viernes, 20 de febrero de 2015

LA CRÍTICA. Fuerza mayor (Turist)

Gran bola de nieve
Una idílica estancia de cinco días en los Alpes. Tomas, Ebba y su familia están disfrutando de la comida cuando de repente una avalancha se acerca a lo lejos hacia el restaurante. Al principio, Tomas tranquiliza a los suyos advirtiendo que el alud está controlado. Pero pronto el peligro se acerca más y más y la situación escapa a su control. En una situación así, ¿cómo actuaría cada uno de nosotros? ¿Pondríamos a salvo a nuestros seres queridos antes que a nosotros mismos, o predominaría el instinto de supervivencia?

En su nuevo trabajo tras la laureada “Play”, el sueco Ruben Östlund propone un drama familiar con tintes de comedia, o si lo prefieren una comedia tan ácida sacada de un contexto tan dramático que es imposible no esbozar una sonrisa incómoda, en torno a un acto de cobardía que irá creciendo en el seno de la familia protagonista y de los que los rodean como si de una gran bola de nieve se tratase.

El realizador consigue así una serie de sublecturas de lo más interesantes. Por un lado, estamos evidentemente ante una gigantesca avalancha emocional dispuesta a dinamitar desde dentro la estabilidad conyugal y familiar, una mastodóntica terapia de pareja servida con un malicioso guión y arropada por un excelente reparto de actores, que acercan a la cinta al cine de Thomas Vinterberg. Pero también es la historia del fracaso del hombre como macho protector de su manada, la vergüenza de quien ha sacado a relucir su verdadero rostro y debe ser juzgado por ello. Y entre otros muchos frentes abiertos, también tenemos el reflejo de ese patetismo tan buñueliano al que puede verse rebajada la clase acomodada ante una crisis.


Östlund consigue así un relato repleto de múltiples capas de nieve a punto de resquebrajarse, donde el narcicismo, el egoísmo y la independencia individual frente a la vida familiar se dan la mano. Y además logra algo que Vinterberg e incluso Michael Haneke manejan muy bien, ese efecto de distanciamiento por el cual podemos analizar de manera imparcial los actos de sus personajes sin identificarnos del todo emocionalmente con ellos, amén de compartir con ellos también los altibajos de ritmo y el no ir al grano en muchos momentos. Logra este distanciamiento, a pesar de la tensión que rodea a sus protagonistas, arrancando la risa del espectador que mira desde fuera una situación llevada hasta el extremo del absurdo. A ninguno de nosotros nos gustaría vernos sepultados por esta colosal bola de nieve. Pero qué divertido y retorcido es convertirse en juez y verdugo desde la lejanía.


A favor: el reparto, el retorcido guión y el efecto de distanciamiento bien manejado por su director
En contra: algunos bajones de ritmo que la pueden hacer demasiado lenta y larga

Calificación ****

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