viernes, 18 de marzo de 2011

Michael Gough (1916-2011)


Todos le conocemos por ser Alfred, el mayordomo de Bruce Wayne en las cuatro primeras entregas cinematográficas de Batman, las de Tim Burton y las de Joel Schumacher. Y es que Burton rescató de las garras de la televisión y el anonimato a este excelente intérprete nacido en Malasia y de padres británicos que acompañó sus películas de juventud de la Hammer como “Drácula” o “El fantasma de la ópera”. Y trabajó con el realizador hasta siete veces, para que luego digan que Johnny Depp es el actor fetiche del director. De hecho, sus últimas aportaciones al cine fueron prestando su imponente voz en “La novia cadáver” y “Alicia en el País de las Maravillas”.

Pero la carrera de Michael Gough se remonta a finales de los años 40 cuando apareció en “Ana Karenina”. Desde entonces se convirtió en un secundario de lujo y en un respetado intérprete en el teatro, ganando el premio Tony en 1979 por “Bedroom Farce”. Gough paseó su maestría por “Ricardo III”, a las órdenes de su colega Laurence Olivier, “Horrors of the Black Museum”, “El mensajero” –única nominación al BAFTA de su carrera como secundario-, “Memorias de África”, “La serpiente y el arco iris”, "Top Secret", “La edad de la inocencia”, "Sleepy Hollow" o “La tabla de Flandes”, entre otras. Y en televisión intervino en series como “El Santo”, “Los vengadores”, “Orgullo y prejuicio”, “Retorno a Brideshead” y en la serie de ciencia-ficción más longeva de la televisión británica, “Doctor Who”, entre 1966 y 1983. 

Más de 170 títulos entre cine y televisión confirman el talento de un magnífico secundario bien conocido por todos, que nos ha dejado a la edad de 94 años. Descanse en paz.

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