Para entender los orígenes de “Star Wars” debemos remontarnos no al momento de la confección de su iconografía, sino a los mismos orígenes de su creador. George Walton Lucas Jr. nació en 1944 en la ciudad de Modesto, en el estado de California. El pequeño Lucas se crió leyendo historias de aventuras y viendo series de televisión, y dando rienda suelta a su verdadera pasión, el automovilismo. Adicto a los coches y a la velocidad, Lucas pretendía dedicarse profesionalmente al automovilismo, y comenzó a prepararse duro para participar en las carreras NASCAR. El destino se cruzó en su camino y truncó este sueño cuando en 1962 sufrió un grave accidente de coche que le postró durante meses en una cama de hospital. Su sino era otro muy distinto, su camino no estaba al parecer en el mundo del motor. En el hospital entró en contacto con el libro que definitivamente marcaría cuál iba a ser su dedicación y que impulsaría en principio toda la filosofía galáctica que hoy conocemos. “El héroe de las mil caras”, de Joseph Campbell, teorizaba acerca del mito del héroe, sosteniendo que existe un modelo de travesía heroica compartido por las distintas culturas y expresado a través de sus mitos.
Ante esto, Lucas tomó la decisión más lógica y acertada para huir de las exigencias de las productoras convencionales, y era montar la suya propia. Nació así Lucasfilm Limited, con la que por fin conseguiría su independencia y libertad como creador. Su segunda película como director, “American Graffiti” (1973), sí sería un éxito de crítica y público, en una película que analizaba con una mirada nostálgica a la juventud de principios de los 60, y en la que conocería a varios amigos con los que no perdería el contacto, como Ron Howard y un totalmente desconocido Harrison Ford. Producida de nuevo por Coppola, sería “American Graffiti” la que realmente le abriera las puertas para hacer realidad su saga galáctica.
Pero la historia de “Star Wars”, a pesar de comenzar a gestarse inconscientemente en la mente de Lucas a lo largo de su vida, estaba aún lejos de ser una realidad. Antes incluso de que “American Graffiti” se estrenara, la idea de Lucas era la de hacer una versión cinematográfica de uno de sus personajes de infancia favoritos, “Flash Gordon”. Pero al ver que el productor Dino de Laurentiis poseía los derechos de personaje (años después se animaría a producir la película, un auténtico batacazo comercial), decidió crearse su propia historia. El primer tratamiento de Lucas era más una aventura ambientada en los seriales matinales de los años 30 que una epopeya futurista en la que la lucha del Bien y el Mal es el eje de la trama.
Llegados a este punto es conveniente situarnos cronológicamente en la historia del cine. Nos encontramos en la década de los 70, momento en el cual el cine predominante es descarnado y deprimente, demasiado realista para que las productoras aceptaran una historia de ciencia-ficción, o más bien de aventuras. Si no llega a ser por un puñado de jóvenes talentos compuesto por Spielberg, Coppola, Scorsese, de Palma o el propio Lucas, buena parte del cine tal y como lo conocemos hoy en día no existiría. Estaba en manos de ellos cambiar el curso de la historia, y fue decisivo que llegara el blockbuster de Spielberg con “Tiburón” (1975) o el comienzo de otra ilustre saga como “El Padrino” (1972) de Coppola para que esto ocurriera. Y por supuesto la idea revolucionaria de Lucas, que solamente fue aceptada por el nuevo jefe de temas creativos de la Fox Alan Ladd Jr., fue una pieza importante en ese cambio. Ladd confió plenamente en el proyecto galáctico abalado por el aún reciente éxito de “American Graffiti”.
Encontrado un productor dispuesto a jugarse el cuello, comenzó la escritura del guión en 1974. Pero la dificultad de convertir su tratamiento de 14 páginas en un guión completo se hizo tan grande que terminó convirtiéndola por fin en lo que podemos ver hoy en día, la batalla épica entre una alianza rebelde heroica, con fundamentos claramente influenciados por la obra de Campbell, y el Imperio Galáctico. Lo que viene luego es de sobras conocido: un interminable y caótico rodaje en Túnez, la difícil elección de todos los actores, la inversión que implicaba el proyecto, la descomunal campaña de promoción y merchandising que continúa hasta nuestros días, etc. Pero eso ya es otra historia.
A pesar de lo que muchos opinen, la saga galáctica es genial.
ResponderEliminarHay que situarse en el año que se realizó y lo que se estaba haciendo por aquel entonces (cine de alta calidad pero nada que ver con algo asi) hay quien opina que entre Spielberg y Lucas mataron el nuevo cine americano...si es así a cambio nos han dado buenas cosas...
Desde luego que los integrantes de la foto que hay en el artículo (los barbudos) han sido lo más gordo que ha parido el cine hasta hoy.
Un saludo
Pues sí, los barbuditos como bien los llamas marcaron un antes y un después en el cine americano, e incluso en el mundial. Hoy en día tengo mis reticencias hacia Scorsese, pero sobre todo por sus últimos trabajos. De Palma ha tenido sus horas bajas, pero a ladrón de imágenes y tremendista en el montaje no le gana nadie. Pero si alguien se lleva la palma precisamente es Lucas. Soy uno de sus máximos detractores, a pesar de haber creado "Star Wars". Podría escribir otro reportaje acerca de mis diferencias con él, pero no es plan de extenderme.
ResponderEliminarA más ver, G.
Bueno, cierto es que yo también podría ponerle peros a todos y cada uno de ellos, a Lucas especialmente a quién hoy por hoy considero el menos descatable del grupo en la actualidad a pesar del buen sabor de boca que me dejo su última incursión galactica (a Coppola le apartamos o más bien él es quien se aparta).
ResponderEliminarYa lei hace tiempo el post de tu space sobre la opinión de Lucas sobre Spiderman 3 y la tuya sobre él, jeje, y no te falta razón alguna.