jueves, 18 de febrero de 2010

El corto cinéfago: "El columpio"


Seguimos con los Goya, pues el corto cinéfago de esta semana ganó en 1992 el Goya al Mejor Cortometraje de Ficción. Su director era un debutante Álvaro Fernández Armero que demostraría en "El columpio" sus habilidades como guionista, fundamentalmente de comedia. Este trabajo le abrió las puertas al largo, donde destacarían comedias como "Todo es mentira", "Brujas" o "Nada en la nevera", frescas, originales y divertidas. Su salto al blockbuster español llegaría posteriormente con la solvente "El arte de morir", cinta de suspense que fue bien acogida por público y crítica aunque fallara como intento de copiar el slasher americano. Durante la pasada década se ha prodigado tristemente muy poco en la pantalla grande, y se intuye que no encuentra su camino en el cine con trabajos como "Salir pitando", donde ya apenas queda nada del Armero de sus primeros proyectos.

El corto que nos ocupa recoge la esencia del cine de los primeros años de un realizador que prometía brillar, pero cuya estrella se apagó con los años. Narra con voz en off el encuentro fortuito de dos personas en el metro. Sus pensamientos y sus miradas se cruzan sin llegar a manifestarse físicamente, en un fuerte sentimiento de atracción que nunca llega a materializarse. Es fácil identificarse con sus dos protagonistas, Coque Malla y Ariadna Gil, habituales en los comienzos del director. ¿Lo mejor? Pues el guión, donde Armero se mueve como pez en el agua.

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