el realizador funde el manga, el cine de artes marciales, el videojuego, el cómic, la ciencia-ficción, el cine bélico –antológica la guerra en las trincheras alemanas infestadas de muertos revividos gracias a la energía del vapor y el mecanismo de un reloj- e incluso el juego de rol en un teatro digital exagerado pero al servicio de la historia, y a ritmo de clásicos de la música –en sus filas oímos temas de Eurythmics, Björk, Queen, Jefferson Airplane o Pixies, entre otras- versionados con mucho acierto.

Estamos ante el trabajo más personal de su creador, y por ello el más arriesgado, algo que se ha notado en la mala acogida que ha tenido entre buena parte de la crítica y el público. Entrar en el juego que propone “Sucker Punch” no es fácil, y tanto despliegue visual puede acabar tapando la temática del film –que la hay, para los que sólo vean chicas sexys pegando tiros; el mismo desenlace abre la puerta para posibles interpretaciones múltiples de la historia-, pero los demás disfrutarán sin duda de esta obra que bien podría haber sido una excelente novela gráfica, buena muestra de lo que realmente representa Snyder para el séptimo arte. Un visionario, sin duda, al que aún le queda ser aceptado por la mayoría. Y para los que crean que lo han visto todo, esperen a los créditos finales, donde se atreve con el musical. Los que tengan ganas de más que esperen a la edición en DVD y Blu-Ray para ver esas escenas completas.

A favor: el despliegue visual, la creatividad de Snyder y la secuencia en las trincheras alemanas

En contra: la libertad del director no lo hace un film para todos los públicos

Valoración: ****