domingo, 21 de agosto de 2011

LA CRÍTICA: Primos

Gran guionista+Grandes actores=La fórmula sublime

Tres primos. Tres mosqueperros. Tres amigos capaces de todo por echarse una mano, porque los primos son lo primero. Tres hombres que necesitan la presencia de alguien en sus vidas para que estas tengan sentido. Uno necesitado de pareja, enamoradizo y desesperado por el fracaso de su reciente no-matrimonio; otro hipocondríaco y con un preocupante síndrome de enclaustramiento; y un último que cree manejar el cotarro, gañán y dominante en su exterior pero necesitado de amor en su interior. Juntos emprenden un viaje al pasado, a un verano de pueblo con romerías, verbenas y botellón en la playa.

“Primos” demuestra dos cosas importantes. La primera es que España está llena de grandes actores, formidables intérpretes. Quim Gutiérrez da otro paso más a ser un imprescindible de nuestro cine, más que una joven promesa, dominando a la perfección al paranoico protagonista; Raúl Arévalo sigue con su solvencia habitual, constatando una vez más que es uno de los mejores actores de su generación; Adrián Lastra es el perfecto neurótico afectado sin saberlo por el síndrome de Munchausen; y Clara Lago e Inma Cuesta aportan la frescura femenina que necesita el trío protagonista. Y por supuesto, poco hay que decir de ese gigante todoterreno que es Antonio de la Torre, ese robaescenas nato que se permite el lujo de hacer varias pelis por año sin que en ninguna de ellas quede solamente pasable.


Pero de nada sirve este gran elenco sin un gran guión, y es esta segunda razón la que hace que “Primos” sea disfrutable de principio a fin. Daniel Sánchez Arévalo confirma una vez más que, ante todo, es un genial guionista, capaz de convertir una historia ligera en una comedia gruesa, a la que no le sobra ni le falta nada.


Pero, aún más importante, “Primos” supone el pas más lógico en su carrera. Del drama puro de “AzulOscuroCasiNegro”, al drama cómico de “Gordos”, pasando por sus hilarantes cortometrajes, por la filmografía del realizador planea siempre la sombra de la comedia, a la que finalmente se ha rendido, alcanzando sus puntos más álgidos en su secuencia inicial, monólogo incluido, y en el momentazo Backstreet Boys. Algo que debemos celebrar, porque estamos ante uno de los mejores escritores de nuestro cine. Grandes actores, gran director, mejor guionista. Una fórmula sublime que ha sido todo un éxito. No debería extrañarnos.


A favor: la secuencia inicial en la iglesa y el momento Backstreet Boys
En contra: que no se estrenara en verano, la época perfecta para la película

Valoración: ****

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