I'm still here **
La gran estafa
En 2008, Joaquin Phoenix sorprendía a propios y extraños con el anuncio de su retirada de la actuación para dedicarse al rap, como parte de lo que podía entenderse como un viaje de descubrimiento personal que llevaba, forzosamente, a quitarse la máscara que Hollywood y la fama imponen. Se dejó barba y ganó varios kilos, al mismo tiempo que hacía enemigos en la industria cinematográfica y discográfica, los primeros por no entender ese cambio tan radical en uno de los mejores actores de su generación y los segundos por lo que veían como una evidente falta de respeto.
“I’m still here” describe el turbulento año en que tuvo lugar la transformación del intérprete en clave de falso documental. Porque todo lo que Phoenix hizo entonces era una gran estafa, un papel preparado a conciencia y del que no podía desprenderse en ningún momento. Casey Affleck firma este mockumentary que redefine el género en sí mismo, el cual normalmente describe un hecho ficticio relatado como un suceso real. Lo que Affleck y Phoenix hacen en esta ocasión es darle la vuelta a este concepto, relatar un hecho real enmascarado por una gran burla, por un opulento engaño filmado según los cánones del género documental. Es decir, una capa de ficción sobre otra de realidad, que en realidad no deja de ser ficción en esencia, usando como cebo a un actor que igualmente usa una capa inexistente sobre otra real y pretende hacer ver al mundo que es la verdadera.
Tengo mis dudas acerca de la intencionalidad de esta propuesta. Que una estrella del calibre de Phoenix sea capaz de dilapidar su propia carrera en beneficio de una película, con el objetivo de denunciar el peso de la fama –de ahí que no pueda abandonar su caracterización, pues está constantemente bajo vigilancia de sus fans, los medios y los que le rodean- y la ineptitud de la industria, me suena a gran engaño. Es como, si por ejemplo, Tom Cruise estrenara un falso documental para argumentar que sus excentricidades son fruto de la preparación de un papel para dicha película. Y es que la línea entre realidad y ficción que propone “I’m still here” es tan difusa, y tan confusa, que sería imposible decidir si estamos ante lo que realmente nos venden como mockumentary o ante el intento desesperado de una estrella por enmendar el mayor error de su vida haciéndolo pasar por una guiñolesca broma.
Por eso, hay quienes ven en esta película una gran estafa o una genialidad. Yo, por mi parte, y por mucho que me demuestren que se trata de lo segundo, no dejo de verlo como una burla infumable, un film sin interés, que alterna momentos brillantes –la entrevista con David Letterman y el momento con el gurú Edward James Olmos- con otros que bien podrían haber salido de la mente de los chicos de “Jackass”. Y todo presentado de manera caótica, a veces desagradable, sin definir las bases de la propuesta que hagan comprensible la decisión de su personaje. Cuando veíamos la evolución de la historia por la televisión y la red, todo era más verosímil que lo que finalmente nos han presentado. La ficción en este casi ha superado a la realidad.
A favor: la entrevista con David Letterman y el gurú Edward James Olmos
En contra: que todo suene a molesta estafa
Jaja a muchos les molestó esta bromilla. Me cae bien una joda así.
ResponderEliminarPronto la veré.
Un abrazo, Cinéfago! :D
PM