jueves, 19 de marzo de 2015

LA CRÍTICA. Focus

Ningún as bajo la manga
La campaña de promoción de esta película se ha centrado en la que a priori parece su mayor baza, la química en pantalla de su pareja protagonista. Y es un acierto, porque realmente existe esa química. Se nota la complicidad en sus miradas, se compenetran a la perfección en las escenas dramáticas y en las cómicas, así como en las más subidas de tono. Will Smith, aunque ha perdido la estrella de antaño, sigue resultando tremendamente carismático, la cámara le quiere. Pero es Margot Robbie la que acapara la atención. Puede ser frágil y a la vez sexy, es un portento de actriz que aúna belleza, seducción y dotes interpretativas. Ambos juegan con la cámara. Cada uno a su manera.

Si “Focus” se hace amena es precisamente por esa química, por lo bien que ambos se desenvuelven en esta historia de estafadores con escrúpulos, de timadores tan blandos como una nube de algodón. La trama por la que se mueven ya le sonará a más de uno, porque no evita hacer uso de los tópicos del subgénero. Su primera mitad es tan ágil como el movimiento de manos de un carterista, está bien narrada y montada, pero no aporta nada a lo ya visto en otras cintas de este estilo, como “Ocean’s Eleven”, “Los timadores” o “El golpe”, todas ellas mejores que la que nos ocupa.


Y pese a esa tópica, pero entretenida, primera mitad, acabas lamentándote de que la propuesta no siguiera esa senda en lo que resta de metraje. El ritmo baja, el tono se relaja, y comienza un film romántico destinado a explotar esa química entre sus dos actores principales que va decayendo en interés. Y si no fuera por el buen trabajo de ambos, y lo bien que se compenetran, este segundo tramo se haría más pesado de lo que ya es. Hacia el final parece acordarse de que juega con el subgénero de los timadores con algún que otro giro de guión más o menos imprevisible –aunque no es difícil descubrir la trampa-, pero el clímax aún así carece de emoción.


Lo peor que le puede pasar a una cinta de estas características es no guardar ningún as bajo la manga. Lo nuevo del dúo formado por Glenn Ficarra y John Requa, que despuntaran hace unos años con la irregular, aunque valiente, “Philip Morris ¡Te quiero!”, no posee ninguno. No hay chispa, no hay sorpresa, todo se basa en juntar a dos actores que hacen explotar nuestras retinas con lo bien que compaginan. Cualquiera se dejaría embaucar por estos dos. Pero no por esta película.

A favor: la química entre Will Smith y Margot Robbie
En contra: no guarda ningún as bajo la manga

Calificación **
                                                                               Se deja ver

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