sábado, 2 de agosto de 2014

LA CRÍTICA. Cómo entrenar a tu dragón 2

Corazón de vikingo, alma de dragón
En sus créditos finales, “Cómo entrenar a tu dragón 2” abraza sin tapujos la serie de libros de Cressida Cowell en la que se basa en forma de ilustraciones que remiten a las portadas de las obras de Tolkien o C.S. Lewis. Porque puede que esta secuela del éxito de hace cuatro años no tenga la capacidad de sorpresa de su predecesora ni la misma habilidad para enternecer con la relación entre un niño y un dragón como entonces, pero sí posee una conciencia propia como fantasía de animación y aventuras clásica.

Esta segunda parte, realizada en esta ocasión en solitario por Dean DeBlois, no se limita a ofrecer una nueva aventura protagonizada por Hiccup, Desdentao y sus amigos, sino que se preocupa por expandir el universo iniciado en la primera entrega y convertirlo en algo mucho más épico. Donde otras secuelas solamente idean una trama en la que inmiscuir a sus personajes –véase “Shrek Tercero” o “Lluvia de albóndigas 2”- y hacerles protagonizar una aventura divertida, algo que también ocurre en la que nos ocupa, “Cómo entrenar a tu dragón 2” se preocupa además por sus personajes, les deja respirar y les hace avanzar, inmersos en una película que asume sin problemas su propio status de secuela dentro de una ya asentada franquicia.


Es más grande, que no más larga, y aunque le cueste un poco arrancar pese a su corta duración, lo de “Cómo entregar a tu dragón 2” es entretenimiento puro, del bueno, pero además capaz de explotar una vena épica que en su antecesora no estaba presente. Sin embargo, es en su media hora final cuando alcanza cotas legendarias de heroicidad en forma de espectáculo vikingo audiovisual, en el que algunos detalles, eso sí, no están todo lo explotados que pudieran –la figura del villano, alguna subtrama romanticona de relleno para provocar risas- por lo vertiginoso de la propuesta.


No es mejor que la primera –técnicamente sí, ojo-, pero tampoco es peor. Pero sí es un film ya centrado en su propia condición de secuela dentro de una franquicia, de entretenimiento épico que bajo su fuerte corazón de vikingo y su alma cándida de dragón, esconde un valiosísimo tesoro: ser el equivalente cinematográfico a la literatura fantástica infantil.

A favor: que tiene conciencia propia como épica fantasía infantil, y cómo deja respirar a sus personajes
En contra: ya no posee la capacidad de ternura ni de sorpresa de su predecesora, y alguna subtrama desarrollada a las carreras

Calificación ***1/2

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